Autoridades señalan que la deforestación en México 
							se redujo en casi 100 mil hectáreas desde 1990 y que 
							en cinco años podría detenerse. Activistas les 
							refutan: los bosques siguen en ruta de extinción.
							
							
							 
							
							México revirtió la destrucción de sus bosques y en cinco años 
							más bajaría su tasa de deforestación a cero, 
							proclaman autoridades. Pero según activistas y 
							grupos sociales, eso es falso. Incluso algunos 
							afirman que de no cambiar la situación, la actual 
							superficie de selvas y bosques del país desaparecerá 
							en poco más de un siglo.
							
							 
							
							El Fondo de las Naciones Unidas para la Agricultura y la 
							Alimentación (FAO), que es la máxima autoridad en el 
							mundo sobre el tema de la deforestación global, 
							avaló los últimos estudios del gobierno mexicano 
							sobre la materia y hasta se adelantó a felicitarlo 
							por sus logros.
							
							 
							
							Las cifras oficiales, presentadas en diciembre, indican que 
							la deforestación cayó de 401 mil hectáreas anuales 
							en el periodo 1990-2000 a 314 mil hectáreas entre 
							los años 2000 y 2005. 
							
							 
							
							Hosny El-Lakany, subdirector de Montes de la FAO, declaró que 
							"debemos felicitar a México por su ejemplar reporte 
							2005 y sobre todo por haber alcanzado esa reducción 
							en las tasas de deforestación en su país".
							
							 
							
							Sin embargo, las estadísticas oficiales generan suspicacia 
							entre los activistas, pues en 2001 el mismo gobierno 
							mexicano habló de una deforestación anual de 1,1 
							millones de hectáreas, luego la bajó a 631 mil y más 
							tarde a 600 mil.
							
							 
							
							"La situación de los bosques es crítica", así lo demuestran 
							diversos estudios, evidencias y la actitud del 
							gobierno para quien lo forestal es ahora la 
							"prioridad número 40 o más", dijo a Tierramérica 
							Sergio Madrid, portavoz de G-Bosques, una flamante 
							coalición de 14 grupos sociales y productores 
							forestales mexicanos, creada en septiembre.
							
							 
							
							Para esta organización, los bosques y selvas, que cubren unos 
							56 millones de hectáreas y capturan dos terceras 
							partes del agua dulce que se consume en el país, 
							siguen en ruta de extinción. 
							
							 
							
							Los activistas argumentan que el presupuesto estatal para el 
							sector forestal representa apenas 0,01 por ciento 
							del global y que los programas de apoyo cubren sólo 
							13 por ciento de la superficie de bosques y selvas.
							
							 
							
							Además, sostienen que aunque el potencial productivo de los 
							bosques mexicanos es de más de 30 millones de metros 
							cúbicos anuales, la producción comercial actual no 
							alcanza los ocho millones de metros cúbicos.
							
							 
							
							México, que perdió los últimos 50 años la mitad de su 
							cobertura boscosa, se mantiene como el quinto país 
							que más deforesta en el planeta, sostiene la 
							organización ecologista Greenpeace.
							
							 
							
							Mientras, el Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales 
							advierte que las selvas locales desaparecerán en 
							unos 50 años y los bosques en poco más de un siglo.
							
							 
							
							El director de la estatal Comisión Nacional Forestal (Conafor), 
							Manuel Reed, felicitó a los activistas por estar 
							preocupados por los bosques, pero consideró 
							desconcertante su punto de vista. 
							
							 
							
							"Tenemos cifras científicas y comparables", conseguidas bajo 
							parámetros de la FAO y de otros expertos 
							reconocidos, que muestran que en los últimos cinco 
							años se frenó y revirtió la destrucción de los 
							bosques, declaró el funcionario a Tierramérica.
							
							 
							
							México ya no es el quinto país que más deforesta en el mundo, 
							esa una cifra de hace cinco años, aclaró. A su 
							entender, "en el nuevo reporte que ahora está 
							preparando la FAO, estaremos en una posición 
							muchísimo mejor".
							
							 
							
							"Las puertas de la Conafor está abiertas, no ocultamos nada, 
							si no están de acuerdo (el grupo G-Bosques), que 
							vengan y conversamos", expresó. 
							
							 
							
							"Es verdad que seguimos perdiendo bosque, pero ya hay un 
							punto de inflexión muy importante y eso va a la baja 
							de forma muy fuerte. Creemos que en cinco años más, 
							podríamos tener ya una tasa cero de deforestación", 
							aseguró Reed.
							
							 
							
							Madrid refuta esas afirmaciones. "Hoy día no tenemos un dato 
							confiable del gobierno sobre qué está pasando con 
							los bosques. Primero nos dicen un millón de 
							hectáreas, luego 300 mil y otras cifras, es un 
							chiste esto", argumenta. 
							
							 
							
							Greenpeace tacha de "cuentas alegres" los datos oficiales y 
							acusa a las autoridades de pretender "acabar con la 
							deforestación mediante ecuaciones, decretos y 
							discursos, sin tomar medidas que verdaderamente 
							protejan los bosques de nuestro país".
							
							 
							
							Al arrancar la administración del presidente Vicente Fox en 
							2000, los bosques y el agua fueron elevados a la 
							categoría de "asuntos de seguridad nacional". Con 
							esa bandera, el gobierno asumió el Plan Estratégico 
							Forestal, que plantea metas y objetivos hasta el año 
							2025, promovió nuevas normativas sobre la materia y 
							creó instituciones como la Conafor.
							
							 
							
							"Creo que el gobierno sí está intentando darle más fomento al 
							bosque, pero desafortunadamente nunca hay 
							presupuesto que alcance", señaló a Tierramérica 
							Rufino Meraz, dirigente del ejido Pueblo Nuevo, en 
							el central estado de Durango. 
							
							 
							
							En esa comunidad de 243 mil hectáreas hay una producción 
							maderera sobre una área de 84 mil 560 hectáreas. Tal 
							actividad es considerada sustentable por el gobierno 
							y es certificada como tal por el Consejo de 
							Administración Forestal (FSC son sus siglas en 
							inglés), instancia internacional que otorga un sello 
							que garantiza que la siembra y cosecha de árboles es 
							amigable con el medio ambiente.
							
							 
							
							Entre 1997 y 2005, la superficie de bosques mexicanos que 
							tienen la certificación FSC pasó de 110 mil a casi 
							651 mil hectáreas.
							
							 
							
							G-Bosques recuerda que 80 por ciento de la cobertura boscosa 
							de México está en manos de comunidades, pero 
							denuncia que a ese sector el gobierno ayuda poco o 
							casi nada.
							
							 
							
							Eso es falso, respondió el director de la Conafor. "La mayor 
							parte del presupuesto va a las zonas comunales y 
							ejidales". 
							
							 
							
							Sobre el presupuesto forestal, el funcionario reconoció que 
							aún se invierte poco, pero acotó que el actual gasto 
							en el sector, de unos 318 millones de dólares 
							anuales (suma que incluye dinero del gobierno y de 
							los estados), creció más de mil por ciento desde 
							2000.
							
							 
							
							"Por supuesto que no vamos arreglar al sector forestal de la 
							noche a la mañana, pero sí puedo garantizar que 
							ahora hay políticas muy claras en el sector forestal 
							mexicano y una política de Estado", lo que no había 
							en el pasado, afirmó.
							
							 
							
							
							Diego Cevallos 
							
							La 
							República
							
							11 
							de octubre de 2005