La selva misionera, exuberante y majestuosa, abarca la 
                    provincia de Misiones sobre una meseta con alturas de hasta 
                    800 metros. Tiene un suelo rojizo de materia orgánica que 
                    forma un mantillo de hasta 30 centímetros de espesor y actúa 
                    como una esponja que retiene el agua y los minerales. Otrora 
                    cuna de relatos y mitos, la selva misionera está 
                    desapareciendo. 
                    
                     
                    Uno de los factores de su destrucción es la forestación en 
                    gran escala de pinos exóticos, gran parte de cuya producción 
                    es destinada a la fabricación de celulosa, en tanto que otra 
                    se orienta a la industrialización de la madera. 
                    
                     
                    El Grupo Ecologista Cuña Pirú, de la provincia de Misiones, 
                    invitó a fines de mayo de 2005 al Coordinador Internacional 
                    del WRM, Ricardo Carrere, quien a partir de observaciones 
                    directas y conversaciones con pobladores locales elaboró un 
                    informe acerca de los impactos de las plantaciones de pino 
                    en la provincia. 
                    
                     
                    A continuación brindamos algunos extractos adaptados del 
                    mismo, centrándonos en la falsedad que constituye afirmar 
                    que las plantaciones sirven para “quitar presión” a la 
                    selva. 
                    
                     
                    “En Misiones se talan 32,5 hectáreas de monte por día; o 
                    sea, que desaparecen 12.000 hectáreas cada año. 
                    Originariamente, la provincia contaba con 2.700.000 
                    hectáreas de selva tropical, pero en la actualidad se estima 
                    esta superficie en 1.200.000 hectáreas. Es decir, que sólo 
                    queda el 44% de la selva original. Resulta fundamental 
                    proteger lo que resta, ya que ese porcentaje representa al 
                    último remanente continuo de selva paranaense del mundo. 
                    
                     
                    Pese a dicho proceso de destrucción de la selva, Misiones es 
                    descrita en Argentina como la ‘principal provincia forestal 
                    del país’. En realidad, se trata de la provincia con mayor 
                    porcentaje de monocultivos de árboles. En el año 2000 
                    contaba con 318.000 hectáreas plantadas en una provincia 
                    relativamente pequeña (casi 3 millones de hectáreas de 
                    superficie total). De ese total, más del 80% era de pinos 
                    elliottii y taeda. Dado que se continúa ‘forestando’, es 
                    probable que ya cuente con más de 350.000 hectáreas 
                    plantadas. 
                    
                     
                    Cuando se habla de plantaciones, es usual que en todos lados 
                    se las publicite como factor que ayuda a la protección del 
                    bosque nativo, afirmándose que ‘quitan presión’ a la 
                    extracción maderera de los bosques. El hecho de que esto 
                    rara vez sea cierto no desanima a quienes hacen esa 
                    afirmación. Tal es el caso en Misiones. Durante los pocos 
                    días que estuve allí, vi pasar innumerables camiones 
                    cargados con gruesos árboles nativos, descritos con tristeza 
                    por un integrante de Cuña Pirú como ‘carros fúnebres que 
                    pasean al monte sobre ruedas...’ 
                    
                     
                    También pude observar grandes pilas del mismo tipo de 
                    árboles en los muchos aserraderos de la zona. Es más, según 
                    el subsecretario de Bosques y Forestación del Ministerio de 
                    Ecología, Recursos Naturales Renovables y Turismo de 
                    Misiones, en la provincia hay 379 aserraderos que trabajan 
                    con especies nativas. A eso se suma que la mayor parte de 
                    los ‘bosques’ que se pueden observar son de pinos de origen 
                    norteamericano. Los monocultivos de árboles exóticos ocupan 
                    ahora el lugar donde antes se desarrollaba la exuberante 
                    selva misionera y en muchos casos son establecidos en 
                    ‘capueras’, o sea, en áreas en las que el bosque se comienza 
                    a reestablecer. 
                    
                     
                    Además, las empresas plantadoras continúan destruyendo la 
                    selva. Se me informó que se siguen utilizando tractores con 
                    cadenas para tirar abajo los árboles, seguido por la 
                    aplicación de fuego. Claro que antes de aplicar el fuego 
                    salen ‘camionadas de buena madera’, de las que se obtienen 
                    importantes sumas de dinero. Luego se ara y se aplican 
                    herbicidas pre y post-emergentes, que destruyen el potencial 
                    de regeneración de la selva, eliminando a las especies 
                    pioneras que se instalan y a los rebrotes de los árboles 
                    cortados. 
                    
                     
                    Reforestar significa deforestación previa. Y en el caso de 
                    Misiones no solamente ganan con la madera que voltean. 
                    Obligan a muchos productores a reemplazar cultivos de todo 
                    tipo … y principalmente reemplazan a las familias, a los 
                    colonos, por pinos. Primero, la crisis de los distintos 
                    productos tradicionales y la baja de sus precios. Y así 
                    quedarse con las tierras, las chacras, etc. y llenarlas con 
                    pinos, dando lugar a un proceso de concentración de tierras 
                    vinculado a la forestación. A modo de ejemplo, la empresa 
                    chilena Alto Paraná posee 230.000 hectáreas de tierras o el 
                    8% de la superficie total de Misiones. Al igual que en 
                    muchos otros países, ese proceso de latifundización 
                    vinculado a la forestación se origina en el bajo costo de la 
                    tierra, el rápido crecimiento de los árboles, la 
                    inexistencia de restricciones para la adquisición de grandes 
                    extensiones de tierra y la promoción estatal a través de 
                    subsidios. 
                    
                     
                    Como argumento para esa promoción se dice que el sector 
                    genera miles de puestos de trabajo y se menciona ‘la gran 
                    cantidad de mano de obra que se genera por cada hectárea 
                    plantada’. Sin embargo lo que se percibe es un proceso de 
                    concentración urbana, vinculado al ‘abandono de tierras 
                    agrícolas a cultivos forestales’. 
                    
                     
                    Por otro lado, las condiciones de trabajo de los 
                    trabajadores forestales son malas, la mayor parte de las 
                    tareas se hacen a ‘puro contratista’, y es común que los 
                    agrotóxicos se apliquen sin máscara ni ropa apropiada 
                    (aunque los capataces exigen que se lleve la máscara colgada 
                    al cuello ‘por si viene una inspección’). Si alguien se 
                    queja, es incorporado al Libro Negro y jamás conseguirá otro 
                    trabajo”. 
                    
                     
                    El afán de lucro de la glotonería comercial se abalanza 
                    sobre la selva. Con ella se van sus pueblos y sus saberes, 
                    los seres que habitan esa “catedral viva de los helechos y 
                    la serpiente”, “llena de sombras y duendes verdes” (poema 
                    del artista misionero Ramón Ayala).
                     
                    
                     www.ecoportal.net
                    
                    
                    22 de julio de 2005
                     
                    
                    El informe completo del viaje de Ricardo Carrere a Misiones 
                    se encuentra en 
                    www.guayubira.org.uy/celulosa/informeMisiones.html
                     
                    
                    Foto: INTA