El hecho de que organizaciones ecologistas 
								promuevan la leña como combustible ha sido 
								cuestionado por algunos debido a la supuesta 
								emisión de dioxinas y furanos que ello 
								implicaría. Dado que RAP-AL participó 
								activamente en todo el proceso del Convenio de 
								Estocolmo (en el que los países se comprometen a 
								reducir las dioxinas y furanos) consideramos 
								importante hacer algunos aportes sobre el tema.
								
							 
							
							 
							
							
							Durante décadas los científicos han reconocido la 
							emisión de dioxinas y furanos que han producido los 
							procesos industriales (en particular la producción 
							de celulosa) y los problemas generados tanto en la 
							salud de la gente como en la destrucción del medio 
							ambiente. A partir de esta preocupación nace el 
							Convenio de Estocolmo, que entra en vigencia en 
							febrero del 2004, del cual Uruguay es parte, con el 
							objetivo de que los países Partes se comprometan a 
							reducir y eliminar las emisiones de estas sustancias 
							junto con otras denominadas Contaminantes Orgánicos 
							Persistentes (COPs).
							
							Para poder reducirlas y eliminarlas, cada país debe 
							comenzar por elaborar un Inventario de sus 
							emisiones, siguiendo las directrices elaboradas por 
							el PNUMA (Programa de Naciones Unidas para el Medio 
							Ambiente) en el llamado Toolkit . Todos los países 
							deben seguir estas directrices, por lo que los 
							resultados estarán determinados de acuerdo a las 
							mismas, sin hacer mediciones reales en cada uno de 
							ellos. En el Toolkit aparecen distintos procesos que 
							resultan en la emisión de dioxinas y furanos, entre 
							los que figura la leña (que a su vez se discrimina 
							en contaminada y no contaminada).
							
							Uruguay ya hizo su Inventario, en el que incluye a 
							la leña de uso doméstico. Los niveles de emisión 
							estuvieron determinados por el Toolkit, sin que se 
							hicieran mediciones concretas por tipos de leña, 
							aparte de haber separado leña contaminada de leña no 
							contaminada, tal como lo indicaba el Toolkit.
							
							
							Queremos resaltar que el Toolkit aplicado por los 
							países Parte del Convenio de Estocolmo fue altamente 
							cuestionado durante la primera reunión de las Partes 
							(mayo 2005, Punta del Este), por los miembros de 
							IPEN (Red internacional por la eliminación de los 
							COPs).
							
							La principal crítica de IPEN al Toolkit, fue que 
							éste tiene un efecto distorsionador de las 
							prioridades y actualmente no es una herramienta 
							verdaderamente útil para impulsar la adopción de 
							tecnologías limpias en el sector industrial, debido 
							a que subestima las fuentes industriales, que son 
							las principales liberadoras de COPs, y sobrestima 
							las fuentes dispersas de COPs, como incendios 
							forestales y quemas domiciliarias.
							
							RAPAL entiende que no corresponde hacer afirmaciones 
							basadas en las supuestas emisiones de dioxinas 
							resultantes de la quema de leña, dado que en Uruguay 
							no se han hecho estudios sobre el tema y el 
							inventario de emisiones de dioxinas y furanos se 
							basa en una herramienta cuestionada: el Toolkit.
							
							En esta materia solo es posible afirmar que la 
							madera contaminada con sustancias químicas 
							(pinturas, barnices, creosota, etc.) o que haya 
							estado sumergida en agua salada produce dioxinas y 
							furanos (por la presencia de cloro).
							
							Pese a las intensas búsquedas realizadas tanto en el 
							país como en el exterior, no hemos encontrado 
							ninguna información concreta acerca de la posible 
							emisión de dioxinas y furanos por la quema de madera 
							seca de eucalipto o de otros tipos de leña que se 
							utilizan en Uruguay
							
							Sin embargo, dada la potencialidad de la leña como 
							combustible alternativo es importante despejar dudas 
							y en ese sentido sería imprescindible que el Estado 
							llevara a cabo estudios completos en materia de 
							emisiones aéreas resultantes de la quema de leña 
							(tanto de eucaliptos como de especies de monte 
							nativo) para determinar la presencia de gases 
							peligrosos (tanto dioxinas como otros).
							
							Al mismo tiempo, se debe promover la investigación 
							en materia del mejoramiento de procesos de quema de 
							leña, que prevengan posibles daños ambientales y 
							sobre la salud humana, más allá de que estos 
							provengan de dioxinas o de otros contaminantes.
							
							En definitiva, lo que de ninguna manera se puede 
							hacer, es afirmar que la leña que se quema en 
							Uruguay (de eucalipto y de monte) genere dioxinas y 
							furanos, por la sencilla razón de que no se sabe.
							
							
							
							RAP-AL Uruguay
							2 de enero de 2006