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 Nicaragua

Con Adriano Cernotti y Giorgio Trucchi

Parmalat como las transnacionales bananeras

El lucro ante todo

Nacieron en Italia, y en Nicaragua encontraron el

lugar donde vivir y desde el cual luchar por un mundo

mejor. Simpatiquísimos y siempre atentos para echar una

mano donde haga falta, son testimonio del ser militante que

no reconoce otras fronteras sino las que hay entre

la ética y lo inmoral.

 

-¿Cuántos años en Nicaragua?

Giorgio– Unos seis años, aproximadamente.

 

-¿Por qué Nicaragua?

G– En los años 80 realicé un trabajo de campo en este país, y luego continué como voluntario en la Asociación Italia-Nicaragua apoyando la Revolución desde allá hasta 1990. Luego me casé con una nicaragüense y regresé a vivir aquí con mi esposa.

 

-¿Y en tu caso?

Adriano– Más o menos igual. Participaba desde los años 80 en la Asociación respaldando la Revolución Sandinista. Luego vine a Nicaragua y me enamoré de este país y de algunos de sus proyectos políticos, y aquí estoy ahora, como representante de la Asociación.

 

-¿Cuál es la principal labor de la Asociación en Nicaragua?

A– Apoyamos micro proyectos solidarios que nos fueron presentados por organizaciones populares, ONG y algunas alcaldías. Asimismo, desarrollamos campañas de sensibilización política en apoyo a los trabajadores bananeros, de las maquilas y de defensa de las libertades sindicales como es el caso de Parmalat.

 

-Precisamente, con la UITA tomaron contacto en una actividad con los trabajadores bananeros afectados por el nematicida Nemagón (DBCP), realizada hace dos años.

G– Correcto. Hace cuatro años lanzamos nuestra campaña que tiene un doble objetivo: por un lado de sensibilización, para que se conozca en Italia y en Europa la tragedia provocada por las transnacionales bananeras. En este sentido se presiona enviando cartas a las autoridades del país y a las transnacionales. Por otro lado, organizamos la recolección de fondos que son destinados a la parte sanitaria. Por ejemplo, hasta la fecha se han operado con ese fondo unas 30 mujeres con problemas de cáncer uterino y mamario y un hombre que fue intervenido de cáncer en los testículos.

Ahora intentamos vincular gobiernos locales de Italia, para que se establezcan contactos directos con los trabajadores damnificados. De esta forma próximamente serán operadas 10 mujeres y otros 4 hombres, con el respaldo de la Provincia de Génova.

 

-¿Me imagino que no debe haber sido fácil que la gente en Italia asimilara la barbaridad que ocurrió aquí, donde más de 6 mil trabajadores fueron castrados por el Nemagón?

G– Claro. La gente no conocía este hecho dramático, aberrante y por supuesto el asombro fue grande. También debo decirte que en Italia quedan sorprendidos por cómo estos trabajadores y sus familias se han organizado y cuentan con una capacidad de movilización asombrosa. Incluso a mí me cuesta creer cómo en este país, que en los últimos 10 años la lucha popular ha caído mucho, donde la apatía parece tragarse todo, encontramos a un sector como éste, que en cuatro o cinco días logra trasladar a miles de personas a Managua. La última marcha fue el 22 de agosto, y allí participaron unas 5 mil personas, lo cual es increíble.

 

-Ustedes estuvieron en la zona donde está la gente más enferma, ¿qué se siente?

G– ¡Es una situación que impacta! Porque, por ejemplo en las marchas uno no ve a las personas que más están padeciendo los males provocados por el Nemagón. Cuando uno se traslada a los lugares donde vive esa gente, y escuchas sus relatos, te cuentan todo lo que han pasado, no hay palabras y uno quiere desaparecer. Tienes que estar ahí para luego difundir sus historias de dolor, de muerte. Si uno no está ahí, no puede pasar la información con veracidad y la indignación que provoca ese contacto.

No es fácil, pero sabemos que es necesario y aunque muchas veces uno no sabe qué decir, esa gente, de alguna manera, se siente respaldada. También se siente mucha indignación y fuerzas para continuar impulsando la denuncia de cuál ha sido el comportamiento de las transnacionales aquí, aunque lo nieguen, aunque digan que es mentira.

 

A– Uno de los motivos que nos anima, que nos da fuerza, es ver la valentía de esos campesinos y trabajadores -hombres y mujeres-, que se organizaron para enfrentar el sistema poderoso de las transnacionales, su falta de ética y de escrúpulos.

 

-Sebastián Pinheiro suele decir: “Las piedras rodando se encuentran”. Nosotros nos encontramos por primera vez hace dos años en el citado seminario, y ahora con esta situación en Parmalat. Una transnacional que antes que en producir leche, aquí en Nicaragua se ha especializado en destruir sindicatos.

G– En un caso hablamos de gente que murió afectada por un agrotóxico letal, en Parmalat tenemos trabajadores despedidos por constituir un sindicato. Sin embargo, la lógica de las transnacionales al final es siempre la misma: el interés y el lucro delante de cualquier cosa.

 

-Tampoco debemos olvidar que Parmalat fue intervenida por el gobierno italiano. Por lo tanto, esta actitud y reacción antisindical le compete también al gobierno.

G– Tampoco olvidemos la reacción del embajador de Italia, Alberto Moniver, cuando una jueza aquí designó a Montealegre como interventor de Parmalat, con el objetivo de que pudiera cobrar su deuda. El embajador salió públicamente a manifestar que ello podría ser un obstáculo para futuras inversiones extranjeras en el país. Pero luego la jueza Ligia Rivas decidió retirar a Montealegre, quien fue sustituido por Vincenzo Borgogna -nombrado por el gobierno italiano- e inmediatamente se desató una política tremenda de disminución de puestos de trabajo y represión sindical. Informado de esto, el embajador dijo que como diplomático no podía inmiscuirse en los asuntos internos de una empresa y con las leyes nicaragüenses.

Lo que queda claro es que Vincenzo Borgogna está aquí para aplicar una estrategia que viene de Italia.

 

A– El gobierno italiano es un gobierno de derecha, donde el Primer Ministro es un empresario. Si él pudiera, habría despedido, como aquí en Nicaragua, a todos los sindicalistas italianos.

 

-¿Cómo marcha la campaña de solidaridad implementada por la Asociación?

G– Nos sumamos a la campaña de la UITA de solidaridad por el respeto a las libertades sindicales en Parmalat, Nicaragua. Nuestros miembros en Italia y Estados Unidos están presionando a través de miles de mensajes. Por otro lado, estamos informando a las organizaciones sindicales italianas, para que se manifiesten y sepan cómo opera aquí Parmalat.

 

 

 

En Nicaragua, Gerardo Iglesias

© Rel-UITA

22 de octubre de 2004

 

 

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