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 Argentina

Con Héctor Ponce, secretario general de ATILRA

Parmalat Argentina

Amenazan puestos de trabajo

Desde que Parmalat reconoció su estado de quiebra a nivel mundial todas sus filiales han quedado virtualmente estatizadas por el gobierno del premier Berlusconi, aunque sea sólo para venderlas. En Argentina, como en otros países, este proceso está siendo difícil y los candidatos que se presentan no siempre son confiables para los trabajadores. En este caso, lo primero que advirtieron fue que “sobra personal”.

 

-¿Cuál es la situación que están viviendo los trabajadores de Parmalat Argentina?

 

-Es de gran incertidumbre a partir de la quiebra y de las alternativas de venta que se están manejando en este momento. Creemos que la empresa que quiera hacerse cargo de Parmalat Argentina debe tener especialmente en cuenta la conservación de la totalidad de los puestos de trabajo en las distintas plantas que están operando en este momento.

 

-¿Cuántas son esas plantas y cuántos trabaja-dores emplean?

 

-Son tres plantas: Gándara, Pilar y Carapachay, y son aproximadamente 800 trabajadores.

 

-¿Están peligrando las fuentes de trabajo?

 

-De acuerdo a versiones de algunos interesados en la adquisición de las plantas, se mencionó que les resultaría improbable tomar la firma con la cantidad de trabajadores que tiene en este momento. Nosotros queremos ser bien claros en esto y le anticipamos a Parmalat, como ya lo hicimos al Ministerio de Trabajo, que no vamos a permitir el cierre de ninguna de las plantas que están operando en este momento en el país.

 

-¿Quién está interesado en este momento en la compra de Parmalat Argentina?

 

-Hubo varios grupos que manifestaron interés, el último, que de acuerdo a la información que tenemos habría desertado, es el grupo Taselli, que no se caracteriza por el respeto a los acuerdos laborales y ha tenido toda clase de problemas con otras empresas que tiene en el país. Este grupo nunca se movió en la industria láctea, y por eso nosotros tenemos doblemente cuidado, porque esta es una actividad que tiene muchas peculiaridades. Por tanto preferimos que quien se haga cargo de la firma sea una empresa con presencia anterior en la lechería, lo que le daría visos de seriedad a la operación.

 

-¿Qué gestiones se han hecho en ese sentido?

 

-Entre muchas otras, una de las más recientes es un encuentro con el Ministro de Trabajo, el doctor Carlos Tomada, a quien le expusimos la preocupación que tenemos como organización sindical por el futuro de la empresa, y nos aseguró que está siguiendo muy de cerca este proceso.

 

-¿Cuál es el funcionamiento actual de las plantas?

 

-Es totalmente normal bajo la cadena de mandos que hubo siempre. No se ha nombrado ningún interventor, y el responsable del área es Nelso Seabra, un portugués que está encargado de Parmalat Argentina.

 

-¿Cuál es el estado de ánimo de los trabajadores ante esta situación?

 

-Tenemos a Parmalat bajo permanente observación desde el derrumbe de la casa matriz y estamos en asamblea permanente con sus trabajadores. Tenemos una gran preocupación y nos mantenemos alertas. Hasta ahora no ha habido cortes en el trabajo ni en los pagos de los salarios. Seguiremos con una gran atención reclamando el mantenimiento de las fuentes de trabajo y analizando pormenorizadamente la calidad y los antecedentes del inversor que retome la empresa en Argentina.

 

 

Carlos Amorín

© Rel-UITA

24 de noviembre de 2004

 

 

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