La decisión 
                    de la Corte Suprema de Argentina de anular las dos leyes de 
                    amnistía del país es una victoria histórica contra la 
                    impunidad por graves violaciones de los derechos humanos y a 
                    favor del Estado de Derecho, señaló hoy Human Rights Watch. 
                    Las dos leyes habían bloqueado el enjuiciamiento de los 
                    crímenes cometidos bajo la dictadura militar.
                    
                      
                        
                          
                          
                            
                            
                              
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                                "La época en que se hacían acuerdos bajo 
                                 
                                
                                
                                
                                la mesa con  
                                
                                
                                
                                los militares, arrancados a punta de fusil 
                                contra las autoridades democráticas, se acabó".
                                 
                                
                                
                                
                                José Miguel Vivanco  | 
                               
                             
                            
                           
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                    El fallo largamente esperado, de siete jueces contra uno, 
                    confirma las decisiones de los tribunales inferiores que 
                    habían declarado inconstitucionales las leyes. La aprobación 
                    en el Congreso en agosto de 2003 de una ley que anulaba las 
                    leyes también ha puesto de manifiesto la tendencia hacia el 
                    rendimiento de cuentas en Argentina.
                    
                     
                    
                    "Los crímenes de la 'guerra sucia' son demasiado graves para 
                    amnistiarlos y olvidarlos", señaló José Miguel Vivanco, 
                    director para las Américas de Human Rights Watch. "El fallo 
                    de la Corte Suprema demuestra que independientemente del 
                    tiempo que pase, las leyes que impiden la justicia por 
                    graves abusos contra los derechos humanos siguen siendo una 
                    espina que tienen clavados los gobiernos democráticos", 
                    agregó.
                    
                     
                    
                    Al menos 14.000 personas "desaparecieron" cuando Argentina 
                    estuvo gobernada por los militares desde 1976 hasta 1983. 
                    Después del restablecimiento de la democracia, los 
                    tribunales empezaron a juzgar a los miembros de las juntas 
                    militares por secuestros, asesinatos y tortura; pero los 
                    juicios y las sentencias contra los líderes de la junta y 
                    oficiales militares y policiales provocaron una reacción 
                    violenta de las fuerzas armadas. El entonces Presidente Raúl 
                    Alfonsín aceleró la aprobación de dos leyes en el Congreso, 
                    el 24 de diciembre de 1986 y el 5 de junio de 1987, con la 
                    esperanza de apaciguar las objeciones militares a los 
                    enjuiciamientos.
                    
                     
                    
                    La ley de punto final de 1986 (Ley No. 23.492) fijó un plazo 
                    de 60 días para el inicio de nuevos enjuiciamientos. Cuando 
                    la ley no logró frustrar el procesamiento de gran cantidad 
                    de acusados, se aprobó la ley de obediencia debida en 1987 
                    (Ley No. 23,521), que concedió impunidad automática frente 
                    al juicio a todos los miembros de las fuerzas armadas, salvo 
                    los comandantes superiores. El 22 de junio de 1987, la Corte 
                    Suprema dictaminó que la ley de obediencia debida era 
                    constitucional, poniendo efectivamente freno al 
                    enjuiciamiento de los crímenes de la "guerra sucia".
                    
                     
                    
                    Durante años, las leyes de amnistía impidieron los 
                    enjuiciamientos de todos los crímenes cometidos bajo la 
                    dictadura militar, excepto la violación y el robo de bebés 
                    nacidos de madres "desaparecidas", crímenes específicamente 
                    excluidos de la ley de obediencia debida. En 2001, sin 
                    embargo, el juez federal Gabriel Cavallo reabrió un caso 
                    contra dos agentes de la policía acusados de la tortura y 
                    desaparición en 1978 de una pareja chileno-argentina. En un 
                    fallo histórico que abrió las puertas a más enjuiciamientos 
                    de este tipo, el Juez Cavallo sostuvo que las leyes de 
                    amnistía eran inconstitucionales.
                    
                     
                    
                    En 2001, la Corte Federal de Buenos Aires confirmó el fallo 
                    del Juez Cavallo. Pero la posibilidad de un avance real en 
                    los juicios de los crímenes de la "guerra sucia" ha tenido 
                    que esperar hasta la decisión de la Corte Suprema sobre la 
                    constitucionalidad de las leyes.
                    
                     
                    
                    Los organismos de derechos humanos tanto regionales como 
                    internacionales han criticado las amnistías generales 
                    otorgadas por graves crímenes contra los derechos humanos. 
                    En 2001, en una sentencia sobre el caso Barrios Altos en 
                    Perú, la Corte Interamericana de Derechos Humanos declaró 
                    que dos leyes de amnistía, introducidas por el gobierno del 
                    Presidente Alberto Fujimori en 1995, eran incompatibles con 
                    la Convención Americana sobre Derechos y carecían por lo 
                    tanto de efecto legal.
                    
                     
                    
                    La Corte Suprema de Argentina ha citado la sentencia del caso 
                    Barrios Altos como precedente legal para su fallo de hoy. 
                    Además de permitir el avance de los juicios sobre derechos 
                    humanos en Argentina, el fallo de la Corte Suprema tendrá un 
                    impacto significativo en otros países en los que existen o 
                    se están debatiendo leyes de amnistía, como en Chile, 
                    Uruguay y Colombia.
                    
                     
                    
                    "La época en que se hacían acuerdos bajo la mesa con los 
                    militares, arrancados a punta de fusil contra las 
                    autoridades democráticas, se acabó," dijo Vivanco. "Ojalá 
                    esta decisión permita el surgimiento de una nueva era en la 
                    que todos, incluyendo los poderosos, estén sujetos a las 
                    mismas reglas."
                    
                    Human Rights Watch
                    
                     
                    
                     
                    
                     
                    
                    
                    Human Rights Watch
                    
                    
                    15 de junio de 2005