Invitado por la Asociación 
                    Finlandesa para la Protección de la Naturaleza, visité 
                    Finlandia del 7 al 15 de junio de 2005, con el objetivo de 
                    recopilar información independiente acerca de fábricas de 
                    celulosa en ese país, dado que la empresa finlandesa Botnia 
                    planea instalar una fábrica de ese tipo en Uruguay. Durante 
                    la visita tuve la oportunidad de recorrer el sudeste de 
                    Finlandia, sobre el lago Saimaa, donde se ubican las plantas 
                    de UPM (Lappeenranta), Metsa Botnia (Joutseno) y Stora Enso 
                    (Imatra). Tanto allí como en Helsinki y Tampere, pude 
                    conversar con pobladores locales, con ambientalistas, con 
                    agencias de monitoreo ambiental y con sindicalistas, 
                    obteniendo así información de primera mano sobre el tema de 
                    los impactos sociales y ambientales de la producción de 
                    celulosa. Agradezco a todas y a todos sus valiosos aportes y 
                    su gran cordialidad y gentileza. 
                    
                    Una larga 
                    historia de contaminación 
                    
                    
                    Las fábricas de celulosa tienen 
                    una larga historia de contaminación en Finlandia. El mismo 
                    grupo de empresas (UPM/Kymmene, Metsa Botnia, M-Real, Stora-Enso) 
                    que ahora se presenta al mundo como cuidadosas del medio 
                    ambiente, contaminaron impunemente durante décadas el agua, 
                    el aire y la salud de la gente de ese país. Fueron las 
                    luchas ambientalistas de la década del 80 y principios de 
                    los 90 las que finalmente obligaron a la industria mundial 
                    de la celulosa y el papel a introducir cambios tecnológicos 
                    para limitar sus emisiones y efluentes contaminantes. Como 
                    dice Esa Konttinen (2001), quienes forzaron a las fábricas 
                    de celulosa y papel a adoptar esos cambios fueron los 
                    ambientalistas regionales y locales. “Sin esa presión ‘desde 
                    abajo’ –afirma Konttinen- la legislación nacional no habría 
                    sido efectiva”. 
                    
                    Ese pasado explica dos actitudes 
                    de mucha gente de la Finlandia de hoy. Por un lado, cuando 
                    se les pregunta acerca de olores y contaminación, 
                    inmediatamente dicen que ahora la situación es mucho mejor 
                    que antes. Por otro lado, cuando se le pregunta más acerca 
                    del olor actual, muchos responden, como un chiste repetido, 
                    y sujeto a distintas interpretaciones, que “el dinero 
                    huele”, dando la impresión de un fatalismo aceptado en su 
                    visión acerca del pasado y el presente de la industria de la 
                    celulosa y el papel. 
                    
                    La 
                    contaminación y el olor aún existen 
                    
                    
                    Sin embargo, pese a las mejoras, 
                    la contaminación y el olor aún existen. Durante mi visita no 
                    pude percibir olor alguno, por la sencilla razón de que las 
                    fábricas no estaban funcionando, a resultas de una medida de 
                    “lock-out” (cierre) adoptada por las patronales en conflicto 
                    con sus trabajadores. Dicha situación fue aprovechada por 
                    dos organizaciones locales (el Centro de Naturaleza del 
                    Sureste de Finlandia y la Asociación para la Protección del 
                    Lago Saimaa), para hacer una investigación sobre la calidad 
                    del agua. Como resultado del estudio, el 10 de junio el 
                    periódico Etelä-Saimaa publicó un artículo con el sugestivo 
                    título de “Cierre de las fábricas: mejoró la calidad del 
                    agua del lago Saimaa”. Allí se explica que estando las 
                    operaciones de la fábrica suspendidas se tomaron muestras de 
                    agua cerca de la misma y se constató una fuerte caída en 
                    materia de presencia de nitratos, de sodio y de fósforo, así 
                    como una menor Demanda Química de Oxígeno. Es decir, que en 
                    menos de un mes de inactividad, la calidad del agua mejoró 
                    sustancialmente, demostrando así que las fábricas siguen 
                    contaminando. 
                    
                    En la región visitada hay dos 
                    oficinas de monitoreo ambiental. Una de ellas se centra en 
                    la calidad del aire (el Centro Ambiental del Sudeste de 
                    Finlandia) y la otra en la calidad del agua (la Asociación 
                    para la Protección del Agua del Lago Saimaa), en una amplia 
                    zona del lago Saimaa, donde existe una gran concentración de 
                    fábricas de celulosa. En ambas oficinas se me proveyó de 
                    información detallada sobre el tema. 
                    
                    Observando las gráficas de 
                    calidad del agua, se percibe que en todos los casos hay una 
                    mejoría entre la situación reinante en 1982 y la de 2004, 
                    pero de cualquier manera se constata que sigue habiendo 
                    contaminación en las áreas cercanas a las fábricas. 
                    
                    
                    En materia de calidad del aire 
                    también se evidencian mejoras entre 1989 y 2004, pero aún 
                    persisten importantes emanaciones de dióxido de azufre y de 
                    compuestos sulfurosos olorosos. Preguntados concretamente 
                    acerca de los olores, los investigadores estimaron que 
                    alrededor de una vez al mes se notan olores fuertes y 
                    desagradables. Tal opinión en general coincide con la de 
                    muchas otras personas a las que formulé la misma pregunta, 
                    aunque para algunas los olores son más frecuentes (dos veces 
                    al mes o incluso diarios). Sin embargo, prácticamente todos 
                    agregaron que la gente local no es capaz de percibir niveles 
                    de olor más bajos, que en cambio son olidos por visitantes 
                    externos no acostumbrados a esa contaminación. 
                    
                    A lo anterior debe agregarse que 
                    ninguna de las fábricas de la región visitada tiene el porte 
                    de la proyectada para Uruguay, cuya producción sería casi 
                    dos veces mayor que cualquiera de las tres visitadas. La 
                    contaminación sería por lo tanto al menos el doble o quizá 
                    tres veces mayor si también se instalara en Fray Bentos la 
                    planta de 500.000 toneladas de la empresa española Ence.
                    
                    
                    El olor no es 
                    sólo molesto: es peligroso 
                    
                    Durante la visita también 
                    concurrí al Instituto de Karelia del Sur sobre Alergia y 
                    Ambiente, donde a principios de la década de los 1990 se 
                    llevaron a cabo una serie de estudios acerca de los impactos 
                    de los compuestos sulfurosos olorosos sobre la salud humana. 
                    Estos compuestos son fundamentalmente el sulfuro de 
                    hidrógeno (H2S), el metil mercaptan (CH3SH) y los sulfuros 
                    de metilo [(CH3)2S y (CH3)2S2]. Los mismos son emitidos por 
                    fábricas de celulosa que utilizan un proceso con sulfato, 
                    que es el empleado por la mayoría de las fábricas de esta 
                    industria y por todas las del área visitada. 
                    
                    De los varios estudios 
                    realizados surge claramente que estos olores no son 
                    simplemente desagradables y molestos (que lo son), sino que 
                    además impactan sobre la salud, en particular incrementando 
                    el riesgo de infecciones respiratorias agudas, problemas de 
                    la vista, cefaleas y problemas neuropsicológicos, entre 
                    otros. Los estudios además constataron que estos compuestos 
                    ingresan a las viviendas de los habitantes locales, por lo 
                    que la gente también está expuesta a los mismos dentro de 
                    sus casas. 
                    
                    A su vez, varias personas 
                    preguntadas al respecto de su experiencia en materia de 
                    enfermedades que asocian a las fábricas de celulosa, 
                    inmediatamente hablaban de asma, alergias y problemas de la 
                    piel. 
                    
                    El desastre 
                    ambiental de 2003 
                    
                    
                    En el verano de 2003, unos 7.500 
                    metros cúbicos de licor negro escaparon de la fábrica de 
                    celulosa de UPM en Lappeenranta y contaminaron gravemente un 
                    área importante del lago Saimaa. De acuerdo con la prensa 
                    local, “la planta de tratamiento biológico no fue capaz de 
                    hacer frente a esa súbita descarga y en el espacio de unos 
                    pocos días el licor negro se esparció aguas adentro del 
                    lago”. La prensa continúa diciendo que “el licor negro 
                    consume el oxígeno del agua, causando una elevada mortandad 
                    de peces y también oscurece el agua y contamina las orillas. 
                    Además, tiene un olor sumamente desagradable. La mitad de la 
                    población de peces resultó erradicada en un radio de tres 
                    kilómetros de la planta”. 
                    
                    Conversando al respecto con la 
                    gente local, se me informó que el accidente generó un enojo 
                    muy grande, ya que ocurrió justo cuando empezaban las 
                    vacaciones de verano (en Finlandia el verano es muy corto) y 
                    la gente se disponía a disfrutar del lago. Para peor, la 
                    empresa no informó a nadie acerca del problema. Una persona 
                    me dijo: “Yo estaba realmente asombrada. Era como en los 
                    viejos tiempos. El agua estaba pesada, blanca, llena de 
                    espuma. El olor era terrible. Nos estropeó las vacaciones, 
                    ya que el problema duró un mes entero”. Lo más increíble es 
                    que hasta el día de hoy el Estado no ha presentado cargos 
                    contra la empresa, lo que estaría mostrando el poder 
                    político de la misma. 
                    
                    Algo más 
                    sobre el agua 
                    
                    Uno de los argumentos que se han 
                    utilizado en Uruguay para “demostrar” que las fábricas de 
                    celulosa finlandesas no contaminan, es que la gente se baña 
                    en el lago Saimaa, donde las fábricas vierten sus efluentes. 
                    Sin embargo, se olvidan de mencionar que esas zonas de baños 
                    son precisamente las que no están expuestas a los efluentes 
                    y que el lago Saimaa es el más grande de Finlandia, con una 
                    superficie de 4.400 km2 (4 veces más grande que 
                    la laguna Merín), una profundidad media de 12 metros y una 
                    máxima de 93 metros. Por otro lado, tuve la oportunidad de 
                    ser llevado a una isla que se encuentra frente a la planta 
                    de UPM, donde constaté que la propia empresa reconoce 
                    implícitamente la contaminación. La isla ha dejado de ser 
                    tal, debido a la construcción de un dique que es a la vez 
                    carretera. De un lado está la planta y la parte del lago 
                    donde vierte sus efluentes, en tanto que del otro lado del 
                    dique el agua está limpia. A poca distancia hay una bomba, 
                    que la empresa utiliza para sacar agua del lado donde ésta 
                    está limpia para enviarla a la planta para su uso en el 
                    proceso industrial. O sea, que reconoce que el agua del otro 
                    lado no es apta ni siquiera para la industria. Además, se me 
                    mencionó –aunque no tuve la oportunidad de verlo- que en 
                    otras plantas las empresas utilizan un sistema de bombeo 
                    para empujar sus efluentes lejos de las costas. 
                    
                    También es importante mencionar 
                    una diferencia sustancial con Uruguay: el largo y muy frío 
                    invierno. En efecto, durante muchos meses el agua del lago 
                    permanece totalmente congelada, a tal punto que pueden 
                    transitar vehículos pesados sobre el mismo. Eso hace que los 
                    efluentes fluyan por debajo de la capa de hielo durante todo 
                    ese tiempo, por lo que no es una situación comparable a la 
                    de Uruguay. 
                    
                    Una zona 
                    llamada “Pulp” 
                    
                    La fábrica de Botnia se 
                    encuentra en Joutseno en una zona llamada “Pulp”. Lo 
                    interesante es que “pulp” ni siquiera es una palabra en 
                    finlandés, sino que significa celulosa en inglés. Más 
                    interesante aún es que antes se llamaba Haukilahti, que en 
                    finlandés quiere decir “Bahía de los Hauki” (una especie de 
                    pez). Demás está decir que ese nombre es cosa del pasado, ya 
                    que son pocos los peces de esa especie que han logrado 
                    sobrevivir. Una pobladora local nos acompañó a orillas del 
                    lago y nos contó los problemas sufridos a lo largo de su 
                    vida por causa de la fábrica de celulosa. Nos dijo que si 
                    bien la situación había mejorado, la pesca estaba prohibida 
                    cerca de la fábrica y que no se podía alimentar “ni a los 
                    gatos” con esos pescados. Si bien ahora el agua está mucho 
                    menos sucia que antes, igual es frecuente ver espuma sobre 
                    el agua. Nos contó además un chiste del humor negro local: 
                    “Esta es la mejor playa para quienes quieran adelgazar, 
                    porque uno se mete en el agua y sale con solo los huesos”.
                    
                    
                    Joutseno solía ser una región 
                    eminentemente agrícola. Ya no más. Ahora su casi única 
                    actividad económica es la fábrica de celulosa. Su otra 
                    actividad es de “servicios”: una cárcel. Hasta el hospital 
                    para enfermos mentales que hay allí dejó de funcionar. El 
                    turismo no existe y no pude pernoctar allí como quería, por 
                    la simple razón de que no hay ningún lugar donde alojarse.
                    
                    
                    El peligro 
                    químico latente 
                    
                    
                    Es importante saber que las 
                    fábricas de celulosa utilizan grandes cantidades de 
                    compuestos químicos peligrosos. Entre ellos se encuentra el 
                    dióxido de cloro (utilizado para el blanqueo de la 
                    celulosa), que es un gas violentamente explosivo. Sumado a 
                    todos los demás productos químicos que se utilizan en la 
                    producción de celulosa, resulta claro que estas fábricas 
                    implican un peligro químico latente y permanente. De acuerdo 
                    con informaciones de una integrante del Partido Verde 
                    finlandés, el Director del Organismo de Ordenamiento 
                    Territorial de la ciudad de Lappeenranta dijo recientemente 
                    que nadie debería vivir en el entorno de 5 kms alrededor de 
                    la fábrica de celulosa. Afirmó que esa era una directiva de 
                    la Unión Europea y que la razón principal era precisamente 
                    la posibilidad de accidentes vinculados a los productos 
                    químicos utilizados en las plantas. Se nos dijo además que 
                    en las escuelas locales hay prácticas mensuales de 
                    seguridad, que incluyen el uso de máscaras antigás. 
                    
                    
                    El misterio 
                    de las dioxinas 
                    
                    Uno de los principales problemas 
                    ambientales asociados a la industria de la celulosa ha sido 
                    el de la liberación de un conjunto de sustancias sumamente 
                    tóxicas conocidas bajo el nombre genérico de dioxinas. 
                    Imaginé que éste sería uno de los principales aspectos del 
                    monitoreo ambiental en esta región. Para sorpresa mía, 
                    cuando pregunté a las personas encargadas del monitoreo del 
                    aire y a las responsables del tema agua, me respondieron que 
                    ni se hacía ahora ni se había hecho antes un seguimiento de 
                    estos contaminantes. Es más, no tenían ni idea si alguien 
                    estaba haciendo ese monitoreo en otras zonas del país. Esto 
                    resulta un misterio, ya que de acuerdo con las afirmaciones 
                    de los representantes de UPM/Botnia en Uruguay y de los 
                    delegados finlandeses a la Conferencia de las Partes del 
                    Convenio de Estocolmo (que incluye a las dioxinas entre los 
                    contaminantes a ser eliminados), parecía que en Finlandia el 
                    tema estaba bajo total control. Sin embargo, al menos en la 
                    zona recorrida (con tres grandes fábricas de celulosa), el 
                    tema dioxinas ni siquiera es conocido y mucho menos 
                    controlado. 
                    
                    Un turismo 
                    muy particular 
                    
                    En Uruguay, los representantes 
                    de UPM/Botnia han utilizado como “prueba” de que la planta 
                    de celulosa prevista para Fray Bentos no va a incidir 
                    negativamente sobre el turismo local, el hecho de que tanto 
                    en Lappeenranta, como en Imatra, hay una importante 
                    corriente turística. Sin embargo, se olvidan de mencionar 
                    dos temas importantes. El primero es el ya mencionado de los 
                    baños en zonas donde la contaminación no llega, que no sería 
                    el caso de Fray Bentos, donde los efluentes de la fábrica 
                    deben necesariamente ir aguas abajo, donde se encuentra la 
                    zona turística del Balneario Las Cañas. El segundo es la 
                    diferencia entre el tipo de turistas que van a esa zona de 
                    Finlandia y el que llega a Las Cañas. A Lappeenranta e 
                    Imatra concurren fundamentalmente finlandeses y rusos. Como 
                    vimos, los finlandeses parecen aceptar el olor como algo que 
                    forma parte de su realidad y confían en el gobierno en 
                    materia de control de la calidad del agua. A su vez, los 
                    rusos tienen fábricas de celulosa más vetustas y olorosas 
                    que las finlandesas (entre ellas, una de la norteamericana 
                    International Paper cerca de la frontera con Finlandia), por 
                    lo que tampoco les ofende el olor que se percibe en 
                    Finlandia. Totalmente distinto es el caso de Las Cañas, 
                    donde los turistas vienen al “Uruguay Natural” a respirar 
                    aire puro y a bañarse en las aguas del río Uruguay y donde 
                    no existe demasiada confianza en los controles ambientales 
                    del Estado. 
                    
                    Exportando 
                    problemas ambientales 
                    
                    
                    Hablando con el economista del 
                    sindicato de papeleros de Finlandia, me explicaba que en su 
                    país se hace un manejo bastante bueno de los bosques, 
                    tratando de utilizar el recurso sin agotarlo. A eso se suma 
                    la muy fuerte presión ambientalista para la conservación de 
                    los bosques. Sin embargo, la producción maderera del país ya 
                    no es suficiente para abastecer a las fábricas de celulosa 
                    existentes y alrededor de un tercio de la madera utilizada 
                    proviene de Rusia. En ese país, la producción maderera está 
                    dominada por mafias cuyo interés central es la obtención de 
                    ganancias a costa de los bosques del país. Pero la 
                    corrupción no solo existe en Rusia. Pocos días atrás, la 
                    policía de Rusia y de Finlandia anunciaron que un ejecutivo 
                    de la empresa finlandesa UPM estaba bajo sospechas de haber 
                    estado recibiendo millones de euros en la comercialización 
                    de madera rusa, en una maniobra en la que tanto la empresa 
                    vendedora como UPM evadían impuestos en Rusia y en 
                    Finlandia. A eso se suma que últimamente UPM ha sido objeto 
                    de duras críticas en Finlandia, por considerársela corrupta 
                    y de poca confiabilidad (YLE Uutiset, 21/6/2005). 
                    
                    
                    El resultado final es que la 
                    importación de madera de Rusia a Finlandia implica una forma 
                    de exportar los problemas ambientales. Si bien por ahora los 
                    bosques rusos son percibidos como minas inagotables, lo 
                    cierto es que son finitos y que en algún momento se va a 
                    restringir su uso. Es por eso que las empresas papeleras 
                    finlandesas están comenzando a buscar nuevas fuentes de 
                    materia prima –en particular de fibra corta- y nuevos sitios 
                    donde instalar otras fábricas de celulosa y papel. 
                    
                    
                    En junio de este año, cuatro 
                    empresas finlandesas de este sector dijeron que actualmente 
                    estaban invirtiendo en fábricas de celulosa en América del 
                    Sur y China y que en el futuro lo harían en la India 
                    (publicado en Kaleva, 7/6/05). En materia de papeleras, 
                    afirmaron que no instalarían nuevas fábricas ni en Finlandia 
                    ni en Europa y que las futuras inversiones para la 
                    fabricación de papel las harían en mercados de consumo 
                    creciente tales como China e India. Dado que Sudamérica no 
                    es percibida como un mercado futuro importante para el 
                    consumo de papel, cumpliría el rol de producir celulosa para 
                    la exportación. 
                    
                    
                    La nueva materia prima para la 
                    producción de celulosa provendría de las plantaciones de 
                    monocultivos de eucaliptos en países como Uruguay, donde 
                    crecen a un ritmo 10 veces más rápido que en Finlandia. Es 
                    decir, que también aquí, las empresas finlandesas estarían 
                    exportando los problemas ambientales asociados a esos 
                    monocultivos y a la producción de celulosa a terceros 
                    países. 
                    
                    Patronales 
                    como tantas 
                    
                    Las patronales de la celulosa y 
                    el papel de Finlandia han demostrado ser iguales a tantas 
                    otras. En efecto, el 18 de mayo desencadenaron un serio 
                    conflicto, al decretar un “lockout” patronal (cierre de la 
                    fábrica por la patronal) en todas las fábricas de celulosa y 
                    papel de ese país. Durante toda la duración de mi visita a 
                    Finlandia las fábricas permanecieron cerradas. 
                    
                    ¿Cuál fue la “grave” causa de 
                    este conflicto? La causa aparente fue que el sindicato 
                    adoptó la medida de suspender las horas extras. Sin embargo, 
                    de acuerdo con fuentes sindicales, las verdaderas causas son 
                    otras. Entre ellas se destacan: 
                    
                    - que las empresas exigen que la 
                    fábrica siga funcionando durante las vacaciones de verano y 
                    Navidad, sin compensación para los trabajadores
                    - la tercerización discrecional de todas las tareas que las 
                    empresas deseen pasar a la órbita de subcontratistas
                    - la suspensión de trabajadores durante ciertos períodos
                    - jornadas de 12 en vez de 8 horas diarias
                    - acortar las vacaciones de verano a una semana.
                    
                    El argumento de la patronal es 
                    que esas son prácticas comunes en otros países productores 
                    de celulosa y papel. Es decir, que lo que se intenta es 
                    rebajar las condiciones de trabajo en Finlandia a los 
                    niveles más bajos posibles. ¿Hace falta mencionar por qué 
                    Uruguay les resulta tan atractivo? 
                    
                    Los sindicalistas finlandeses 
                    también mencionan otra posible razón para explicar la 
                    inflexibilidad patronal en el conflicto: que se trata de una 
                    maniobra para elevar el precio del papel. En efecto, el 
                    largo cierre de las fábricas en Finlandia (a las que se ha 
                    sumado el paro solidario en fábricas ubicadas en otros 
                    países) ha tenido un impacto sobre los precios, que se han 
                    visto incrementados frente a un posible desabastecimiento. 
                    Es decir, que quienes tenían importantes stocks de papel se 
                    han visto beneficiados por el cierre de las fábricas. 
                    
                    
                    Problemas 
                    sociales 
                    
                    Una táctica utilizada para 
                    dividir a la opinión pública por parte de los sectores 
                    políticos de derecha consiste en decir que los trabajadores 
                    finlandeses de la celulosa y el papel son los mejores pagos 
                    de Finlandia. Sin embargo, se esconde el hecho de los 
                    problemas que han sufrido y sufren. Por un lado, la 
                    modernización de la industria a partir de principios de los 
                    años 90 implicó un proceso de automatización importante, que 
                    dejó a muchos trabajadores sin puestos de trabajo. Por otro 
                    lado, la propia automatización está dando lugar a problemas 
                    de salud debido al aislamiento en que muchos trabajadores 
                    desarrollan sus tareas, sentados todo el día o la noche 
                    frente a una pantalla de computadora. Además, el sistema 
                    vigente de turnos de trabajo rotantes (diurnos y nocturnos) 
                    también resulta en impactos sobre la salud de los 
                    trabajadores, en particular vinculadas a dificultades para 
                    dormir en forma adecuada. En base a esos problemas, el 
                    sindicato vincula la muerte de unos 300 trabajadores a 
                    factores de alguna manera relacionados a las condiciones 
                    laborales. A eso se suman problemas de alcoholismo 
                    relacionados a despidos y a condiciones de trabajo, que a su 
                    vez resultan en problemas de violencia familiar. O sea, que 
                    estos trabajadores no son en definitiva tan privilegiados 
                    como se los quiere presentar frente a la opinión pública.
                    
                    
                    A modo de 
                    conclusión 
                    
                    De todo lo anterior surgen una 
                    serie de elementos que aportan nuevos datos al debate 
                    instalado en Uruguay acerca de las fábricas de celulosa. 
                    Poco de ello pudo ser percibido por quienes viajaron a 
                    Finlandia invitados por la principal parte interesada -la 
                    empresa Botnia- que mostró lo que quería mostrar y demostró 
                    lo que quería demostrar. Por supuesto que de ninguna manera 
                    cuestionamos la honestidad de legisladores y periodistas que 
                    participaron en dichos viajes y que sacaron sus conclusiones 
                    a partir de lo que efectivamente tuvieron la oportunidad de 
                    ver. En este relato intento mostrar la otra cara de la 
                    moneda, que entiendo se acerca mucho más a la realidad a la 
                    que nos podremos ver enfrentados –uruguayos y argentinos- en 
                    caso de instalarse una o dos plantas de celulosa en Fray 
                    Bentos, con una capacidad de producción dos o tres veces 
                    superior a cualquiera de las tres fábricas de la región que 
                    visité en Finlandia. 
                    
                    Ricardo Carrere
                    
                    Grupo Guayubira
                    
                    26 de julio de 2005
                     
                    
                    Fuentes 
                    consultadas 
                    
                    - Asociación 
                    para la Protección del Agua del Lago Saimaa. (contiene 
                    gráficos y tablas de datos de contaminación del agua entre 
                    los años 1982 y 2004). 
                    
                    - Etelä-Karjalan 
                    Ilmanlaatu (2004) (contiene información de contaminación del 
                    aire entre los años 1988 y 2004). 
                    
                    - 
                    Finnish Forest Industries Federation (2004). 
                    
                    
                    “The employers want to stop 
                    continuous shutdowns by lockout”.
                    
                    
                    -
                    Haahtela. T., Vilkka. V., Marttila. O., 
                    Jäppinen. P., Jaakkola. J.J.K. (1989). Allergy and 
                    Environment Institute in South Karelia. “Human Health risks 
                    caused by malodorous sulfur compounds in ambient air in 
                    South- Karelia, Finland”. En: L. J. Brasser and W.C. Mulder 
                    (Eds), Man and his Ecosystem. Proceedings of the 8th World 
                    Clean Air Congress 1989, The Hague, The Netherlands, 11-15 
                    September 1989. Volume 1. @ Elsevier Science Publishers B.V., 
                    Amsterdam. 
                    
                    - 
                    Jaakkola, J.K., Vilkka, Vesa., Marttila, Olli., Haahtela, 
                    Tari., Miettinen, Pauli., Partti-Pellinen, Kirsi. (1999). 
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                    Fotos:
                    
                    
                    
                    www.pefcwatch.org
                    
                    
                    www.metsakonepalvelu.fi
                    
                    www2.lut.fi