Perú

                              Solidaridad con los Trabajadores de

                             Coca Cola

 

  

Mayoría absoluta de obreros permanentes de Coca Cola aprueba huelga general por tiempo indefinido

 

Cansados de las maniobras de la empresa para no cumplir las resoluciones de las autoridades laborales peruanas, los obreros de la filial de la trasnacional van nuevamente a la huelga.

 

 

El conflicto se inició a comienzos de 2004, casi en el mismo momento en que la dirección de la empresa pasó a manos del grupo Lindley, fabricante en Perú de Inka Cola.

 

Entre las primeras medidas de los nuevos gerentes se concretó el cese colectivo de trabajadores de Eventos y Ventas. Una medida similar tomada años atrás en Inka Cola  había facilitado el debilitamiento del sindicato.

 

De acuerdo a la legislación peruana, ante situaciones de cese colectivo la empresa debe presentar informes económicos que demuestren que es la plantilla laboral la responsable de las dificultades de la firma. Eso es lo que ha quedado demostrado, una y otra vez, que es falso. En realidad son los ineficientes manejos directrices y los desmedidos gastos publicitarios los que originan los problemas de la empresa. Sin embargo, la actual dirección sigue empecinada en trasladar los costos de su ineficiencia a la vida de sus operarios y, burlándose sistemáticamente de las resoluciones de la Justicia Laboral, persiste en el cese colectivo.

 

En setiembre de 2004 los trabajadores de Coca Cola en Perú fueron a una huelga reclamando una negociación seria. Inmediatamente de comenzada la misma los trabajadores nucleados en las proximidades de las plantas fueron agredidos por la policía en el marco de un operativo que no se compadecía con el carácter pacífico de la medida. Mientras la policía reprimía a los trabajadores, los guardias de seguridad aprovechaban para sacarles, quizás como trofeos de guerra, sus banderas y distintivos sindicales. El nivel de impunidad era tal que los propios responsables del operativo policial reconocían que no podían hacer nada para recuperar los objetos porque se encontraban en el interior de la empresa.

 

Las gestiones del Ministerio de Trabajo permitieron abrigar la esperanza de que las negociaciones serían retomadas y eso posibilitó el levantamiento de la huelga. No obstante, los meses han pasado y la empresa sigue desconociendo el cúmulo de fallos contrarios y no cumple lo que los jueces establecen.

 

Ante esa situación el lunes 7 SINATREL (Sindicato Nacional de Trabajadores de Embotelladora Latinoamericana) presentó ante el ministerio el plazo de huelga. La decisión de cesar el trabajo fue tomada por la mayoría absoluta de los obreros permanentes de la empresa y se hará efectiva a partir del miércoles 16 a las 7 de la mañana. Aún queda la esperanza de que las autoridades peruanas obliguen a Coca Cola a respetar el marco legal y no provocar conflictos innecesarios.

 

 

Ariel Celiberti

© Rel-UITA

14 de marzo de 2005

 

 

 

   

 

  UITA - Secretaría Regional Latinoamericana - Montevideo - Uruguay

Wilson Ferreira Aldunate 1229 / 201 - Tel. (598 2) 900 7473 -  902 1048 -  Fax 903 0905