Uruguay

 

Con Jair Krischke *

Ojos en la espalda para mirar hacia adelante

 

La presencia de Jair Krischke en Montevideo no pasó inadvertida. Su conferencia “El periodismo garante del derecho a la Verdad”,** se transformó en un punto de encuentro para militantes defensores de los Derechos Humanos, familiares de detenidos desaparecidos, dirigentes políticos y sindicales.

 

 

-¿Cuál es tu evaluación de esta actividad?

-Fue muy importante. En el momento político que Uruguay está viviendo, con un gobierno que quiere saber de una vez por todas lo sucedido durante el período de dictadura militar, este tipo de actividades cobra una importancia mayor.

 

A nivel personal fue muy emocionante. A través del reconocimiento que se le brindó al periodista Roger Rodríguez, se homenajeó a todos los periodistas que tanto durante aquellos años como ahora, trabajaron y trabajan por la verdad. Pero además, con este tipo de eventos se le está diciendo a este nuevo gobierno que se quiere conocer la verdad.  

 

-¿Y crees que se está muy lejos de saber lo que realmente pasó durante esos años en Uruguay?

-Uruguay es nuestra última esperanza. En los demás países latinoamericanos estos temas se han descartado y los archivos han sido cerrados a candado. En Uruguay se han dado pasos importantes, pero es muy difícil cuando, como en estos casos, los militares se resisten a colaborar. Y eso es complicidad, porque son tan cómplices los que hacen como los que dejan hacer. Y es una complicidad gravísima. A veces uno no se da cuenta de lo terrible que fue la dictadura en uruguaya por lo reducido del número de habitantes de este país, pero a nivel de porcentajes los datos son alarmantes. Se dice que uno de cada 80 uruguayos fue torturado. No se pueden dejar impunes esos crímenes, y creo que, como dijo Roger Rodríguez,  llegó la hora de la verdad.

 

-¿Por qué crees que las Fuerzas Armadas continúan con esa actitud de enterrar el pasado?

-Ese es un silencio cómplice y mafioso. Mucho de los militares que están ahora no tuvieron participación en la dictadura, y sin embargo callan. Y callan para proteger al grupo, manteniendo una fidelidad de cuerpo que les ha sido impuesta. En Europa, por ejemplo, es interesante ver cómo su historia nos dice claramente quién hizo qué; quiénes son los malos y quiénes los buenos. Pero en América Latina todos quieren ser buenos. Ha llegado la hora de que los pocos personajes nefastos que la historia nombra, reciban la compañía de los que la realidad invoca.

 

-Además de los militares, existen en la sociedad otros sectores que afirman que este nuevo gobierno tiene los ojos en la nuca y que sólo mira al pasado. ¿Qué opinión te merecen estas afirmaciones?

-Mirar al pasado siempre es positivo, y sería absurdo pensar al revés. Se necesitan ojos en la espalda para poder mirar hacia adelante, porque no se puede avanzar si no se resuelve antes lo que la historia manda. Hasta que estos crímenes tan graves sean resueltos no se podrá construir una sociedad democrática, porque el porvenir se alimenta mucho de esa visión al pasado.

 

  

Entrevista de Gerardo Iglesias

© Rel-UITA

30 de setiembre de 2005

 

  

* Consejero fundador del Movimiento de Justicia y Derechos Humanos

y asesor de la Rel-UITA.

 

** Montevideo, 22/09/05.

 

 

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