Perú
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Pendejo no 
significa lo mismo 
en 
Perú que en México  | 
 
 
 
 
 
 
 
Es la 
explicación que encuentro. Cuando el pasado año 
Don
Carlos Velasco 
llegó a Lima desde su 
México 
natal -donde se desempeñaba como Director de Ventas de 
Nestlé- 
para asumir la Gerencia General de 
Nestlé
Perú, 
es probable que algún solícito subordinado, o “colaborador” en la jerga 
utilizada por la compañía, se apresurara a advertirle lo pendejo que son los 
peruanos. 
 
Pese a que 
en forma bastante demagógica, apenas arribado 
Don
Carlos 
declaró a 
la Revista Nestlé Perú de abril/septiembre de 2009 que se sentía “un 
limeño mazamorrero, un cholo por adopción, peruano de corazón”, no tenía ni 
tiene porque saber la diferente aplicación que el término pendejo posee en
México 
y en Perú. 
Mientras en México 
pendejo refiere a imbécil, estúpido o tonto, en 
Perú 
se aplica a alguien vivaracho o despierto.
 
Convencido 
de estar tratando con personas que califican en la acepción mexicana de 
pendejo, el mes pasado 
Don Carlos 
emitió un comunicado a sus “estimados colaboradores” titulado Hola Nestlé,
donde comenta los resultados del primer trimestre de la compañía
a nivel mundial y los de 
Nestlé Perú. 
Sobre los primeros, reconoce que fueron muy buenos, “con un crecimiento del 
6,5 por ciento”. Pero “los resultados de 
Nestlé Perú 
nos han acompañado”, dice, “ya que hemos cerrado al mes de marzo con un 
resultado negativo 2,4 por ciento, frente a un compromiso anual de crecimiento de 5,6 
por ciento, tal como lo comuniqué en Diálogos Informativos que tuvimos 
recientemente”.
 
El 
compañero que me envió la copia del comunicado me manifestaba su 
desconcierto. ¿Cómo calculó el porcentaje negativo en el trimestre frente al 
crecimiento anual propuesto?, me preguntaba. ¿De que habla este señor?, 
inquiría. La verdad que no supe responderle. 
 
La primera 
cifra (6,5 por ciento de crecimiento en el ámbito mundial) surge de comparar 
el primer trimestre de 2010 con el mismo período del año anterior. Pero, 
¿cómo llega Don
Carlos 
a un resultado negativo de 2,4 por ciento en el trimestre frente a un 
compromiso anual de crecimiento? Seguramente piensa que si el lo dice hay 
que darlo por bueno. Además, menciona un “compromiso anual de crecimiento”. 
¿Compromiso de quién ante quién y con quién discutido? Al final de su 
comunicado, Don 
Carlos 
se muestra optimista y poseedor de una sintaxis que envidiaría el mismísimo 
Cantinflas, dice: “Nuestro 70 aniversario lo celebraremos a lo grande en la 
fiesta de fin de Año, ya que estoy convencido que festejaremos al final de 
este año, juntos el logro de los resultados que nos hemos propuesto”. Otra 
vez la pregunta: ¿qué resultados y quienes se lo propusieron? Como los 
trabajadores no fueron consultados, queda en evidencia que lo que 
Don Carlos
está practicando es un manifiesto abuso de autoridad, lo cual no inhibe la 
posible confusión en la interpretación del adjetivo pendejo. Sea como 
sea, lo cierto es que aquellos cantinflescos argumentos le sirvieron para 
anunciar una serie de recortes en los gastos que afectarán principalmente a 
los trabajadores. 
 
Simultáneamente, la compañía se niega a discutir seriamente con el 
Sindicato Único Nacional de 
Trabajadores de Nestlé Perú  
(SUNTRANEP) 
el nuevo Convenio Colectivo. A tal punto llega el descaro de la empresa, que 
en las audiencias de conciliación celebradas en el Ministerio del Trabajo 
presentó la ridícula propuesta que la vigencia del Convenio sea de tres 
años, con ningún aumento durante el año en curso y del uno por ciento para 
los dos años siguientes. Y la negativa a solucionar los problemas 
existentes, como las violaciones al principio de “a igual tarea igual 
salario”, las amenazas de tercerización, etc.
 
A todo 
esto, como generalmente ocurre, no hay forma de ocultar la realidad. El 
pasado día 15, en Perú21, encontramos un interesante artículo 
titulado “Perú: 
consumo de café crecería 20 por ciento”, en el cual, entre otras cosas, 
se destaca que Nescafé y Ecco1 
son marcas de Nestlé 
Perú, 
que concentra el 62,5 por ciento del mercado limeño. Pero además, 
Óscar
Hidalgo, 
ejecutivo de Café y Bebidas de Nestlé, manifiesta que “el mercado de la variedad soluble 
tendrá un crecimiento de 8 por ciento este año, por encima de la expansión 
estimada para el PBI”. Y agrega: “La demora de la llegada del calor durante 
el verano permitió que 
las ventas de café soluble 
aumentaran 10 por ciento
en el primer trimestre, de acuerdo con datos de la consultora Latin Panel”.
 
Si bien el 
café es sólo uno de los productos que elabora 
Nestlé Perú, 
se trata del reconocimiento de un crecimiento concreto, mesurable, que hace 
dudar de la entelequia elaborada por 
Don Carlos. 
Lo interesante, es que el referido crecimiento se produjo con el mismo 
número de trabajadores, por lo que resulta inconcebible que la compañía 
pretenda -por muy “colaboradores” que los considere- que aumenten aun más su 
producción y que, al mismo tiempo, acepten mansamente una disminución en sus 
salarios.
 
En 
México, 
producto de ese humor ácido que caracteriza a su gente, existen 
decenas de definiciones de pendejo. Una de ellas es la del pendejo 
telescópico: “desde lejos se le nota lo pendejo”. Es la que más me gusta.