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                    Contanos las experiencias de CECOPAL con emprendimientos 
                    solidarios. 
                    
                     
                    
                    - En CECOPAL la experiencia de economía solidaria fue 
                    un proceso, surgió del trabajo de género, con mujeres de 
                    sectores populares de la periferia de la ciudad de Córdoba. 
                    Llegamos a ese trabajo en función de tareas de apoyo en 
                    violencia doméstica, prevención de VIH, embarazo de 
                    adolescentes... En realidad fuimos llegando desde la 
                    práctica sin saber exactamente que íbamos llegando a estos 
                    eventos de economía solidaria, viendo que casi el 70 por 
                    ciento de los hogares de la periferia de la ciudad están 
                    sostenidos por mujeres, solas o con maridos desocupados. 
                    Nunca las mujeres asumían que eran el primer sostén de sus 
                    hogares, consideraban que estaban apoyando a sus maridos.
                    
                    
                     
                    
                    
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                    Pensaban que su tarea fundamental era la doméstica. 
                    
                    
                     
                    
                    - Exactamente. Comenzamos a trabajar hace unos 7 años 
                    con grupos de mujeres que ya de todas formas tenían un 
                    oficio (repostería, peluquería, pequeños almacenes, pequeños 
                    servicios, limpieza), y la primera forma de encarar el 
                    trabajo fue organizar y separar su tarea doméstica de la 
                    tarea productiva o de empleo-ingreso. Viéndolo en 
                    perspectiva se podría decir que separar la tarea doméstica 
                    de la que le representaba un ingreso para ella o su familia 
                    fue la labor más difícil. Comenzamos dividiendo la carga 
                    horaria de las mujeres para las tareas de su casa y la carga 
                    horaria para sus emprendimientos, y haciendo algún tipo de 
                    análisis económico de ingresos, costos, qué significaba la 
                    economía familiar. 
                    
                     
                    
                    Posteriormente logramos, vía la cooperación 
                    internacional, acceder a un pequeño fondo para otorgar 
                    créditos a estos mismos grupos que asesoramos, un pequeño 
                    fondo rotatorio, con un tope de 200, 230 dólares por crédito 
                    y a una tasa que apenas mantiene el reciclamiento del fondo.
                    
                    
                     
                    
                    Ese trabajo lo encaramos mal. Estábamos muy 
                    influenciados por experiencias como la de los bancos 
                    bolivianos, y de a poco fuimos reemplazando la figura de la 
                    institución capacitadora por la figura de la institución 
                    bancaria. Ahí nos desviamos bastante del asunto. En algún 
                    momento intentamos meter una institución bancaria en el 
                    medio, cosa de salirnos del rol de banco. Finalmente 
                    encontramos la figura más adecuada para nosotros y para las 
                    mujeres del barrio: que fueran las propias mujeres las que 
                    integraran el Comité de Crédito. Nosotros hacemos una 
                    asesoría técnica sobre los proyectos que se presentan, pero 
                    la decisión política sobre cuál crédito se otorga y cuál no, 
                    la toma la comisión de mujeres, y nosotros no nos metemos. 
                    Esto ha sido muy interesante: mujer que pide un crédito, 
                    mujer que ingresa a un grupo, sale de la idea de su propio 
                    núcleo productivo aislado y pasa a trabajar comunitariamente 
                    con otro grupo de mujeres en el barrio.
                    
                     
                    
                    
                    - 
                    Comienza a tomar determinaciones, decisiones colectivas...
                    
                    
                     
                    
                    - Sí, y además se genera un círculo productivo entre 
                    mujeres que producen diferentes cosas, pequeñas asociaciones 
                    entre dos, tres. Esto se da sobre todo en temas de 
                    repostería: se constituyen, por ejemplo, almacenes en que 
                    una mujer vende el dulce que produce otra que vive en la 
                    otra cuadra, o el pan que hace la otra que vive a dos 
                    cuadras...
                    
                     
                    
                    Nosotros de todas formas tenemos claro que en términos 
                    de economía solidaria falta mucho para investigar, para 
                    hacer y para aprender. Este tipo de experiencias me inclino 
                    más a llamarlas de supervivencia, tienen el componente 
                    solidario pero son apenas de supervivencia. Rápidamente te 
                    encontrás con problemas impositivos, de producción, de 
                    bromatología en el caso de los comestibles, de cadenas de 
                    producción, toda una serie de elementos que hacen que tengan 
                    un techo bastante claro.
                    
                     
                    
                    El grupo de mujeres de Parque Eliseo, un barrio muy 
                    popular del norte de la ciudad de Córdoba, con el crédito 
                    logró incorporar tecnología y generar una pequeña cadena de 
                    distribución entre algunas empresas que les compran sus 
                    productos para sus fiestas, por ejemplo. Pero al poco de 
                    andar, cuando levantaron la producción un 20, un 25 por 
                    ciento, recibieron mazazos que las hicieron retroceder 
                    muchísimo. Ahí hay un límite muy concreto, que estamos 
                    viendo y conversando. 
                    
                     
                    
                    
                    - 
                    ¿Cuánto tiempo hace que se inició el proceso? 
                    
                    
                     
                    
                    - El proceso de capacitación hace aproximadamente 7 
                    años, el fondo rotatorio tiene casi 5. La devolución de los 
                    créditos se da de manera espectacular: casi no hay mora. Y 
                    eso es así porque las propias mujeres controlan el fondo, se 
                    deben a ellas mismas, no le deben nada al CECOPAL ni a la 
                    agencia de cooperación que presta los fondos.
                    
                     
                    
                    Pero hubo problemas adicionales, como que a la hora de 
                    firmar los papeles, pese a que eran las mujeres las que 
                    habían hecho todo y se habían capacitado, caía el señor, el 
                    marido... Varios de estos procesos fracasaron por este 
                    factor. De hecho, aún hoy es una lucha bastante dura, sobre 
                    todo si él está desocupado y siente que éste va a ser el 
                    único ingreso del hogar. Esto lo pone peor, y puede llegar a 
                    grados de violencia familiar.
                    
                     
                    
                    
                    - 
                    ¿Cuánta gente hay en Córdoba viviendo a partir de 
                    emprendimientos productivos? 
                    
                     
                    
                    - Miles. En el fondo nuestro, que es pequeñito, 
                    tenemos cerca de 400 créditos en proceso.
                    
                     
                    
                    
                    - 
                    ¿Cuántos miembros tienen los grupos?
                    
                     
                    
                    - Los de mujeres son 4 grupos base (norte, sur, 
                    sudeste, noroeste). Hay núcleos de hierro de 60, 70 mujeres, 
                    que son las que mantienen el funcionamiento de los grupos, 
                    que no giran, insisto, en torno a los procesos productivos, 
                    sino a salud sexual y reproductiva, embarazo adolescente, 
                    prevención de VIH. Esos de 60 o 70 integrantes son los que 
                    mantienen la vida del grupo, la comunidad en el barrio. Si 
                    se agrega a las que entran y salen en los procesos 
                    productivos, estamos en 80 mujeres por grupo. 
                    
                     
                    
                    
                    - 
                    ¿Piensan que la participación, la integración se va a seguir 
                    desarrollando? 
                    
                     
                    
                    - Como institución creemos que hemos llegado a un 
                    techo en términos de administración de este tipo de cosas. 
                    Podemos capacitar a grupos de mujeres, permitirles que 
                    tengan acceso a pequeños montos de créditos, pero ahí 
                    llegamos a un techo. Además, tenemos otras áreas de 
                    actividades: una radio FM comunitaria en una barriada muy 
                    grande como Villa Libertador, capacitación en prensa y en 
                    comunicación, un sistema de consultoría jurídica gratuita 
                    para grupos barriales, un área de medio ambiente, una 
                    revista (Desafíos Urbanos) dirigida a los sectores más 
                    desfavorecidos, hecha por periodistas y que edita seis 
                    números al año..
                    
                     
                    
                    En términos de proyección política, sin embargo, la 
                    proyección es ilimitada, porque ahora la demanda de acceso a 
                    nuestros proyectos viene de los grupos de jóvenes, de chicos 
                    de más de 14 años en situación de riesgo, que al integrarse 
                    se alejan de la violencia, de las drogas, etcétera. Podemos 
                    ofrecerles, a la larga, alguna salida de corte productivo.
                    
                     
                    
                    
                    - 
                    ¿Hay demandas para desarrollar agricultura familiar? 
                    
                    
                     
                    
                    - Hay microexperiencias en 2 o 3 barrios de huertas 
                    destinadas al autoconsumo, impulsadas por gente (mujeres, 
                    jóvenes, cooperativas) que viene a su vez de otros procesos.
                    
                     
                    
                    Nosotros distribuimos semillas y tuvimos un grupo de 
                    ingenieros agrónomos que mantenían un banco de semillas.
                    
                    
                     
                    
                    
                    - 
                    ¿Mantienen contactos con el grupo Pro Huertas? 
                    
                    
                     
                    
                    - Sí, claro. 
                    
                     
                    
                    
                    - 
                    ¿Qué resultados se alcanzaron en esa área? 
                    
                    
                     
                    
                    - Fue bastante mala la experiencia. Lo que nosotros 
                    buscamos en cualesquiera de nuestras áreas institucionales 
                    es dejar vida organizada en los barrios. Con el proceso de 
                    huertas nos sirvió mucho para el autoconsumo, pero como 
                    tarea comunitaria organizativa no funcionó. Eso no significa 
                    que la gente no haya sido protagonista de estas 
                    experiencias, quizás hubo errores técnicos propios de la 
                    institución. En esto hay que ser autocrítico, pero si yo 
                    comparo estas experiencias con los procesos organizativos 
                    que hacemos con jóvenes, con mujeres, el balance no es 
                    bueno. La institución se retiró y se cayeron las 
                    experiencias, por lo cual el saldo fue negativo. 
                    
                     
                    
                    
                    - 
                    ¿Y en cuanto a los resultados de los procesos productivos en 
                    general?
                    
                     
                    
                    - En cuanto a los procesos referidos al acceso al 
                    crédito, a la organización del trabajo productivo de las 
                    mujeres nuestra valoración es muy buena. Sobre todo desde la 
                    perspectiva de género, porque las mujeres que han entrado en 
                    este proceso han logrado tener una vida mucho más autónoma, 
                    tanto en su familia como en la comunidad. Pero de todas 
                    maneras hay que seguir avanzando y buscar una nueva vuelta 
                    de tuerca, para evitar que tantas mujeres entren y salgan 
                    del proceso. 
                    
                     
                    
                    
                    - 
                    ¿Desde cuándo perteneces a CECOPAL?
                    
                     
                    
                    - Tengo 38 años y trabajo desde los 18 en CECOPAL. 
                    Pasé por todas las áreas. Yo soy comunicador, entré editando 
                    videos, pedagógicos, de capacitación, y desde 1994 soy el 
                    director de la institución. 
                    
                     
                    
                    
                    - 
                    ¿Cuáles son los medios de comunicación que utilizan? La 
                    radio comunitaria, ¿como funciona? 
                    
                     
                    
                    - La radio es nuestra legalmente. Su director es 
                    miembro del directorio de CECOPAL, mientra las secretarías 
                    las eligen las instituciones del barrio (la biblioteca, la 
                    parroquia, el centro de abuelos, etcétera). La radio es de 
                    CECOPAL, pero la gente se la ha apropiado. Por otra parte, 
                    seguimos con un área de video, editando nuestros propios 
                    materiales, algunos de los cuales son como disparadores para 
                    talleres y otros están técnicamente mejor hechos. La 
                    revista, a su vez, trata de cubrir lo que es la mirada de la 
                    institución hacia la sociedad. 
                    
                     
                    
                    Nos reconocemos como un actor social, pero nuestra 
                    principal tarea es trabajar en los barrios. Nos interesa 
                    tener una opinión política y social, que nos escuchen en el 
                    Estado, que nos escuche el resto de la "sociedad civil". 
                    Mientras sigamos disparando procesos organizativos en los 
                    barrios estamos bien. 
                    
                     
                    
                    
                    - 
                    ¿Cuántos barrios abarcan? 
                    
                     
                    
                    - Trabajamos en cerca de 25 barrios. Tenemos una 
                    oficina central, pero a través de los años pusimos centros 
                    comunitarios en 4 zonas, para no trabajar con esa idea de 
                    instituciones del centro que bajan al terreno y va el 
                    trabajador social para allá y vuelve. En uno de estos 
                    centros comunitarios, en Villa Libertador, es donde funciona 
                    la radio. Las organizaciones de todos los barrios 
                    circundantes van a trabajar a los respectivos centros 
                    comunitarios, no se van hasta el centro. En la oficina 
                    central funcionan por su lado aquellos talleres que implican 
                    juntar dirigentes de diversos barrios. Allí también tenemos 
                    un salón de usos múltiples y la administración 
                    institucional, pero la tarea se da en los 4 centros 
                    comunitarios.
                    
                     
                    
                    
                    - 
                    ¿Conforme con la tarea, te gratifica?
                    
                     
                    
                    - Conforme no todos los días, pero te gratifica. 
                    Nosotros no somos de aquellas ONG a las que les encadilan 
                    las relaciones de las alfombras rojas y con el Estado, el 
                    Banco Mundial, el BID. Seguimos sabiendo, o pensando que 
                    sabemos, cuál es nuestro rol, por lo tanto nuestra 
                    gratificación sigue siendo la posibilidad de que la gente 
                    ejerza sus derechos, elija qué vida quiere y un modelo de 
                    sociedad distinto a éste. Si ponemos un granito de arena 
                    para eso, misión cumplida. Para eso abrimos la puerta todos 
                    los días.
                    
                     
                    
                     
                    
                    Ariel 
                    Celiberti
                    
                    Rubén 
                    Yizmeyián
                    
                    © Rel-UITA
                    
                    22 de marzo de 
                    2004