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Con Adolfo 
Tigreros 
“La familia del cortero  
pasa severas necesidades”   
Tigreros, 
secretario de relaciones intersindicales de 
SINALCORTEROS, tiene 53 años, 33 de ellos vinculado al 
sector azucarero. Él sabe desde niño que en las 
plantaciones de caña anida el hambre, la miseria y la 
explotación más feroz.    
  
-¿Cómo te sumaste a esta lucha de los corteros de caña? 
-Vengo de una familia campesina del municipio de Guacari, 
departamento del Valle del Cauca. Mi padre era 
agricultor y mi madre vendía frutas a los trabajadores 
de la caña en el ingenio Pichichí. Acompañé a mi madre 
en esa labor desde que tenía doce años, y entonces tuve 
oportunidad de conocer la problemática de trabajadores 
azucareros.   
-¿Cómo era el trabajo en aquellos años? 
-La diferencia es que en aquella época todos eran 
trabajadores directos de los ingenios: tenían 
estabilidad laboral, garantías sindicales, aunque la 
situación siempre fue difícil para los corteros. 
Recuerdo que en el ingenio Pichichí, estos trabajadores 
eran el sector socialmente más deprimido: dormían 
amontonados en camarotes, mientras los demás 
trabajadores tenían sus viviendas.  
  
Además, los corteros de caña en el Valle del Cauca 
fueron traídos de regiones apartadas y muy 
subdesarrolladas, para cumplir una labor que la 
población local no quería realizar porque siempre se 
consideró el corte de caña como una tarea muy dura, muy 
difícil y mal paga.  
  
-¿Cuándo nació SINALCORTEROS? 
-A fin de 2006, producto de la lucha que se vivió en los 
ingenios azucareros en 2005, cuando los trabajadores 
corteros se levantaron espontáneamente frente a la 
oprobiosa situación creada por los contratistas. 
  
-Se constituyó en esta región… 
-Si, fundamentalmente de las luchas que se realizaron en 
el Ingenio del Cauca del Grupo Ardila Lülle, el 
más grande del país, que hoy cuenta con 2.370 corteros.
 
  
-La cosa no es fácil, como dicen aquí…. 
-La organización sindical es complicada porque desde las 
Cooperativas de Trabajo Asociado se manipula a los 
trabajadores y se intenta dividirlos, enfrentándolos con 
sus propios compañeros. Al ser “patrones de ellos 
mismos”, algunos andan confundidos. 
  
-En estos años de vida se pueden enumerar algunos logros 
del Sindicato. 
-A pesar de las complicaciones, SINALCORTEROS 
logró reintegrar a 220 compañeros que fueron despedidos. 
Conseguimos también que los empresarios paguen los días 
que ellos paran las factorías para su acondicionamiento, 
que normalmente son entre 15 y 20 días. Por otro lado, 
podemos decir que nuestro accionar frenó el proceso de 
mecanización. 
  
-¿Cómo los ve el resto de la sociedad?  
-La lucha de SINALCORTEROS se aprecia como justa 
y necesaria. Es que todo el mundo sabe que el cortero 
trabaja demasiado y cada día es más pobre y está más 
enfermo.   
  
-Hoy comentabas sobre la cantidad de movimientos que un 
cortero debe realizar… 
-Según el Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA), 
cada día un cortero realiza unos 5.400 movimientos de 
brazo. 
  
-¿Y cuántas horas promedio trabaja por día? 
-En promedio entre ocho y once horas. 
  
-¿Cuánto gana líquido un cortero por mes? 
 
-En un 
ingenio 
grande, si trabajan jornadas normales de ocho u once 
horas se cortan 70 toneladas, lo cual nominalmente daría 
alrededor de unos 190 dólares. 
De ahí se descuenta un 25 por ciento: los descuentos a 
la seguridad social, los aportes a las cooperativas y 
las herramientas. Sobre esto quiero clarificar, a cada 
trabajador se les da dos machetes, dos limas, dos pares 
de guantes cada cuatro meses. Pero lo que sucede es que 
un mes gasta cuatro machetes, cuatro limas y cuatro 
pares de guantes, por lo tanto le toca gastar de sus 
ingresos para comprar esas herramientas de trabajo. 
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Todo el mundo sabe que el cortero trabaja 
demasiado y cada día es más pobre y está más 
enfermo.   |  
  
-¿Le alcanza para vivir? 
-¡No! Gana muy poco, y en el Valle del Cauca los 
servicios son caros, la privatización elevó sus valores.
En una vivienda media se paga entre 60 y 70 dólares 
en servicios públicos. Igualmente hay que notar que la 
mayoría de los trabajadores no tienen vivienda. Arrendar 
aquí no baja de 70 dólares mensuales. 
  
-Con suerte vive al día… 
-Es 
muy difícil. En verdad, la familia del cortero pasa 
severas necesidades.  
  
-¿Cuál es el salario mínimo aquí?  
-Alcanza unos 200 dólares. Para vivir sin tanto aprieto 
se necesitan por lo menos casi tres salarios mínimos. 
Debo agregar que esta situación no la padecen sólo los 
corteros, en 
Colombia el 
60 por ciento de la población está por debajo de la 
línea de pobreza, de los cuales el 45 por ciento está en 
la línea de miseria. Estamos en el tercer y cuarto lugar 
del país con mayor inequidad en el ingreso. 
  
-Al comienzo de la huelga los estigmatizaron como 
guerrilleros, al servicio de los grupos insurgentes…
 
-Hubo mucha preocupación porque la respuesta inicial del 
gobierno fue la represión y los empresarios trataron de 
incidir en la opinión pública diciendo que eran unos 
pocos los que estaban de paro. Así en los primeros días 
de huelga fuimos borrados de los medios de comunicación, 
y ahí se intentó impedir la movilización por la fuerza 
de los grupos especiales de represión.   
  
-¿Cómo reaccionó la gente? 
-Con 
mucha firmeza y valentía. Es que mucho más golpea el 
hambre y la miseria… 
Otro 
aspecto fue que los corteros lograron paralizar el 95 
por ciento de la producción de etanol y en un 70 por 
ciento la producción de azúcar, 
y esta situación no la pudieron obviar ni los 
empresarios, ni el gobierno y los medios de 
comunicación.  
  
Un momento muy importante fue cuando el presidente 
Álvaro Uribe estuvo en el Ingenio Central 
Castillas, y allí, por primera vez en un evento 
público, los corteros de caña lograron derrotar al 
Presidente en un espacio abierto y público. Le 
demostraron que se trata de un conflicto laboral justo y 
que no hay ninguna fuerza oscura. Él llegó aquí, “a la 
meca de la guerrilla” como se señaló oportunamente, y no 
le pasó nada. 
La nuestra 
es una lucha justa y necesaria, y enfrentamos la 
violencia de un modelo de producción absolutamente 
excluyente.   
  
-Se nota una muy buena respuesta solidaria con vuestra 
lucha. 
-Sí, tanto a nivel nacional como internacional. El apoyo 
de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), de 
la UITA, de la Minga de los Pueblos Indígenas, 
de mucha gente que se acerca a las carpas y trae 
alimentos…todo muy bueno. Aquí desde los grupos de poder 
se pensó que el hambre nos iba a doblegar, sin embargo 
llevamos 48 días de huelga y la gente sigue ahí firme. 
  
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