Con la puesta en 
práctica de la reestructura de sus operaciones, 
Unilever aumenta la presión sobre los trabajadores 
en varios países del mundo.
 
 
La empresa anglo-holandesa Unilever está 
instrumentando un ambicioso plan de reestructura global que incluye una 
reducción de cerca de 11 por ciento de las 179.000 personas ocupadas en la 
actualidad, el cierre o “reconfiguración” de 50 locales de producción (de un 
total de 300) y la reducción de la cantidad de centrales regionales de 100 a 25. 
Los despidos afectarían aproximadamente a uno de cada dos empleados de 
Unilever en Europa occidental; las nuevas instalaciones en Polonia 
y Rusia no estarían incluidas en los planes. Con las medidas de 
reestructura previstas, la compañía bajaría sus costos en casi 2 mil millones de 
dólares hasta el año 2010.
 
Las acciones de la transnacional forman parte de su programa 
“Unilever 2010”, una estrategia quinquenal para aumentar las ventas anuales 
entre 3 y 5 por ciento, y ubicarse entre las siete primeras transnacionales 
antes de 2010. Paralelamente, se introdujo un nuevo lema general: “Vitalidad”. 
Explica la empresa en su sitio web: “La vitalidad está en el centro de todo lo 
que hacemos”, y más adelante: “La vitalidad forma parte de nuestra cultura. 
Agregar vitalidad a la vida significa respetar los estándares más altos de 
relacionamiento con todos aquellos con quienes trabajamos, las comunidades que 
afectamos y los ambientes sobre los cuales tenemos un impacto”. 
 
Indudablemente, el programa de revitalización de la propia 
compañía impacta en varios países alrededor del mundo. 
 
Europa
 
Más allá del anuncio de su plan de reducir en 20.000 los 
puestos de trabajo en el mundo, la empresa no ha comunicado los detalles de su 
propuesta. Sin embargo, quedó claro en una reunión del Comité de Empresa Europeo 
realizada el pasado 4 de septiembre que 10.000 a 12.000 de esos puestos de 
trabajo serán suprimidos en Europa, donde Unilever emplea a unos 
40.000 trabajadores y trabajadoras. 
 
- Suecia: el 12 de septiembre trascendió que se 
cerraría la planta de fabricación de mostaza Slotts en Uppsala, 
Suecia, con una probable reubicación de la producción de esa planta en 
Polonia.
 
- Países Bajos: el 18 de septiembre se interrumpieron, 
sin resultado, las negociaciones entre la empresa y el sindicato FNV 
Bondgenoten. En el centro del conflicto está la anunciada reorganización, 
respecto de la cual FNV reclama seguridades de parte de la empresa, de 
que no aplicará despidos forzados en el país. Al parecer, la dirección de la 
compañía comunicaría sus planes de reorganización recién el 1 de noviembre.
 
El FNV reclama, además, contratos fijos para 
trabajadores y trabajadoras permanentes, la reintegración de las tareas 
tercerizadas, un aumento salarial mínimo de 3 por ciento para 2007 y nuevas 
inversiones en las plantas y líneas de producción existentes. Según su 
representante, Marco van Moert, el sindicato presentará una propuesta 
formal con sus reclamos a la dirección de la empresa y consultará a sus 
afiliados acerca de los próximos pasos a dar, incluyendo posibles medidas de 
lucha. El convenio afecta a unas 5.000 personas.
 
- Reino Unido: ante la falta de detalles sobre los 
planes de la empresa, el sindicato Unite se muestra sumamente preocupado.
Unilever emplea unas 8.000 personas en el país. 
 
Ante esta realidad, los trabajadores de la UITA-Europa 
tienen previsto un encuentro en Bruselas el 25 de septiembre para 
elaborar una estrategia conjunta ante los cierres de plantas y los despidos.
 
India
 
En el caso de Hindustan Lever, en el estado 
nororiental de Assam, la estrategia de la empresa parece incluir el 
desmantelamiento del sindicato mediante presiones, para que sus 700 miembros se 
desafilien y se integren a un sindicato formado por la patronal. La campaña se 
enmarca en un conflicto por la violación de una disposición del convenio 
colectivo vigente y comenzó el 15 de julio, cuando la patronal había dispuesto 
el cierre de la fábrica. La reapertura se produjo el 3 de septiembre, luego de 
una extensa campaña de intimidación que incluía visitas casa por casa y hasta 
había llevado a un dirigente sindical, Ratul Bora, 
al extremo de suicidarse. 
 
El sindicato legítimo, que cuenta con el respaldo 
del All India Council of Unilever Unions, una organización afiliada a la
UITA, resolvió procurar la intervención del comisionado laboral estatal 
de Assam, para responder a las violaciones abiertas y sostenidas de los 
derechos humanos.
 
Colombia
 
El 15 de agosto el presidente de la Región 
Andina, Sigfredo Valle Courtade, anunció el cierre de la planta de 
Productos Personales de la capital, Bogotá.
Se presume que la decisión, que significará el 
despido inicial de 113 trabajadores de planta, está ligada a la importación de 
otras plantas de Unilever en países latinoamericanos. El cierre de la 
planta está previsto para el 21 de octubre de 2007, con remuneración a los 
trabajadores hasta el 31 de octubre de 2007.
 
Estados Unidos
 
En la planta de Raeford, Hoke County, 
Carolina del Norte, la compañía ha reducido los puestos de trabajo de 600, a 
principios de 2004, a algo más de 200 en la actualidad. Según informaciones 
publicadas el 14 de septiembre, Unilever recibirá ahora 60.000 dólares 
del fondo estatal para el desarrollo económico de Carolina del Norte, 
para la creación de 25 nuevos puestos de trabajo. La empresa prevé inversiones 
por valor de 10,6 millones de dólares a lo largo de los próximos tres años.
 
La decisión de subsidiar la creación de 25 nuevos puestos de 
trabajo debe ser contrastada con la pérdida en ese estado de 32.000 empleos: en 
enero de 2004 había en Carolina del Norte 578.000 personas con empleo, mientras 
que en julio de 2007 quedaban 546.200. 
 
 
En Montevideo, Beatriz 
Sosa Martínez y Dieter Schonebohm
© Rel-UITA
20 de septiembre de 2007