Nicaragua

Campaña de Solidaridad

con los Trabajadores de Parmalat

 

 

¿Cuál será el momento adecuado

para organizar el sindicato?

Sólo trabajadores y productores pagan el precio de la crisis

 

La dirección de la filial nicaragüense de Parmalat continúa negándose a aceptar que sus trabajadores se agrupen sindicalmente, con la excusa de que la empresa sigue en crisis.

 

Parmalat Nicaragua, que controla el 80 por ciento de la producción de leche en este país, tenía en sus planes de inversión abastecer a toda la región centroamericana y de ella depende aún el sustento directo o indirecto de más de 10.000 personas.

 

Cuando estalló la crisis de la empresa a nivel mundial, en diciembre pasado, la filial nicaragüense no pudo escapar a sus efectos En un primer momento el gerente italiano en funciones, Aldo Camorani, negó que la filial corriera riesgos, como lo aseguraban algunas versiones, y acusó a los medios de "dañar la imagen de la empresa, quién sabe con qué intenciones".

 

Pero pocos días después quedó en evidencia que Camorani había contratado un préstamo de 5 millones de dólares con el Tower Bank de Panamá y el Banco de América Central de Nicaragua. Según reconoció públicamente, el préstamo se había logrado en base a una gestión directa de Calisto Tanzi, el máximo dirigente de la firma en Italia, lo que violaba las reglamentaciones internas de la empresa.

 

Allí se inició una dura lucha por el control de la filial entre la matriz italiana, los bancos acreedores y otro banquero, Haroldo Montealegre, a su vez acreedor de los bancos.

 

La intervención de la justicia, el Poder Ejecutivo y el Parlamento, y luego de la embajada italiana en Managua, volvió aun más compleja esta trama. La firma de un acuerdo entre Montealegre y Parmalat de Italia, por el cual esta última se compromete a pagar al primero 120.000 dólares mensuales por concepto de deuda bancaria y se designa a Vicenzo Borgogna como interventor en remplazo de Camorani, parece tender a resolver el asunto.

No obstante, quienes más se han visto afectados por esta situación, los trabajadores y productores, son los que hasta ahora menos han sido considerados en la solución de problema. Unos 300 operarios de la planta ya fueron despedidos, al tiempo que la filial rebajó unilateralmente el precio pagado por litro de leche a los productores.

 

Desde siempre Parmalat Nicaragua se negó a aceptar la organización sindical de sus trabajadores. En 1999, hubo un primer intento de constituir una estructura gremial, pero la empresa respondió con el despido de 40 de los promotores de la iniciativa.

 

Luego de un paciente y casi clandestino trabajo de organización, el 4 de setiembre último se logró la fundación del sindicato "Armando Llanes" de Trabajadores de Parmalat Nicaragua.

 

La reacción de la empresa no se hizo esperar. El nuevo interventor Vicenzo Borgogna inició su gestión avalando la decisión de la responsable de Recursos Humanos de despedir a tres de los promotores de la organización (Luis Manuel Mejía Gómez, Carlos Sanarrucia y Horacio Ramón Payán Ordóñez) y a uno de los afiliados. Borgogna declaró a uno de los dirigentes sindicales que "en este momento no se puede formar un sindicato por la crisis de la empresa".

 

Lo paradójico del asunto es que cuando empresarios y banqueros se enfrentan a la crisis están autorizados a recurrir a todos los mecanismos legales y formas de presión para defender sus derechos. En cambio, los trabajadores y pequeños productores no pueden, a juicio del interventor, hacer otra cosa que pagar los platos rotos de crisis que no generaron. ¿No será este el momento más adecuado para formar un sindicato que vele por sus intereses?

 

Marcial Cabrera

© Rel-UITA

10 de setiembre de 2004

 

  

 

  UITA - Secretaría Regional Latinoamericana - Montevideo - Uruguay

Wilson Ferreira Aldunate 1229 / 201 - Tel. (598 2) 900 7473 -  902 1048 -  Fax 903 0905