México

Trasnacionales controlan el negocio

El agua ya no es gratuita

 

La conclusión de José Angel Gurría llega tarde, cuando menos para México: "el agua ya no puede ser un bien gratuito".

 

 

Con el manoseado slogan de que lo público es perverso y lo privado es amor, el secretario general electo de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), quien tomará posesión del cargo en junio próximo pero desde ya afila los dientes, asegura que mientras al agua se le considere un "bien público, casi gratuito, se va a acelerar el mal uso, la mala asignación y el abuso".

 

Gurría llega tarde -con un severo cuadro de amnesia, pues de una u otra suerte ha estado involucrado en el proceso-, porque desde 1983 la política privatizadora incorporó el tema del agua como prioridad en su agenda. De la Madrid sentó las bases, Salinas de Gortari abrió las primeras grandes puertas, Zedillo algunas otras y Fox las que quedan.

 

Entonces, el agua "ya no puede ser un bien gratuito", porque "se va a acelerar el mal uso, la mala asignación y el abuso".

 

Pues bien, entre los logros de la privatización del agua en México (sin abusos y mala asignación) debe subrayarse el siguiente: cuatro trasnacionales controlan gran parte del exitoso negocio del agua embotellada en el país (Coca-Cola, Pepsico, Nestlé y Danone), que obtienen el líquido "con subsidios estatales asombrosamente generosos y favorables y la venden en botellas de plástico a mil o 10 mil veces lo que les costó conseguirla".

 

Con la ayuda de Gustavo Castro Soto, integrante del CIEPAC, conocemos que en México Coca-Cola ha comprado casi todas las marcas de refrescos del país y tiene las mayores concesiones para la extracción del agua. Tan sólo Coca-Cola Femsa (con matriz en Monterrey) vende un volumen tal de refrescos que el agua para producirlos equivale al consumo normal diario de 14 millones 500 mil personas (dos litros por persona).

 

A partir de 2000 y hasta julio del 2003 se habían dado 10 concesiones de más de 4 millones de metros cúbicos de agua a las embotelladoras que operan en México (todas de Coca-Cola y Pepsico), pero desde 1994 se han otorgado a 16 embotelladoras alrededor de 27 concesiones en 10 estados y sobre 15 ríos: cinco en Aguascalientes; dos en Zacatecas; cinco en Jalisco; tres en Colima; una en Coahuila; cinco en Durango; una en Zacatecas; tres en San Luis Potosí; una en Guerrero y una en Morelia. La concesión más grande se otorgó en 2001 a la Embotelladora de Cuernavaca por un millón 353 mil metros cúbicos de agua subterránea de la cuenca del Río Balsas.

 

De las 27 concesiones 19 son para extraer agua de las cuencas y ocho para descargar desechos en ellas. La extracción total de estas concesiones es de 9 millones 422 mil 990 metros cúbicos de agua por año, que equivaldrían a 27 mil 713 millones 13 mil 590 latas de Coca-Cola. De otra forma, si un metro cúbico de agua es igual a mil litros, y una persona necesita tomar tres litros de agua diarios en promedio y en condiciones normales, el agua concesionada a las empresas equivale a 8.6 millones de años de consumo diario de una persona.

 

Además de las siguientes embotelladoras, hay otras tres que también han adquirido concesiones: Ameca (Jalisco), Coahuila (Coahuila), y la Gómez Palacio (Coahuila). Estas 19 embotelladoras que han duplicado sus ganancias con la ayuda gubernamental pertenecen al grupo Continental y los empresarios Purita Leonor, Guillermo Prieto Rivera y Robert J. Dotson Castrejon (presidenta del consejo de administración y tesorero del Grupo Continental, respectivamente), amigos del presidente Fox, quienes conectaron sus tuberías al recurso hoy en disputa por la privatización más importante del mundo: el agua.

 

Entre esa lista aparecen las siguientes embotelladoras: Aguascalientes (Aguascalientes), dos concesiones (1994 y 2002), una para descarga en el Río San Pedro y la otra para la extracción subterránea de 230 mil 500 metros cúbicos de agua por año de la cuenca Lerma-Santiago; Las Trojes (Aguascalientes), tres concesiones (1994, 1997 y 2000); una de descarga en el río San Pedro y las otras dos de extracción subterránea en la cuenca Lerma-Santiago por 420 mil metros cúbicos de agua cada una; La Bufa (Zacatecas), dos concesiones (1998), una de descarga sobre el río Arroyo Cieneguillas, y una de extracción de agua subterránea por 207 mil metros cúbicos sobre la cuenca El Salado.

 

Además, La Favorita (Jalisco), tres concesiones (1996, 1998, 1999); dos de descarga sobre el Arroyo El Ahogado y Arroyo Ocotán, y una de extracción subterránea por 600 mil metros cúbicos de agua de la cuenca Lerma-Santiago; Zapopan (Jalisco), una concesión (2002) para la extracción de 600 mil metros cúbicos de agua subterránea de la cuenca Lerma-Santiago; Los Altos (Jalisco), una concesión (1994) para la extracción subterránea de 192 mil metros cúbicos de agua de la cuenca Lerma-Santiago; Tecomán (Colima), tres concesiones (dos en 1994 y una en 1995); dos son de descarga sobre el Canal Tecuanillo y Laguna de Cuyutlán; y una de extracción de un millón 200 mil metros cúbicos de agua subterránea de la cuenca Armeria-Coahuayana; Lagunera (Coahuila), una concesión (2002) para extraer 600 mil metros cúbicos de agua subterránea de la cuenca Nazas-Aguanaval.

 

Por si fuera poco, Guadiana (Durango), tres concesiones (dos en 1994 y una en 2002); las tres para la extracción de agua subterránea de la cuenca Presidio-San Pedro, una por 50 mil, otra por 314 mil 407 la tercera por 86 mil 143 metros cúbicos de agua; Guadalupe Victoria (Durango), dos concesiones (1994 y 2001); una para descarga sobre el río Mezquital y la otra para la extracción subterránea de 460 mil 908 metros cúbicos de agua de la cuenca Presidio-San Pedro; Fresnillo (Zacatecas), una concesión (1995) para la extracción superficial de 240 mil metros cúbicos de agua de la cuenca El Salado; San Luis (San Luis Potosí), una concesión (2000) para la extracción subterránea de 498 mil 199 metros cúbicos de agua de la cuenca El Salado; Tangamanga (San Luis Potosí), una concesión (2001) para la extracción subterránea de 500 mil metros cúbicos de agua de la cuenca El Salado; Río Verde (SLP), una concesión (1994) para la extracción subterránea de 77 mil metros cúbicos de agua de la cuenca del río Panuco; Yoli de Acapulco (Guerrero), una concesión (2002) para la extracción subterránea de 662 mil metros cúbicos de agua de la cuenca Costa Grande (su dueño es Robert J. Dotson Castrejón); y Cuernavaca (Morelos), una concesión (2001) para la extracción de un millón 353 mil metros cuadrados de agua subterránea del Río Balsas (su dueña es Purita Leonor Guillermo Prieto Rivera).

 

En resumidas cuentas, el agua es de quien la pague, y si alguien no tiene con qué, pues que se muera de sed.

 

Carlos Fernández-Vega

La Jornada

9 de marzo de 2006

 

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