El pasado 9 de febrero llegó a Lima la “Gran Marcha por el Agua" que 
partió de la ciudad de Cajamarca, a 856 kilómetros de la capital 
peruana, para decirle al gobierno que el proyecto minero Conga “no va”, 
y a exigir que se reconozca el agua como un derecho humano. Sirel 
conversó al respecto con el ex sacerdote Marco Arana, integrante de la 
Comisión Nacional Organizadora de la Gran Marcha Nacional del Agua
 
La movilización se inició con un pequeño grupo de “caminantes”, pero a 
su paso por las diferentes ciudades se fue nutriendo con la presencia de 
representantes de los movimientos populares, frentes de defensa del 
agua, rondas campesinas, organizaciones de mujeres y de las diferentes 
iglesias que rechazan el uso de productos contaminantes como el 
mercurio y reclaman que se reconozca el agua como un derecho humano.
 
Conga 
es un proyecto de la Minera Yanacocha, la primera en extracción 
de oro en América del Sur, que para obtener entre 600 y 700 mil 
onzas de oro al año y más de 100 mil toneladas de cobre en promedio 
durante los 17 años de duración de las operaciones, prevé invertir 
4.800 millones de dólares y drenar cuatro lagunas, dos para extraer oro 
y otras dos para almacenar desechos. 
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La gran prensa dice que el oro era de todos los peruanos, 
cuando en realidad el oro está siendo de quienes lucran y 
dejan pobreza y contaminación | 
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Asimismo, 800 manantiales y 100 captaciones de agua para consumo humano 
serían afectados si el proyecto
Conga, empieza a operar ya en marzo próximo. El sacerdote 
Arana explicó más detalles.
 
-¿Cómo surgió la Marcha por el Agua y con qué propósito?
-Surgió para evitar que Cajamarca se convierta en una región minera 
cuando tiene vocación agrícola, forestal y ganadera. ¿Por qué condenarla 
a ser otro pueblo abandonado cuando termine la minería? 
 
Otra razón fue proteger el agua. Llegamos a la conclusión de que no 
podíamos defender laguna por laguna, río por río, y en un afán de 
encontrar salidas pacíficas convocamos a esta Marcha que no es anti 
minera, sino a favor del desarrollo integral, de la sostenibilidad y en 
contra de la actividad minera que destruye la tierra, que viola los 
derechos humanos, corrompe autoridades y gasta ingentes cantidades de 
dinero para ocultar la realidad. 
  
Una Marcha defensora 
de las comunidades
 
Su propósito es unificar a los pueblos contándoles la verdad, porque la 
gran prensa nos llamaban enemigos del desarrollo, terroristas. Decían 
que el oro era de todos los peruanos, cuando en realidad el oro está 
siendo de quienes lucran y dejan pobreza y contaminación. 
 
-¿Cuáles son sus principales reclamos?
-Demandamos que se prohíba la minería en cabecera de cuenca, así como la
minería tóxica que utiliza cianuro y mercurio, ya sea gran minería o 
pequeña. 
 
Se ha mentido descaradamente en los medios de comunicación; ellos dicen 
que nos aponemos a la gran minería pero no a la minería artesanal, y no 
es cierto. Nosotros queremos más agricultura, más ganadería, y en lo 
posible, ir disminuyendo la actividad minera cuando se termine el 
mineral colocando mejores controles. Pero en el caso del Proyecto 
Conga no va, porque afecta nuestra agua. No hemos venido a Lima a 
negociar lagunas por reservorios, nosotros hemos venido a decir que la 
tierra, la vida, la dignidad de los pueblos se respeta. ¡Conga no va!
 
-¿Cuál es su balance de la Marcha del Agua?
-Es un éxito. En nuestro camino hemos encontrado una sintonía inmensa en 
todas las ciudades por las que hemos pasado. Creo que el Perú es un 
país generoso, que sabe que su riqueza no es el oro sino su gente.
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Demandamos que se prohíba la minería en cabecera de cuenca, 
así como la minería tóxica que utiliza cianuro y mercurio, 
ya sea gran minería o pequeña | 
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Está surgiendo un gran movimiento ciudadano ambiental que une a los 
peruanos ya no solamente a partir del debate ideológico político, sino 
de los acuerdos que se alcanzan alrededor de la supervivencia en el 
país, sobre el futuro que nos aguarda, y en ese sentido creo que es 
posible cambiar la manera de entender la relación entre economía y la 
naturaleza, entre la sociedad y la naturaleza, aunque ello implique 
cambios culturales y espirituales muy profundos. 
 
-Un gran sector de políticos no está de acuerdo con la marcha, sostienen 
que se están exagerando los efectos del proyecto Conga…
-Esa posición responde a los grandes intereses que hay detrás de 
Conga, tiene que ver con los acuerdos políticos ocultos y con la 
miopía de muchos sobre el desarrollo. Se piensa que éste responde 
solo a más ingresos económicos y no a una mejor calidad de vida, a una 
mejor relación con la naturaleza. Para ellos el desarrollo es tener más 
ingresos y que todo se puede comprar y vender. 
 
-¿Es posible pensar en otra forma de desarrollo que no sea solo la 
extractiva? 
-Es un camino largo… En realidad se trata de tener visión de futuro, 
pensar el futuro en el largo plazo, en una nueva relación con los 
recursos naturales para evitar caer en el círculo vicioso en el que 
hemos venido cayendo cuando había salitre, guano, caucho, pesca, y lo 
único que hemos hecho es depredar, no cuidar ni pensar en el futuro.
 
-¿En qué tipo de desarrollo sueña? ¿Por cuál apuesta?
-Un desarrollo en el que podamos vivir en paz con dios, en paz entre 
nosotros, en paz con la tierra.
   
