Uruguay

¡No a los transgénicos!

El grito fue en Colonia

Científicos, productores, consumidores, ecologistas, religiosos, políticos, hombres, mujeres y niños de la sociedad civil durante todo el domingo

25 de abril se pronunciaron a favor de un mundo natural en la

ciudad uruguaya de Colonia. 

 

Bajo el título Transgénicos en el Uruguay ¿Quién nos preguntó? ese domingo de otoño en la Casa de la Cultura de la Intendencia Municipal de Colonia no faltó nada para quien quiera esclarecerse y comprometerse con la construcción de un mundo diverso, armónico y natural como un arcoiris, al decir de un joven participante.

 

Un espectro heterogéneo y amplio de asistentes argumentó contra los cultivos de transgénicos y la utilización de agrotóxicos y reunió voluntades para resistir los embates de las transnacionales que “invaden y desangran el sur latinoamericano”.

 

Las intervenciones fueron desde la contundencia de expositores de la talla del agrónomo argentino Adolfo Boy, entre otros, a las conmovedoras escenificaciones teatrales de militantes ecologistas que cerraron la jornada.

 

En horas de la mañana, Roberto Carballo, entomólogo, docente grado cinco de la Facultad de Agronomía de Uruguay, luego de tomar él bastón multicolor de manos de los ecologistas comenzó el ciclo de disertaciones.

 

Jugar a Dios

 

Explicó Carballo que dentro de las medidas a adoptar en el combate de las plagas existen aquellas que modifican las características de la planta hospedera para que el insecto no entre a ella o para que cuando la consuma muera. Es una característica que la planta naturalmente puede tener, dijo.

 

Y agregó: “En este caso lo que hace el hombre es colocar en la planta una toxina que forma parte de una bacteria que a su vez produce una toxina que funciona como insecticida. Dicho de otra forma se introducen genes de esa bacteria dentro de la planta hospedera mediante un organismo intermediario que es otra bacteria que produce un tumor en la planta. Este tumor se reproduce, se clona, y de ahí salen plantas transformadas genéticamente y se rompe la barrera que define la especie.

 

Esa bacteria que se introdujo en la planta se la codificó, se la diseñó, para que produjera toxinas, pero esas toxinas no sirven para combatir cualquier insecto. Esa bacteria se expresa de manera diferente en toda la planta (raíz, tallo, ápice del maíz, por ejemplo) y no va a ser efectiva contra todas las plagas. Entonces resulta necesario realizar tratamientos químicos contra otras especies.”

 

Para este investigador “Uruguay en materia de transgénicos y agrotóxicos no es clave sino que depende mucho de lo que suceda en Brasil y Argentina pese al incremento del cultivo de soja transgénica (260 mil hectáreas en la zafra 2003-2004) nuestro país sigue siendo un mercado pequeño”.

 

Advierte Carballo que se está introduciendo una tecnología que produce modificaciones importantes en el ecosistema agrícola y que no va a tener el impacto en el manejo de plagas que se promete. “Hay un impacto económico y social negativo que va mucho más allá de las ventajas prometidas”. Al consumidor, recomienda Carballo, estar atento a saber cuáles son los alimentos transgénicos y cuáles no. “Los alimentos deberían estar etiquetados y enunciados los elementos que los componen”.

 

Por su parte, Darío Gianfelici, argentino, médico geriatra y vocacional de la medicina familiar que va desde “escuchar al abuelito a atender el parto de la nieta” dejó a la audiencia en absoluto silencio con sus revelaciones. Gianfelici comenzó su investigación sobre transgénicos hace unos cinco años al encontrarse con casos de chicos muertos durante el trabajo de parto. “Me encontré con enfermedades producidas por agrotóxicos con las cuales por convivir con ellos no se le presta atención”, expresó.

 

Y agregó que “los venenos agrotóxicos impactan sobre la capacidad de reproducción, concretamente en la cantidad de espermatozoides liberados durante la eyaculación. Así como en la producción de tumores malignos y en el caso del glifosato se produce un impacto severo sobre la visión”.

 

En cuanto a la soja como alimento –continuó este médico– se repiten los trastornos sobre la sexualidad y se agrega la presencia de antinutrientes que inhiben la absorción de hierro. Cuando se les da soja a chicos desnutridos se aumenta la malnutrición al inhibirse la absorción de hierro, magnesio, zinc, etcétera. “La soja no alimenta, llena la panza” subrayó Gianfelici.

 

“El tema –agrega- pasa por el derecho que todos tenemos de saber qué estamos consumiendo y a qué nos arriesgamos. En Argentina la política económica del gobierno se basa en las retenciones a las exportaciones de soja que es un volumen importante de dinero que entra al Estado casi al contado y que explica la recuperación de estos últimos tiempos en el país. Por esto no se elaboran alternativas al cultivo de soja”, concluyó Gianfelici.

 

Otras voces 

 

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Por

Carlos Caillabet

 

Luego que Boy volviera a demoler la estrategia perversa de la transnacional Monsanto, Alicia Caulia por los consumidores denunció la falta de legislación que habilite la información en la comercialización de alimentos transgénicos (etiquetado) en nuestro país; Carlos Bounous de la Asociación de Productores Orgánicos del Uruguay describió el impacto negativo de los cultivos transgénicos y de agrotóxicos sobre la industria de la miel: “En Uruguay hay unas siete mil personas dedicadas a la apicultura; en el último años cerca de seis mil alumnos asistieron a cursos de apicultura; más del 95 por ciento de la miel que se produce en el país se exporta (en la última zafra Uruguay produjo 10 mil toneladas de miel con un ingreso promedio de unos 20 millones de dólares) pero el mercado exige más cantidad y calidad de miel. Y, la apicultura, depende del medio ambiente y las posibilidades de contaminación son inmensas debido a la gran superficie de cultivos transgénicos”, concluyó.

 

Roberto Xavier del Movimiento Agropecuario del Uruguay “subió la apuesta” y señaló que en 2000 hubo dos foros mundiales que representan tendencias enfrentadas: uno el económico en la ciudad de Davos y otro el social en Porto Alegre. “Nosotros debemos dar la lucha a nivel mundial, estamos con el foro social”, dijo. Y propuso realizar un taller sobre soberanía alimentaria.

 

Wilde Raymondo del Movimiento de Productores de Colonia señaló que con los cultivos transgénicos se despuebla el campo, se reduce la libertad y se “nos quieren reducir a la dependencia y la esclavitud”. Propuso Raymondo la movilización en conjunto de la sociedad civil.

 

Ruben Yenerich, pastor de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata destacó el papel liberador de la religión en contra de las tendencias que hacen de la religión el sustento ideológico de sistemas injustos que atentan contra la dignidad humana.

 

Finalmente Leonardo De León en representación de UITA sintetizó las coincidencias de los asistentes y llamó a redoblar esfuerzos por un país productivo, justo y natural que frente el enajenamiento de nuestra tierra.

 

 

Carlos Caillabet

© Rel-UITA

28 de abril de 2004

 

 

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