En diversas reuniones he hablado con los 
afiliados acerca del rol que deben 
desempeñar los sindicatos para proteger 
y promover el Trabajo Decente y de 
luchar contra la tendencia hacia el 
empleo temporal, informal y por 
contrato. Los trabajadores 
sindicalizados somos una minoría, y 
además ahora los políticos conservadores 
nos califican como “privilegiados”.
  
 
La actitud de estos políticos 
-respaldada por intereses corporativos- 
no pretende buscar formas de promover la 
negociación colectiva para que los más 
pobres y vulnerables puedan compartir el 
Trabajo Decente e ingresos razonables, 
sino, antes bien, apunta a romper los 
sindicatos para que más trabajadores 
sean perjudicados y los empresarios 
puedan incrementar sus ganancias.
 
¿Piensas que estoy exagerando con esto?
Bueno, aquí hay un par de ejemplos 
recientes
 
En respuesta a la última crisis 
financiera, el Primer Ministro de 
Nueva Zelanda, John Key, dijo 
el pasado 8 de agosto que él trataría de 
ayudar a los exportadores a manejar la 
alta tasa de cambio actual por medio de 
la implementación de una reforma más 
amplia del mercado laboral. 
 
Esto significa permitir que los 
empresarios adquieran una mayor 
flexibilidad para establecer los 
salarios y las condiciones de trabajo, 
reduciendo la capacidad de los 
sindicatos para proteger esos aspectos.
 
Menos sutil aún fue el periódico 
Economist, con base en 
Londres, que es un ferviente promotor 
del libre mercado y la desregulación. En 
su edición del 30 de julio pasado, 
comentando las crisis de la deuda de 
Estados Unidos y Europa 
afirmó:
 
“En Europa un grupo de 
trabajadores de clase media está 
desesperado por aferrarse a sus 
protecciones y privilegios: otros 
millones están atrapados en puestos de 
trabajo sin protección o están 
desempleados. Tanto en Europa 
como en América, los sindicatos 
del sector público bien organizados 
obstruyen el progreso”.
 
Esto sugiere que no fue el 
comportamiento temerario de los bancos y 
las grandes empresas lo que causó la 
crisis financiera, sino más bien los 
trabajadores sindicalizados que están 
tratando de aferrarse a los sueldos y 
las condiciones laborales,  acusados de 
proteger a sus afiliados para que no 
sean empujados a empleos vulnerables y 
mal pagos.
 
Nueva norma sindical
 
Un tema que surgió en la Reunión General 
Anual y que provocó una discusión en 
algunas áreas fue la nueva norma 
sindical por la cual un afiliado puede 
contratar a un abogado externo.
 
El Sindicato no está tratando de evitar 
que sus miembros se asesoren en cuanto a 
asuntos laborales cada vez que les 
parezca pertinente. Sin embargo, si un 
afiliado elige representación externa en 
un asunto laboral, luego no es seguro 
que el Sindicato provea representación 
legal en ese mismo punto en particular.
 
El trabajador elige: su Sindicato o su 
abogado, pero no ambos. La razón es que 
tenemos procesos y líneas de 
representación, y no participaremos en 
una querella de la cual no somos 
responsables ni podemos hacernos cargo 
de sus resultados.
 
Los miembros pagan sus cuotas y reciben 
asesoramiento y representación de 
nuestra parte. Nuestros delegados y 
organizadores están entrenados y son 
experimentados en el manejo de quejas 
laborales. Esto implica un conjunto de 
habilidades diferente a las que poseen 
los abogados. 
 
De lo que muchos miembros quizás no se 
den cuenta es que el Sindicato se 
asesora y, si es necesario, contrata 
servicios de abogados especialistas en 
asuntos laborales. 
 
Si un miembro rechaza el consejo que le 
fue brindado por el Sindicato o nosotros 
creemos que el caso no amerita nuestra 
intervención, por supuesto que entonces 
el afiliado es libre de buscar 
representación externa si así lo desea.
 
¿Y los trabajadores del 
sector
lácteo y cárnico?
 
Otro tema para estimular la discusión es 
la decisión de nuestro Sindicato  de 
Trabajadores Lecheros de Nueva Zelanda (NZDWU, 
por sus siglas en inglés) de explorar 
una fusión con el Sindicato de 
Trabajadores de Nueva Zelanda del 
sector Cárnico. Tendrán lugar algunas 
charlas previas entre las dos 
organizaciones que serán facilitadas por 
el Consejo Neozelandés de Sindicatos.
 
No hay una decisión predeterminada. 
Nuestro Sindicato está analizando y 
examinando si, hacia el futuro, ambas 
organizaciones fusionadas proveerían 
mayor fortaleza y mejores servicios para 
los afiliados.