Uruguay - Brasil - Argentina

  

El coronel retirado Manuel Cordero es acusado de participar en el denominado Plan Cóndor, que perseguía a los opositores de las dictaduras en los países del Conosur, secuestrando, torturando y desapareciendo personas. Cordero está prófugo en Brasil desde 2004, cuando un juez uruguayo lo acusó de desacato en un juicio por

“apología de la tortura”

  

 

Completando el formulario de esta Campaña Internacional, estarán enviando la carta del periodista Roger Rodríguez a cada uno de los ministros del Supremo Tribunal Federal de Brasil

 

 

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Supremo Tribunal Federal de Brasil 
Excelentísimo señor Ministro
Dr. Gilmar Mendes - Presidente
    
De mi mayor consideración
   
En sus manos tiene una decisión que será histórica.
   
Usted determinará si los pueblos, los sistemas judiciales y los Estados tienen derecho a juzgar a los criminales de lesa humanidad. Y Usted resolverá, a la vez, si Brasil se termina por constituir en el refugio de los violadores de derechos humanos de todo el mundo.
  
En sus manos, señor Ministro, tiene hoy el poder de decidir sobre la extradición del torturador uruguayo coronel Manuel Cordero Piacentini, quien se refugió en Brasil en 2004 huyendo de una causa judicial en Uruguay, donde un juez lo acusó de desacato en un juicio por "apología de la tortura".
  
Es que el coronel Cordero, señor Ministro, dijo públicamente que estaba de acuerdo con la utilización de apremios físicos para lograr la confesión de los detenidos y, por tanto, reivindicó específicamente la tortura que él practicó contra los opositores de la dictadura uruguaya, a la que él servía.
 
Es que el coronel Cordero, señor Ministro, se negó luego a comparecer ante el juez penal que pretendía interrogarlo por sus declaraciones públicas, al punto que luego de innumerables excusas y maniobras jurídicas para no presentarse en el juzgado, se fugó a Brasil y se declaró un "perseguido político".
 
En sus manos, señor Ministro, tiene la responsabilidad de otorgar o no la extradición que le han solicitado un juez argentino y otro juez uruguayo, quienes indagan a ese militar por su participación en el llamado "Plan Cóndor" y por el secuestro en Argentina y desaparición de civiles uruguayos en 1976.
 
Es que el coronel Cordero, señor Ministro, fue uno de los jefes de la represión coordinada que las dictaduras practicaron en la región y responsable de las desaparición de niños y las torturas contra cientos de uruguayos en el centro clandestino de represión Automotores Orletti en la ciudad de Buenos Aires.
 
Es que el coronel Cordero, señor Ministro, llegó a violar a una mujer frente a su compañero, el sindicalista León Duarte, para que le entregara dinero. También practicó la extorsión contra otro sindicalista, Gerardo Gatti, y es uno de los responsables de la desaparición del uruguayo Adalberto Soba, entre otros…
 
En sus manos, señor Ministro, en realidad, Usted solo tiene la obligación de resolver si los requerimientos de la justicia de Argentina y Uruguay están ajustados a las normas legales de Brasil y decidir, con todas las garantías, sobre los derechos que tiene, sin duda, el coronel Manuel Cordero Piacentini.
  
Pero en sus manos, señor Ministro, también está el derecho a la verdad que tienen los familiares de las víctimas de estos imprescriptibles crímenes de lesa humanidad, quienes aún no encuentran los cuerpos de sus seres queridos para darles un descanso final y añoran sus risas, perdidas en este infame silencio.
  
En sus manos, señor Ministro, también está el derecho a la memoria de los pueblos que sufrieron tan atroces circunstancias, cuyo conocimiento es imprescindible para poder entender la historia y para evitar que en un futuro algo semejante pueda repetirse, sobre mis hijos, los suyos, o nuestros nietos.
 
En sus manos, señor Ministro, también tiene la credibilidad de la justicia, de los ministros, de los jueces, de los fiscales y de las propias leyes que los hombres nos damos para convivir en paz… Es que cuando un criminal de lesa humanidad no se juzga, se crea una impunidad que enferma a la sociedad.
 
En sus manos, Usted, un ser humano como yo, tiene el poder de hacer justicia al permitir que otros jueces, de otros países, bajo las normas legales que sus pueblos se han dado, puedan también hacer justicia. Porque de eso se trata, señor Ministro, de buscar la verdad y hacer justicia.
  
Con el mayor de los respetos, le saluda atentamente
  

 

C/Cópia para:

Ministro Cézar Peluso – Vice-Presidente.
Ministro Celso de Mello.
Ministro Marco Aurélio.
Ministra Ellen Gracie.
Ministro Carlos Britto.
Ministro Joaquim Barbosa.
Ministro Eros Grau.
Ministro Ricardo Lewandowski.
Ministra Cármen Lúcia.
Ministro Menezes Direito.

   
 

 

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