Días antes, 
					la empresa había recibido el espaldarazo del presidente 
					Ricardo Lagos y de las autoridades ambientales locales para 
					tomar esta decisión. Al anunciar la reapertura, la empresa 
					afirmó que "ha sacado experiencia" y pidió "disculpas a la 
					comunidad de Valdivia por las molestias e inquietudes que 
					debió enfrentar". 
					
					
					 
					
					
					"La planta 
					está en condiciones de reanudar la operación, pero con su 
					capacidad de producción limitada al 80%, debiendo hacer 
					cambios e inversiones tecnológicas para lograr ajustarse a 
					las nuevas exigencias establecidas por la Corema X Región y 
					poder volver a su producción originalmente autorizada", 
					comunicó la empresa.
					
					
					 
					
					
					Celulosa 
					Arauco adoptó también otras disposiciones. Para empezar, 
					resolvió poner en marcha el proyecto del ducto al mar, 
					aduciendo que esta solución fue "reiterada por el propio 
					Presidente de la República en su reciente visita a Valdivia" 
					y que cuenta con la aprobación de la autoridad ambiental 
					regional, la Corema.
					
					
					 
					
					
					En la misma 
					declaración, Celco dijo que esto "se hará en un diálogo 
					permanente con la comunidad y utilizando los más altos 
					estándares medioambientales que corresponda". 
					Confrontada con los hechos, esta frase es pura retórica.
					
					 
					
					El papel de 
					los medios
					
					 
					
					También preparando el terreno 
					para la decisión de la empresa, el 
					
					diario La Tercera, 
					perteneciente al consorcio COPESA, uno de los dos grandes 
					conglomerados de las informaciones de Chile -el otro es El 
					Mercurio-, publicó un enjundioso editorial el viernes último 
					titulado "La lección de Celco para la gestión empresarial".
					
					
						
							
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								Así se postergan las crisis, las 
								empresas lucran y las poblaciones afectadas, 
								para hacerse oir, deben llevar sus 
								movilizaciones a los extremos de la 
								confrontación. Cuando estalla, los poderes se 
								"sorprenden" y piden moderación. La primera 
								tonelada de pulpa saldrá en varios días más. 
								Hay que avisarle a los cisnes. | 
						
					 
					
					 
					
					Al recordar el cierre de la 
					planta, La Tercera alude a "una 
					actuación poco prolija de la empresa ante las acusaciones de 
					ensuciar un ecosistema delicado, una institucionalidad 
					medioambiental que dio pie atrás sobre sus propias 
					resoluciones, una revisión poco pulcra de algunos 
					antecedentes en el máximo tribunal".
					
					
					 
					
					
					Contrasta la 
					indulgencia del editorial para calificar las actuaciones de 
					la empresa y de la Suprema Corte de Justicia, con la frase 
					dedicada a los ecologistas, el decir que "actuaron más 
					movidos por su convicción de daño ambiental que por el peso 
					de la evidencia",
					
					
					cuando en 
					este caso todas sus denuncias fueron confirmadas.
					
					
					 
					
					Oposición de 
					pobladores
					
					 
					
					Dos días antes, 
					
					una 
					manifestación en el puerto de Valdivia, con la participación 
					de embarcaciones de distintas caletas de la provincia, los 
					sindicatos y asociaciones de pescadores, organizaciones 
					sociales y comunidades mapuche-lafquenche de la región, 
					expresó su rechazo a la salida del ducto de la planta al 
					mar.
					
					 
					
					
					“La bullada 
					tecnología de punta anunciada por la planta de celulosa, ya 
					dejó su evidencia en el río Cruces y ahora pretenden que eso 
					llegue al mar. Le digo aquí al señor Ricardo Lagos, que ese 
					ducto no va a salir al mar, porque nosotros nos opondremos”, 
					expresó Eliab Viguera, del Comité de Defensa del Mar.
					
					 
					
					
					“La alta 
					peligrosidad del emisario de la planta de celulosa que, aun 
					con tratamiento terciario provocó la muerte del humedal 
					(...) quedó demostrada en el estudio que llevó a cabo la 
					Universidad Austral de Chile, que es el único estudio serio 
					y de rigor científico de dominio público”, dijo un documento 
					de los manifestantes.
					
					
					 
					
					
					
					Marketing o participación
					
					
					 
					
					
					El diario La 
					Tercera admite no obstante que "los consumidores y los 
					grupos organizados, usando las comunicaciones modernas (...) 
					pueden compartir sus inquietudes medioambientales con 
					actores de todo el mundo (...), coordinar actividades de 
					diverso tipo (...) ejercer presión sobre empresas y 
					gobiernos".
					
					
					 
					
					
					Y concluye 
					el editorial diciendo que "Esta combinación del poder de 
					consumidores y ciudadanos es una mezcla potente que las 
					empresas y Estados modernos simplemente no pueden ignorar". 
					Es claro que 
					las grandes empresas no lo ignoran, pero "no ignorar" es una 
					cosa y dar participación es otra muy distinta.
					
					
					 
					
					
					Para muchas 
					empresas y gobiernos, esta evidencia representa sólo un 
					problema de relaciones públicas. Contratan así a consultoras 
					de opinión pública, cientistas y asistentes sociales, pero 
					para estudiar "cómo vender mejor el producto", en este caso 
					el proyecto de inversión, porque sus decisiones son 
					inamovibles.
					
					
					 
					
					Víctor L. Bacchetta
					
					12 de agosto de 2005