“ENACAL 
–expuso Ruth Herrera– tiene 480 pozos en todo el 
país. En Managua hay 130, y de éstos 38 funcionan con 
energía que le compramos a ENEL (generadora 
pública), mientras que el resto trabaja con energía que 
compramos directamente a Unión Fenosa. En los 
departamentos del interior los 350 pozos utilizan 
energía comprada a Unión Fenosa. Cualquier 
alteración o falla en el sistema de distribución de 
energía nos repercute de forma inmediata y directa, 
porque los pozos solamente pueden bombear cuando hay 
energía. Una de las cosas que incomprensiblemente 
hicieron en la mayoría de los acueductos del país, es 
que en vez de instalar los tanques junto a la fuente, 
para que puedan llenarse y bajar por gravedad a la red, 
los conectaron desde la fuente -ya sea pozo o una fuente 
superficial- a la red y recién después al tanque. El 
resultado es que el depósito nunca se llena y dependemos 
totalmente de la energía y de la empresa que controla su 
distribución, en este caso de Unión Fenosa”.
 
Sin 
estas inversiones, que serán financiadas con un préstamo 
de 38 millones de dólares otorgado por el BID, 
resultaría imposible mejorar la desastrosa situación 
heredada por el nuevo gobierno. 
 
Actualmente la tasa de cobertura del servicio de agua 
potable a nivel nacional es inferior al 55 por ciento, y 
sólo 29 ciudades tienen el servicio de alcantarillado. 
Ese último es un dato muy delicado porque tiene que ver 
con el manejo de las aguas negras, que muy probablemente 
se infiltran en el manto freático de donde se saca el 
agua para beber.
 
En 
Managua, sólo el 45 por ciento de la población tiene 
acceso al alcantarillado, y según Herrera, ese 
fenómeno no se detecta sólo en los asentamientos 
espontáneos, sino también en las nuevas urbanizaciones. 
“Tenemos una buena cantidad de urbanizadoras que ya 
están contaminando el manto freático porque han 
construido viviendas sin resolver el problema del 
alcantarillado”.
 
Las responsabilidades 
empresariales
 
En 
la reunión se tocaron también otros aspectos que tienen 
que ver con los recursos hídricos y la situación 
energética del país.
 
Según Álvaro Fiallos, de la Unión Nacional de 
Agricultores y Ganaderos (UNAG) y presidenta 
ejecutiva de ENACAL, "Es importante que la 
Asamblea Nacional apruebe de inmediato la Ley General de 
Aguas Nacionales. Esta ley nos permitiría intervenir en 
situaciones que están generando enormes daños a los 
recursos hídricos del país. Un ejemplo son los grandes 
productores agrícolas, las grandes empresas 
embotelladoras o las que utilizan el agua subterránea 
para sus procesos productivos. Abren pozos, extraen y 
explotan el agua y no pagan nada. 
 
En 
Managua tenemos conocimiento de por lo menos 130 pozos 
privados que han sido abiertos sin ningún control y que 
están aprovechando excesivamente el recurso hídrico. 
Todas estas empresas, como las que embotellan el agua y 
la venden carísima y los grandes productores que la 
utilizan para el riego, no sólo no pagan nada sino que 
ni siquiera utilizan mecanismos que permitan infiltrar 
el agua para restablecer las reservas que hay en el 
subsuelo. Estas fuentes hay que buscarlas cada vez a más 
profundidad, los campesinos se quedan sin agua y 
ENACAL tiene que hacer pozos más caros, poner 
equipos de bombeo más potentes y gastar más energía”.
 
En 
opinión de Herrera, es urgente que el gobierno 
contribuya a ordenar el uso del recurso, así como a 
impulsar un verdadero plan de reforestación, de lucha 
contra la tala ilegal e indiscriminada y la regulación 
de la explotación privada de los recursos hídricos. 
Finalmente, denunció la contaminación que está afectando 
al Lago Cocibolca, la mayor reserva de agua para el 
futuro del país, responsabilizando a diferentes empresas 
que nunca fueron controladas por los gobiernos pasados.
 
Plan de Emergencia
 
Frente a esta emergencia nacional, el presidente 
Ortega anunció que en estas últimas semanas de 
verano se tratará de garantizar por lo menos 20 litros 
de agua por persona y por día, cantidad mínima prevista 
por las Naciones Unidas en casos como éste. Se 
presentará un proyecto de ley para regular de inmediato 
las actividades de las empresas que están contaminando 
el Lago Cocibolca, imponiendoles inversiones para 
garantizar la seguridad ambiental o el traslado de sus 
actividades.  
 
En 
cuanto sea aprobada la Ley General de las Aguas 
Nacionales, todos los productores y las empresas que 
están explotando los recursos hídricos del país tendrán 
la obligación de pagar por el agua que extraen y que 
utilizan y de adoptar mecanismos para “producir agua”.
 
Ortega 
retomó también el tema energético. Entre abril y octubre 
de este año van a entrar en función las plantas 
eléctricas instaladas por los gobiernos de Venezuela 
y Cuba en el marco del ALBA. Según el 
presidente de Nicaragua “tenemos listo un plan de 
emergencia en el caso en que Unión Fenosa decida 
irse. Mientras tanto, seguimos con la idea de continuar 
con el diálogo".
 
Las 
relaciones entre el gobierno nicaragüense y la 
multinacional española, que mantiene el monopolio de la 
distribución de energía eléctrica en Nicaragua, 
subieron de tono en las últimas semanas.
 
El 
asesor económico de la presidencia, Bayardo Arce, 
viajó a España para reunirse con los propietarios 
de la empresa transnacional y con miembros del gabinete 
del gobierno español. Según una declaración de Ortega,
Unión Fenosa habría garantizado que su sucursal 
en Nicaragua estaría lista para reactivar las 
inversiones y respetar el contrato firmado con el 
gobierno nicaragüense.
 
Las 
principales demandas de la administración Ortega 
tienen que ver con el pago de las cuantiosas deudas que
Unión Fenosa tiene con las empresas generadoras 
de energía, las inversiones para disminuir las fugas de 
energía en la red de distribución y la garantía de la 
distribución de energía las 24 horas del día. 
 
Frente a un nuevo rechazo por parte de la sucursal de 
Unión Fenosa en Nicaragua, el presidente 
Ortega declaró publicamente su intención de 
intervenir la empresa y asumir como Estado la 
distribución de energía.
 
