Imágenes 
								por satélite revelan que el volumen de hielo 
								fundido se ha multiplicado por 2,5 en diez años
								
								
							 
							
							
							
							
							Imaginen un cubito de hielo tan grande como la 
							ciudad de Barcelona y con una altura de 2,2 
							kilómetros, equivalente a más de cuatro tibidabos
							uno sobre otro. 
							Un 
							cubito de 224 kilómetros cúbicos. 
							Ésta es la cantidad de hielo que pierde cada año 
							Groenlandia, según una investigación del Instituto 
							de Tecnología de California y de la Universidad de 
							Kansas (Estados Unidos) que se presenta hoy en la 
							revista Science. 
							Hace 
							diez años, en 1995, perdía menos de la mitad: 90 
							kilómetros cúbicos.
							
							
							Los investigadores atribuyen esta fusión acelerada 
							al incremento de temperatura registrado en los 
							últimos años en Groenlandia, 
							un 
							incremento de hasta tres grados en dos décadas en el 
							sudeste de la isla. Cuanto más aumenta la temperatura, más hielo se funde en la superficie 
							de los glaciares. Por lo tanto, más agua se filtra 
							por las grietas hasta la base del hielo. Por lo 
							tanto, más rápido fluyen los glaciares hacia la 
							costa, ya que en lugar de verse frenados por la 
							fricción del hielo contra la roca empiezan a hacer 
							bobsleigh sobre agua. Y por lo tanto, más hielo 
							llega al océano y más se funde al entrar en contacto 
							con el agua o tras romperse en icebergs. 
							
							Según los datos que se presentan hoy en Science, 
							basados en observaciones por satélite realizadas 
							desde 1996, 
							la 
							velocidad a la que los grandes glaciares del sur de 
							Groenlandia se desplazan hacia la costa se ha 
							multiplicado por dos en los últimos cinco años y es 
							ahora de 12 kilómetros por año. 
							En el 2005 la fusión de los hielos de la isla ha 
							hecho subir 0,57 milímetros el nivel de los océanos, 
							lo que representa casi una quinta parte de los tres 
							milímetros de aumento global, mientras que hace diez 
							años Groenlandia contribuyó con 0,23 milímetros a la 
							subida del nivel de los mares. 
							
								
									
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										Los 
										científicos advierten que los cambios en 
										Groenlandia pueden alterar el clima en 
										todos los continentes | 
								
							 
							
							
							
							
							Dado que hasta ahora no se había calculado la 
							aceleración de los glaciares de Groenlandia, los 
							estudios anteriores sobre la cantidad de hielo que 
							vierten al mar no la habían tenido en cuenta. Los 
							nuevos resultados implican que 
							"las 
							estimaciones actuales sobre el aumento del nivel del 
							mar en el próximo siglo, de alrededor de 50 
							centímetros, pueden ser demasiado bajas", escribe Julian Dowdeswell, de la Universidad de Cambridge 
							(Reino Unido), en Science.
							
							
							"El problema no es que el clima 
							cambie. El problema es que cambie más rápido de lo 
							que nosotros seamos capaces de hacer para 
							adaptarnos", añadió ayer Rainer Zahn, climatólogo de la 
							Universitat Autònoma (UAB), que el 28 de febrero 
							pronunciará una conferencia en CosmoCaixa sobre la 
							influencia del hielo de Groenlandia en el clima 
							global. Y los nuevos resultados advierten 
							precisamente de un cambio acelerado que puede llegar 
							a tener dos consecuencias catastróficas. 
							
							Los investigadores temen, en primer lugar, que la 
							fusión del hielo de Groenlandia interrumpa en las 
							próximas décadas la gran corriente submarina que 
							regula el clima de toda la Tierra. Esta corriente 
							está alimentada sobre todo por lo que ocurre en el 
							norte del Atlántico, donde las aguas densas y 
							cálidas de la superficie se hunden hasta las 
							profundidades del océano. La gran corriente barre 
							después el Atlántico de norte a sur, rodea la 
							Antártida, circula por el Índico, sube por el 
							Pacífico hasta Alaska y emprende el camino de 
							regreso hasta cerrar el bucle de nuevo en el norte 
							del Atlántico. 
							
							Sin embargo, una afluencia excesiva de agua dulce - 
							y por tanto poco densa- de los glaciares de 
							Groenlandia podría interrumpir la corriente. "España 
							y todo el sur de Europa sufrirá entonces una fuerte 
							desertización" y un aumento de temperatura de unos 
							siete grados, explicó ayer Zahn. 
							
							A más largo plazo, y es la segunda posible 
							catástrofe, la fusión total de los glaciares de 
							Groenlandia hará subir siete metros el nivel de los 
							mares. Los investigadores calculan que, de continuar 
							la tendencia actual de cambio climático, esto 
							ocurrirá dentro de 2.000 a 3.000 años. Territorios 
							hoy densamente poblados como Bangladesh, Holanda o 
							Florida quedarán entonces sumergidos y provocarán 
							migraciones masivas o bien obligarán a levantar 
							grandes obras de ingeniería para contener el mar.
							
							 
							
							
							
							Josep Corbella
							17 de febrero de 2006
							
							
							 
							
							
							Fotografía wwf.org
							
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