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Con unos 2 mil 
empleados, la planta de Friboi en Campo Grande se encuentra virtualmente 
paralizada por una huelga. Sirel conversó con Vilson Gimenes, presidente del 
Sindicato de Trabajadores de la Carne y Derivados de Campo Grande, Mato Grosso 
do Sul, quien aportó información al respecto.  
 
-¿Cuándo comenzó esta 
paralización? 
-Estamos en el noveno día de 
huelga, aunque hubo dos feriados. Hoy realizamos una marcha por la ciudad de 
Campo Grande que movilizó a unos 900 trabajadores y trabajadoras denunciando 
cómo JBS/Bertin, propiedad del Grupo Friboi, trata a sus 
empleados aquí en Campo Grande. Tenemos muchos compañeros lesionados y la 
empresa se niega a implementar un plan de salud que está incluido en nuestro 
Convenio Colectivo. 
  
Teníamos un plazo de 90 días 
para cumplirlo, pero eso ya pasó hace tiempo. Recientemente la gerencia marcó 
una reunión para el 30 de setiembre con el Sindicato pero luego no se presentó. 
Entonces iniciamos el proceso de huelga. Desde el pasado lunes 4 estamos 
paralizados.  
  
-¿Cómo ha reaccionado la 
empresa?  
-Intentando traer 
trabajadores de otras localidades para quebrar nuestra huelga.  
  
-¿Gente de Friboi?
 
-Sí, pero de otros estados. 
Es una práctica antisindical más de esta empresa que no respeta los derechos 
laborales, que nos hace trabajar jornadas extensas, con exceso de funciones y a 
ritmo demasiado exigente. Incluso ha estado amenazando a los trabajadores 
diciendo que quien participe en la huelga será despedido sin indemnizaciones.
 
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Nos hacen trabajar jornadas 
extensas, con exceso de funciones y a ritmo demasiado exigente. 
Incluso se ha estado amenazando a los trabajadores diciendo que 
quien participe en la huelga será despedido sin indemnizaciones. |  
  
-¿Qué reclaman ustedes en 
este momento?  
-Que la empresa acepte 
sentarse a negociar. Tenemos varios problemas, el principal es el de la salud de 
la gente, que trabaja a veces hasta once y doce horas en estas tareas que son 
pesadas.  
  
Además, es común que cuando 
las pagan sólo cuenten la mitad de las horas extras realizadas. Es una empresa 
que no cumple ningún acuerdo. Los firma para no respetarlos, simplemente. Sólo 
piensa en su lucro y para nada en la vida de sus trabajadores.  
  
-¿Cuántos empleados son en 
esta planta?  
-Unos 2 mil, con un 95 por 
ciento de afiliación al Sindicato. 
  
-¿Y entonces el frigorífico 
está completamente paralizado?  
-No del todo, porque hay 
personal de confianza y además, como mencionaba, están trayendo gente de afuera, 
a pesar de que en la última reunión que tuvimos en el Ministerio de Trabajo 
quedó claro que la empresa no puede contratar a nadie porque nuestra huelga es 
reconocida como legal.  
  
Pero los hace llegar de 
madrugada, y si viene el Ministerio los esconde hasta que los inspectores se 
van. Como si esto fuese poco, llega la Policía de mañana para intimidarnos, 
amenazarnos con darnos palo porque intentamos impedir que rompan la huelga, y 
adentro los patrones se mueren de risa violando la ley. 
   
-¿Qué acciones piensan 
realizar en adelante?  
-Hemos hablado con los 
compañeros del Sindicato de una ciudad próxima de Campo Grande, Naviraí, donde 
existe otra planta de JBS/Bertin, y ellos llamarán a una Asamblea para 
decidir si paran también allí. Y es muy posible que las paralizaciones comiencen 
a extenderse por todo el estado, e incluso más allá, si esta gerencia no se 
aviene a negociar. 
  
Sirel dialogó también con 
Siderlei de Oliveira, presidente de la CONTAC, quien afirmó que 
Friboi es un frigorífico que da muchos problemas porque establece políticas 
diferenciadas en cada uno de los locales que instala. “Es un frigorífico 
multimodal exportador, con una política de antiguo ‘matadero’. Está muy bien 
organizado en la cadena de producción, pero es totalmente caótico en los 
aspectos laborales. Ni siquiera trata con los sindicalistas. Se aprovecha de la 
debilidad sindical que existe, especialmente en el área frigoríficos -dijo 
Siderlei-.   
  
Friboi 
debe tratar a los sindicatos como lo que es, el mayor frigorífico del mundo, y 
no como un ‘matadero’. Sólo aquí en Brasil emplea a 60 mil trabajadores”, 
agregó.  
  
“La CONTAC y la 
UITA tienen un papel muy importante a jugar porque se trata ya de una 
empresa global. Debemos reunirnos para considerar este asunto, y seguramente la 
ocasión sea el próximo encuentro del Sector de la Carne en Buenos Aires a fin de 
este mes, cuando se debatirá la creación de una organización latinoamericana de 
los trabajadores de los frigoríficos. Con certeza, allí tendremos una 
herramienta para poder mejorar la situación con esta empresa”, finalizó. 
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