Uruguay

Con Mauricio Vives*

El campo como opción de vida

 

Se define como un luchador social y de origen ciudadano, pero en busca de una vida mejor junto a su familia se convirtió en productor rural. Pese a las dificultades, Vives no se arrepiente de esa decisión

 

 U sted atravesó un largo exilio durante la dictadura en nuestro país (1973-1985). ¿A qué se dedicó cuando retornó a Uruguay? 

-Viví en la ciudad y me dediqué a ejercer mi profesión: soy carpintero y también constructor naval. Pero por nosotros y nuestros dos hijos decidimos comprar una chacra de tres hectáreas en la zona rural de Montevideo y mudarnos allí. Continué trabajando como carpintero hasta que la crisis nos derrumbó, y a partir de allí nos dedicamos y vivimos de la horticultura orgánica. Si me tuviera que definir diría que soy un luchador social.

 

-¿Cómo fueron sus inicios como productor chacrero?

 

-Difíciles, como los de cualquier productor, pero rápidamente comprendí el profundo valor que tiene la producción de alimentos en la organización social. Hoy mi familia y yo no tenemos otros ingresos que no sean los de la chacra. Plantamos todo tipo de hortalizas e industrializamos artesanalmente los productos obtenidos. Obtenemos salsa y dulce de tomate, mermelada de ciruela, hacemos pan. A nuestra escala esta actividad nos permite cubrir el presupuesto familiar básico.

 

-¿Está endeudado?

 

-No. Pero no podemos pagar un seguro de salud. Tengo rentabilidad cero pero hemos logrado no comernos nuestro pequeño capital, es decir, la tierra, la casa. Claro que aún no tengo la posibilidad de reinvertir para desarrollarme y crecer. Estamos en un nivel de subsistencia que no nos permite tener un vehículo propio.

 

-Usted se define como luchador social. ¿Cuál es el rol de los chacreros como usted en la sociedad?

 

-Subsidiar. Evitar que no haya más hambre en nuestra sociedad. Una lechuga que hoy vendemos en cinco pesos apenas cubre los costos de producción. El modelo de producción dominante es excluyente, disolvente de las relaciones sociales. Nosotros no podemos ser sólo productores y adquirir los insumos. Debemos completar el ciclo. La agricultura orgánica no es únicamente producir sino comercializar, distribuir y eso es lo que nos permite vivir.

 

-Entonces hay un problema de escala: cuanto más producción más ganancia.

 

-No necesariamente. Si nosotros nos planteamos una gran escala deberíamos contratar mucha mano de obra y los números no cerrarían.

 

-¿Tienen relación con otros productores agropecuarios o trabajadores rurales?

 

-Sí, estamos en eso. APODU no surge de una declaración de principios sino de la necesidad de los productores de defenderse de un sistema que pretende excluirnos. Nosotros estamos en contra del modelo neoliberal, que para llevarse a cabo nos desplaza. No hay coexistencia posible entre nuestra forma de producir y el neoliberalismo.

 

-Como chacrero, ¿qué expectativas tiene si a fines de este año gana las elecciones la izquierda, como buena parte de las encuestas lo prevé?

 

-No creemos que un gobierno de izquierda nos solucione todos los problemas, pero por lo menos pensamos que tendremos la posibilidad de discutir y de llegar a incidir en las decisiones políticas que se tomen.

 

 

Carlos Caillabet

© Rel-UITA

7 de mayo de 2004

 

* Vicepresidente de la Asociación de Productores Orgánicos del Uruguay (APODU)

 

 

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