COMPAÑEROS:
En la vida de los sindicatos como en la de los pueblos , en la familia y en cada uno de nosotros acontecen con el transcurso del tiempo actos y cosas que, unas más que otras nos quedan grabadas en la mente, para no borrarse nunca.
El Sindicato de La Plata en su recta trayectoria ha pasado por mucho de esos momentos inolvidables, para quienes han participado o han sido espectadores de ellos.
Al acto de su fundación acontecido en el año 1897 el día 7 de Octubre cuyo alcance comprendemos en toda su grandiosa significación, le han sucedido otros como ser La Lucha mantenida por el día Franco, la Huelga grande del año 1918 culminando con la conquista del trabajo de día el 24 de junio del año 1946 .
Nos es grato señalar que compañeros que han vivido esos momentos, se encuentran aquí emocionados ante esos recuerdos inolvidables, y lo que es más grato aún activando y ofreciendo para el Sindicato sus ultimas energías y su valiosa experiencia.
Seria ingrato no hacer nombres, tenemos presentes aquí a sus fundadores o cercanos a esa fecha compañeros Leonardo Constanza Martín, Juan Colivadino, Pedro Pelossini, Juan Rivero, Aurelio Padrón, y Juan Rogert, quienes fueron los primeros que firmaron el “LIBRO DE ORO”, Como sincero homenaje a sus merecimientos.
Hoy 31 de marzo de 1941 será fecha inolvidable e histórica, día de fiesta para todos los PANADEROS componentes de este Sindicato, pues quedaran sentados firmemente las bases pro local Propio.
Debemos manifestar pues es necesario hacerlo que, nacida la idea tímidamente, temerosamente diríamos, esta se hizo carne en varios compañeros, quienes se dispusieron animosa y decididamente, a emprender una campaña temerosa en ese sentido.
Camaradas aquí presentes al abrirse el “LIBRO DE ORO” sale a la luz una nueva esperanza, gravemos en sus páginas con letras inolvidables el compromiso moral de cada uno de seguir colaborando hasta el fin, esta obra hoy comienza.
LIBRO DE ORO borroneado por manos toscas y callosas, mañana cuando nosotros seamos un recuerdo, los que vengan levanten vuestra tapa ha de sentir en sus paginas el tibio calor de nuestro pulso un latido de nuestro corazón, pues queda dentro de él algo de nuestras vidas.
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