No es extraño que 
Nestlé haya violado acuerdos que ella misma firmó. Ya es un clásico en el 
ranking del cinismo corporativo. Lo verdaderamente extraño es que esta vez 
el MPT le aplicó una multa equivalente a 
320 mil dólares que la compañía deberá pagar en forma de donaciones a 
diversas entidades. Y esa es una señal muy positiva.
 
La sanción, no obstante, parece una cosquilla cuando se la 
compara con la gravedad y consecuencias potenciales de las violaciones al 
acuerdo llamado Términos de Ajuste de Conducta (TAC), relativo a la 
jornada y el ambiente laborales, que Nestlé firmó en 2007 con los 
sindicatos, siendo el 
 
 
Ministerio Público de Trabajo (MPT) garante de su cumplimiento.
 
En la ciudad de Araras, en el interior del estado de São 
Paulo, Brasil, Nestlé tiene cuatro plantas en las que produce 
leche chocolatada, yogures, Nescafé y otros ítems. Estos emplazamientos 
fabriles ya han adquirido notoriedad por haber sido denunciados desde esta 
página Web, mediante varios artículos con testimonios dando cuenta del 
excesivo ritmo de trabajo al que se somete a los trabajadores y 
trabajadoras.
 
El resultado de esa exigencia desmedida fue una epidemia de 
casos de Lesiones por Esfuerzos Repetitivos (LER), lo que quedó 
documentado en el libro “Masacre silenciosa. La enfermedad invisible en la 
Nestlé de Araras”, publicado por la Rel-UITA en 2006.
 
Ahora, cuatro años después, el MPT de Brasil difundió 
la información de que, mediante inspecciones a las plantas de la corporación 
realizadas por la Fiscalía de Trabajo, pudo constatar que la “ausencia de 
intervalos, las jornadas excesivas y la presión para aceptar el trabajo de 
fines de semana y días feriados” eran moneda corriente en estas plantas.
 
Además, también comprobó que la mayor compañía de alimentos 
del mundo había dejado de reponer los asientos adecuados a los trabajadores 
y trabajadoras, y no había colocado las debidas protecciones de seguridad en 
algunas máquinas.
 
En total, la inspección constató siete infracciones al TAC, 
derivándose de cada una de ellas multas por distintos montos. A fin de mayo 
pasado, Nestlé aceptó pagar la sanción mediante donaciones a diversas 
entidades de salud locales y al propio MPT por un valor equivalente 
de 320 mil dólares.
 
Para los ex trabajadores y trabajadoras de Nestlé 
Araras afectados por LER, esta acción del MPT equivale a un 
reconocimiento oficial de sus denuncias y a un estruendoso desmentido al 
cinismo de la transnacional que se ha negado sistemáticamente a asumir la 
responsabilidad por los daños causados a las víctimas de su ambición 
desenfrenada.
 
Para los actuales trabajadores de la corporación, este 
episodio ha refrendado los términos del TAC firmado en 2007, y ha 
permitido acordar un nuevo TAC por el cual Nestlé se 
compromete a no exigir a sus empleados la realización de jornadas extras los 
sábados y domingos.
 
Un nuevo compromiso que la transnacional asume en un momento 
de exposición pública, pero la experiencia indica que para lograr su 
cumplimiento hará falta una fuerte presencia de los trabajadores 
organizados.
 
La UITA continuará 
en actitud vigilante y realizando un seguimiento atento de esta situación, 
ya que el historial de Nestlé la señala como una de las empresas más 
antisindicales y más propensas a no respetar los compromisos que asume con 
las organizaciones sindicales.
 
