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Ardila es 
presidente de SINTRAINAGRO seccional Puerto Wilches. Visitamos la zona y 
dialogamos con él mientras se desarrolla la huelga en la empresa Oleaginosas 
Bucarelia. Ésta persiste en invocar una supuesta crisis económica y 
fitosanitaria para exigirle al Sindicato que renuncie a 23 artículos de la 
Convención Colectiva vigente, que acepte el incremento de trabajadores 
tercerizados y las Cooperativas de Trabajo Asociado. 
  
Para mejor comprender esta realidad, vale saber que las 
trabajadoras y trabajadores de la Palma Africana en el Magdalena Medio, 
considerada “zona roja”, han sido sometidos por muchos años -y aún lo son- a una 
violencia generalizada: la presencia de grupos armados FARC, ELN y
Paramilitares, y ahora las denominadas bandas criminales o “Bacrim”, 
reductos surgidos de la supuesta desmovilización paramilitar durante el gobierno 
de Álvaro Uribe Vélez. 
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A una 
decisión de afiliación sindical las empresas aquí responden con el 
despido inmediato, y si el trabajador persiste, surge la violencia |  
  
-¿Qué tiempo llevas en la lucha obrera? 
-Desde mi infancia estoy trabajando fundamentalmente en toda la 
zona del Magdalena Medio y la Costa Atlántica, pues nací por allí, pero estoy en 
la vida sindical desde los 17 años. En la actualidad tengo 58. 
  
-¿Cuál ha sido la mayor dificultad en tu tarea como organizador y 
activista sindical? 
-Toda nuestra lucha ha sido un camino de muertos, desaparecidos y 
sobreexplotación laboral. Sólo aquí, en Puerto Wilches, hemos 
enterrado a ocho directivos sindicales asesinados por los paramiliares; 
tenemos cuatro desaparecidos, y el compañero más recientemente asesinado fue 
nuestro tesorero, Ovidio Llorente, que cayó víctima de las balas en 2009.
 
  
Estos asesinados y desaparecidos, sindicalistas de 
SINTRAINAGRO, se suman a una estela de violencia y muerte jalonada por las 
vidas perdidas de otros luchadores sindicales del sector petrolero –organizados 
en la Unión Sindical Obrera de Trabajadores Petroleros (USO)– y de 
líderes campesinos aquí en el Magdalena Medio. 
  
-¿Se han encontrado a los responsables intelectuales y materiales 
de los asesinatos? 
-Se mantienen en la impunidad, y de los desaparecidos no se sabe 
absolutamente nada. 
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Aquí 
el poder lo tienen los empresarios; ponen alcaldes, concejales y 
quién sabe si los curas se salvan de las influencias ante los 
obispos |  
  
-¿En qué empresas palmeras de la región tiene presencia 
SINTRAINAGRO? 
-En Agrícola del Norte, Palmas de Puerto Wilches,
Agropalma, Brisas y Oleaginosas Bucarelia. Pero existe otro 
sindicato, SINTRAPALMA, que tiene presencia en la empresa Monterrey 
con 130 afiliados, y que, como nosotros, también pertenece a la CUT. 
  
-¿Todas las empresas palmeras tienen plantas extractoras? 
-No, sólo Bucarelia, que entre trabajadores de plantación 
y de extractora cuenta con 3.200 asalariados.  
  
Monterrey 
tiene 3.600 empleados y Brisas 3.000. Claro que la absoluta mayoría son 
tercerizados y/o cooperativizados, que no cuentan con sindicato ni Convención 
Colectiva. 
  
-¿Qué destino tiene la producción de aceite de palma? 
-La mayor parte para agrocombustible que se entrega a 
Ecopetrol, y una pequeña proporción se exporta. 
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A 
una decisión de afiliación sindical se responde con el despido 
inmediato, y si el trabajador persiste, surge la violencia. Cuando 
la lucha es colectiva el método es la indemnización por retiro 
voluntario, es decir, le dan al trabajador o trabajadora un dinero y 
la oferta de continuar trabajando en una Cooperativa de Trabajo 
Asociado. |  
  
-¿Cuántos trabajadores están sindicalizados? 
-Sumando las diferentes empresas, SINTRAINAGRO tiene 246 
afiliados, y en Monterrey SINTRAPALMA tiene 130, de un total de 1.200 
asalariados directos. Por eso digo que somos una ínfima minoría en relación con 
los trabajadores aportados por Bolsas de Empleo y Cooperativas de 
Trabajo Asociado.  
  
De la totalidad de los trabajadores y trabajadoras de la región, 
aproximadamente un 30 por ciento son mujeres, también afectadas por la 
tercerización. 
  
-¿A qué atribuyes la paulatina disminución de afiliados al 
Sindicato, siendo que, por el número de trabajadores y trabajadoras, se debería 
estar creciendo? 
-Aquí, a una decisión de afiliación sindical se responde con el 
despido inmediato, y si el trabajador persiste, surge la violencia. Cuando la 
lucha es colectiva el método es la indemnización por retiro voluntario, es 
decir, le dan al trabajador o trabajadora un dinero y la oferta de continuar 
trabajando en una Cooperativa de Trabajo Asociado. 
  
-¿Qué respuesta se ha obtenido de las acciones legales iniciadas 
ante los juzgados laborales y el Ministerio de la Protección Social? 
-Igual que con los sindicalistas asesinados: pura impunidad. Aquí 
el poder lo tienen los empresarios; ponen alcaldes, concejales… 
 
  
-¿Qué acciones piensan emprender? 
-Con la presencia en estos días de la UITA, la CUT 
y la USO, trabajaremos la iniciativa de convocar a todas las fuerzas 
populares, sociales y sindicales de Puerto Wilches para analizar la posibilidad 
de integrar un movimiento regional, que vaya más allá de la acción de los 
trabajadores en huelga. 
  
Creo que toda la comunidad debería apoyar esta iniciativa, pues 
aquí el 80 por ciento de los ciudadanos obtiene su sustento de la industria de 
la palma y están siendo afectados igual o peor que los huelguistas. 
   
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