Uruguay

Foro social rechaza la instalación

de plantas de celulosa

 

Organizaciones sociales y ciudadanos participantes en un foro público realizado el sábado 14 en la ciudad de Fray Bentos rechazaron la instalación en las cercanías de esa localidad uruguaya de dos plantas de celulosa promovidas por las multinacionales ENCE y Botnia.

 

 

Ubicada en el litoral norte, Fray Bentos es capital del departamento de Río Negro y tiene poco menos de 20 mil habitantes. Allí, primero las empresa española ENCE y luego la finlandesa Botnia manifestaron su intención de levantar sendas fábricas de celulosa.

 

Con el fin de convencer a los pobladores del área y la opinión pública ambas firmas no han reparado en gastos en campañas de publicidad en los medios de comunicación.

 

Las dos empresas pretenden igualmente que sus emprendimientos no afectarán el turismo, la principal fuente de trabajo de la ciudad, y que, contrariamente a lo sostenido por los ambientalistas, reactivarán la actividad económica en la zona y crearán unos 300 nuevos puestos de trabajo.

 

La resistencia a estos planes es sostenida por grupos ecologistas de carácter nacional e internacional, pero la parte más dura de la lucha recae sobre las espaldas de los ambientalistas radicados en Fray Bentos y en la ciudad argentina de Gualeguaychú, ubicada al otro lado del río Uruguay, en la provincia de Entre Ríos.

 

Con pocos recursos económicos, pero mucho esfuerzo, estos vecinos deben contrarrestar la campaña publicitaria y el lobby de las dos multinacionales. Botnia y ENCE incluso han pagado viajes y estadías a Finlandia y España, respectivamente, a periodistas para que puedan constatar in situ cómo esas compañías respetan el medio ambiente.

 

Más de uno de los invitados ha cambiado de posición luego de la visita y otros, inicialmente contrarios a los emprendimientos, al regreso se deslizan a una neutralidad que ubica el debate en términos técnicos (un poco más o un poco menos de contaminación) y no de enajenación y deterioro de los recursos naturales de Uruguay y Argentina.

 

A estas dificultades los ambientalistas uruguayos deben agregar la falta de trabajo en Fray Bentos y las elecciones nacionales a realizarse en octubre, cuya proximidad ha hecho que los políticos de los diversos partidos sean al menos prudentes respecto a dos proyectos que pueden llegar a generar fuertes inversiones y trabajo en una ciudad fuertemente afectada por el desempleo.

 

La mayor parte de los candidatos no quieren chocar con los inversores extranjeros y eluden el tema. "Tampoco la izquierda ha definido una posición al respecto: dentro de la coalición progresista Frente Amplio hay quienes defienden los emprendimientos de las multinacionales y quienes no, y lo más seguro es que nuestra fuerza llegue a las elecciones sin una posición única", dijo a Rel-UITA Horacio Zefferino, uno de los dirigentes de ese conglomerado, favorito para ganar las elecciones de octubre. Zefferino estuvo presente en el foro, pero no en representación de su partido sino en tanto "ciudadano comprometido con la defensa de la soberanía nacional", según puntualizó.

 

Por su parte, Roberto Sosa, presidente del Plenario Intersindical de los trabajadores de Río Negro, expresó que "en la central de trabajadores de Uruguay finalmente se logró aprobar una moción de rechazo a las plantas de celulosa pero luego de un largo debate, pues también en nuestro  ámbito hay posiciones diferentes".

 

La declaración final de este foro, realizado en Fray Bentos a iniciativa del Grupo Guayubira, fue aprobada por unos 200 asistentes y llama la atención sobre los posibles daños que las dos plantas de celulosa pueden causar en la región: "Un incremento de la forestación indiscriminada que ya está provocando efectos negativos en lo económico, social y ambiental; posible desaparición de puestos de trabajo en el turismo de la región, en la actividad rural, en la apicultura y otras actividades por efecto de la contaminación; la salud se vería seriamente afectada por la emisión de dioxinas y furanos y otras sustancias tóxicas causantes de enfermedades respiratorias, cáncer y afecciones derivadas de la lluvia ácida que no se perciben a corto plazo".

 

Los suscriptores de la declaración llaman a no creer "a ciegas en todas las promesas de los inversores que tratan de ganarse el apoyo de la población. La experiencia demuestra que emprendimientos similares en otros países de la región han provocado graves impactos sobre el ambiente y la salud y al mismo tiempo un incremento de la pobreza. Estos emprendimientos no presentan un modelo sustentable que ofrezca mejor calidad de vida a sus habitantes".

 

Finalmente, los ambientalistas advierten a la ciudadanía acerca de los riesgos de deslumbrarse "con las promesas de inversiones millonarias cuando las mismas empresas necesitan convenios exoneraciones y zonas francas para seguir con sus proyectos".

 

Firman la declaración las organizaciones uruguayas Movimiento por la Vida, el Trabajo y el Desarrollo Sustentable de Río Negro, la Asociación Soriano en Defensa de los Recursos Humanos, el Grupo Eco de Tacuarembó, Redes-Amigos de la Tierra, la Comisión de Defensa del Agua, el Grupo Ecológico de Young y Vida Silvestre, y las argentinas Foro Ecologista de Paraná, Grupo Ñandubay y el Ejército Alpargatista de Liberación Nacional.

 

 

Carlos Caillabet

© Rel-UITA

20 de agosto de 2004

 

 

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