2005 - 2015

Naciones Unidas declara la Década de Acción por el Agua

Agua para la vida, agua para todos

 Con motivo de celebrarse el pasado 22 de marzo el Día Mundial del Agua, la secretaría general de la UITA publicó el siguiente artículo en su página web en el cual revela los importantísimos desafíos que el tema plantea a la humanidad. Todas las organizaciones sociales debemos sentirnos interpeladas por esta realidad, así como por el incierto futuro que se cierne sobre el agua dulce en todo el mundo.

 

¿Agua para la vida o agua para el lucro?

 

La Asamblea General de las Naciones Unidas ha designado oficialmente el período 2005-2015 como la Década Internacional de Acción “Agua para la Vida”. La década de medidas comienza el 22 de marzo, Día Mundial del Agua. Como parte de las metas del Desarrollo del Milenio, la ONU ha fijado como plazo el año 2015 para reducir a la mitad la proporción de la población mundial que no tiene acceso sostenible y seguro a agua potable y saneamiento.

 

El problema es enorme. Las estadísticas de la ONU nos dicen que alrededor de 1.300 millones de personas carecen actualmente de acceso a agua potable, en tanto, casi el doble no tiene acceso a saneamiento y alcantarillado. Un gran número de aquellos/as que no tienen acceso a agua potable y saneamiento son trabajadores/as agrícolas. La más difícil de todas es la situación de las trabajadoras, que generalmente tienen la responsabilidad de obtener el agua para sus familias. A aquellos que ayudan a alimentar al mundo pero cuyos derechos fundamentales son habitualmente, y a menudo brutalmente violados, también se les niega el derecho a una de las fuentes esenciales de vida. Sed, deshidratación, mayor exposición y vulnerabilidad a las enfermedades de transmisión hídrica y peligros químicos (debido a que no hay agua para lavarse luego de la aplicación de productos químicos tóxicos) no son las únicas consecuencias de esta denegación de derechos. La escasez de agua implica la creciente inseguridad alimentaria – en primera instancia para todos los que dependen de la agricultura para su subsistencia.

 

Un funcionario de la FAO (Organización para la Alimentación y la Agricultura de las Naciones Unidas) ha observado que "El debate internacional sobre problemas hídricos tiende a pasar por alto el importante rol de la agricultura, el mayor usuario de agua”. A esto podemos añadir el hecho de que el “debate sobre el agua” ha excluido, hasta la fecha, a los 450 millones de trabajadores/as agrícolas del mundo, quienes sufren la falta de acceso a agua dulce adecuada como una crisis de sus empleos, su salud y sus vidas. Su crisis es la crisis del sistema mundial de la alimentación.

 

Por otro lado, para las compañías hídricas transnacionales, la escasez de agua “representa una oportunidad extremadamente atractiva para hacer dinero”, como la llamó la revista Eurobusiness en un artículo titulado “El oro líquido de Europa”. Actualmente, casi quinientos millones de personas dependen de compañías hídricas privadas - un incremento diez veces mayor logrado en el espacio de sólo diez años. La década de los 90 fue la de la acción empresarial, cuando los países (principalmente los pobres) fueron timados o presionados para que cedieran su agua. Los apetitos empresariales no se limitan al agua municipal, sino que en última instancia se extienden a la agricultura, la cual consume cerca de tres cuartas partes de toda el agua dulce y es el mayor mercado potencial para los proveedores privados de agua.

 

La limitación de las actividades de las corporaciones hídricas mundiales no está en la agenda oficial para el Día Mundial del Agua 2005. Ni tampoco está la realización de los derechos específicos de los trabajadores agrícolas, incluido el derecho a agua potable salubre según se estableció muy recientemente en el Convenio 184 sobre Salud y Seguridad en la Agricultura de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) de las Naciones Unidas. Por lo tanto, la UITA destacará el Día Mundial del Agua exhortando a sus afiliadas en todo el mundo a continuar presionando a sus gobiernos para que ratifiquen e implementen sin dilación el Convenio 184 de la OIT. Y felicitamos a los ciudadanos de Uruguay por organizar y ganar por una gran mayoría un referéndum para una reforma constitucional que garantiza el acceso al agua y al saneamiento por ser un derecho fundamental que debe proporcionar el estado como servicio público. El gobierno recientemente instalado tendrá como una de sus tareas la implementación de esta reforma constitucional. El movimiento laboral en Uruguay jugó un papel fundamental en la movilización de apoyo para este logro histórico. Los sindicatos de todo el mundo pueden y deben apoyarse en la experiencia uruguaya.

 

 

Complementando la visión de este artículo, cabe agregar que la propia UITA, por intermedio de su Secretaría Regional Latinoamericana fue fundadora e integrante activa de la Comisión Nacional de Defensa del Agua y la Vida, organización de base que agrupa a instituciones locales, sindicales, ambientalistas, religiosas, gremiales y asociaciones de diverso tipo, que promovió el referéndum aprobado el pasado 31 de octubre de 2004 con más del 64% de los votos en todo el Uruguay.

 La reforma constitucional aprobada establece que la propiedad y los servicios de distribución de agua en todo el país deben ser ejercidas por el Estado y no pueden ser concedidas a terceros. El actual gobierno del Encuentro Progresista –que apoyó la reforma constitucional- está negociando los términos en los cuales se producirá el retorno al ámbito público de las pocas concesiones de distribución de agua y saneamiento que habían sido otorgadas a empresas privadas.

Por otra parte, esta preocupación comienza a ser compartida a nivel regional. Durante la reunión del Comité Latinoamericano de la UITA, celebrado entre el 17 y el 19 de marzo pasados en Buenos Aires, Argentina, la Regional entregó un informe especialmente elaborado acerca del Acuífero Guaraní, la mayor reserva mundial de agua dulce subterránea, que se encuentra en el subsuelo de cuatro países: Argentina, Brasil Paraguay y Uruguay.

Al fin de la presentación se recomendó la “promoción de un Observatorio Social Regional de Aguas”, teniendo en cuenta que si se suman las cuencas de los ríos Orinoco, Amazonas, de la Plata y el Acuífero Guaraní, estamos ante la mayor parte del agua dulce del planeta. Ejercer un contralor responsable sobre la conservación, protección y usufructo de este recurso vital es una prioridad para las organizaciones de la región.

 

 

 

Carlos Amorín

© Rel-UITA

1 de abril de 2005

 

 

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