Con Javier Soria, pequeño productor, integrante de APABU

 

La crisis nos hizo tomar conciencia

 

-¿Cómo valora su relación con los asalariados rurales?

 

-Integro la Asociación de Productores Orgánicos de Bella Unión (departamento de Artigas) y con los asalariados rurales estamos recorriendo un camino de acercamiento en el cual aprendo mucho.

 

-Usted fue un productor convencional ¿cómo se reconvirtió a la agricultura orgánica?

 

-A lo golpes. La relación con los asalariados en mi caso es aprender. Lo mío toda la vida fue trabajar la tierra, y en contacto con estos compañeros estoy entendiendo lo que significa la justicia social. Yo antes sólo pensaba en producir sin tener en cuenta a la sociedad. Como agricultor convencional me hacían ver que tenía que trabajar sin importarme si perjudicaba a otros. Al llegar la crisis, cuando se desmorona la agricultura convencional, uno comienza a tener en cuenta y a querer lo que lo rodea, en primer lugar al asalariado, del que ni siquiera considerábamos la contaminación a la que estaba sometido al utilizar agrotóxicos. Ahora sabemos los daños en la salud de los compañeros asalariados debido a los productos químicos que utilizábamos para aumentar la rentabilidad en los cultivos.

 

-La crisis lo ayudó a comprender esto.

 

-La crisis ha logrado que cambiara de opinión. No conozco productor convencional que ganara plata y se haya pasado a la agricultura orgánica. Esta es la única parte buena de la crisis. Yo no entendía esta agricultura porque, en general, para los ingenieros agrónomos de Bella Unión la producción orgánica no existe.

 

Carlos Caillabet

© Rel-UITA

Febrero 2005

 

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