Kioto nace condicionado por el alto coste que supone su 
                          aplicación. Se estima que rondará entre los 150.000 y 
                          300.000 millones de dólares al año. Los países en vías 
                          de desarrollo han solicitado ayudas a los más ricos 
                          para que permitan la consecución de este tratado. Así 
                          lo argumentó el delegado de Tanzania en nombre de los 
                          países más pobres: "para nosotros el cambio climático 
                          es más catastrófico que el terrorismo". Sin embargo, 
                          si este Tratado no se aplica en las próximas fechas, 
                          su coste se multiplicará en el futuro. 
                          
                           
                          
                          El país más contaminante de la Tierra no se encuentra entre 
                          los que han suscrito el Protocolo de Kioto. Estados 
                          Unidos emite más de la cuarta parte de todos los gases 
                          contaminantes que se producen en el planeta. Su 
                          presidente, George W. Bush, alega que cumplir con 
                          Kioto perjudicaría la competitividad de las empresas 
                          norteamericanas en favor de naciones como India y 
                          China. Sin embargo, este último país ha reducido sus 
                          emisiones de dióxido de carbono de 715 a 181 millones 
                          de toneladas, mientras seguía creciendo en el mercado. 
                          Este cambio fue posible debido a una campaña de 
                          concienciación que difundió el Gobierno chino en el 
                          año 1996 entre todas las industrias que emitían 
                          dióxido de carbono durante sus procesos de producción.
                          
                          
                           
                          
                          Dinamarca también ha demostrado que es posible aumentar la 
                          producción y el empleo mientras se reduce la emisión 
                          de gases. El Gobierno danés estimuló la inversión y la 
                          investigación en ellas para reducir las importaciones 
                          de los combustibles fósiles. Al mismo tiempo creó más 
                          de 15.000 puestos de trabajo en el sector de la 
                          energía eólica. Todo ello provocó que Dinamarca haya 
                          pasado de producir un 4% en 1993 de energía a través 
                          de fuentes renovables a hacerlo en un 16% en el año 
                          2004. 
                          
                           
                          
                          Las consecuencias de la no aplicación de Kioto son 
                          impredecibles para el futuro. Los científicos 
                          advierten de que la capa de hielo que forma el Círculo 
                          Polar Ártico y la Antártida se seguirá reduciendo en 
                          los próximos años y las especies que viven sobre 
                          ellas, como los osos polares o las focas, corren grave 
                          peligro de extinción. Un ejemplo es el trozo de hielo 
                          que se desprendió hace cinco años de la Antártica. Su 
                          extensión era de tamaño similar al país de Luxemburgo. 
                          Este bloque de hielo navegaba a la deriva y el peligro 
                          de que colisionase contra otro iceberg puso en peligro 
                          la vida de cientos de pingüinos, así como la de varias 
                          comunidades científicas asentadas en la zona. 
                          
                          
                           
                          
                          Cada año sube cuatro milímetros el nivel del mar, se reduce 
                          la extensión de las costas, se inundan las playas, se 
                          producen con más frecuencia olas de calor, las sequías 
                          y las lluvias escasean. Estos efectos ya los está 
                          padeciendo la población. En 2003, 20.000 personas 
                          murieron a causa de la ola de calor que asoló Europa 
                          durante los meses de verano. También los científicos 
                          vaticinan que la temperatura del planeta se 
                          incrementará entre 1,5 y 6 grados centígrados durante 
                          el presente siglo, así como que se produzca una mayor 
                          presencia de catástrofes naturales cada año. 
                          
                          
                           
                          
                          La organización WWF/Adena asegura que el impacto del efecto 
                          invernadero se sentirá durante los próximos años en la 
                          disminución de la cubierta de hielo y de nieve. El 
                          cambio climático también provocará un calentamiento 
                          adicional del planeta, ya que el suelo y el océano 
                          absorberán más radiación. 
                          
                           
                          
                          La entrada en vigor del Protocolo de Kioto es el mejor 
                          tratamiento para que el futuro del planeta se 
                          prolongue durante generaciones. 
                          
                           
                          
                           
                          
                          Iván Trenado 
                          Turrión
                          
                          Convenio La 
                          Insignia / Rel-UITA
                          
                          16 de febrero de 
                          2005