Compañero de caminos

 

 

Cuando alguien denuncia que la humanidad presenta, al mismo tiempo, sobreproducción y hambrunas, y lucha por la justicia, no es sólo un aliado de los heridos por la adversidad. Apunta a los cambios profundos que necesita nuestro tiempo como se propone la izquierda.

 

El 22 de enero falleció en Francia un predicador evangélico: Henry Groués (el Abate Pierre, fundador de Emaús, organización solidaria que alcanza ya a 50 países). Su pensamiento, fecundo en observaciones y hondas verdades, merece al análisis y la reflexión de todo quien aspire a un mundo nuevo, sin explotadores ni explotados. Pero el Abate Pierre no sólo denunció la polarización social; su prédica, sus textos, su palabra -acorde con su acción- ofrecen, como todos los grandes espíritus, reflexiones que afirman los caminos hacia el hombre nuevo.

 

Veamos, tomadas al azar, algunas de esas observaciones profundas que hacen que libros como "Testamento", impreso en 1995, sean un remanso de verdades que incitan a la acción solidaria.

 

 

"Hay que abrir los ojos. ¡Qué detestable es la estrechez de mira que solemos tener sobre los problemas que no son los nuestros!. Cuando en el mundo la gente muere de hambre, cuando en Francia hay personas que todavía mueren de hambre, yo grito a los que gobiernan: ustedes son culpables de no asistir a las personas en peligro. Y nosotros, la opinión pública, somos cómplices".

 

"El odio no consiste solamente en gritos de ira. Consiste también en la pasividad y la indiferencia. Y esa inacción es una burla a la miseria."

 

"Los medios de comunicación están, ante todo, al acecho de lo sensacional, y actúan como lupas. Entre todos los acontecimientos que se producen en el mundo escogen uno y lo agrandan de tal manera que invade nuestra conciencia. Y estos efectos de lupa pueden conducir a verdaderas traiciones"

 

"Cada vez que se niega un millón para los sin techo, para los que nada tienen, se preparan diez millones de gastos para tribunales, para cárceles y para manicomios".

 

"Hay que proclamarlo y repetirlo(..) la belleza de una ciudad, de una nación, no se encuentra en los museos, no se encuentra en sus teatros, no se encuentra en sus jardines públicos, no se encuentra siquiera en sus catedrales. La belleza de una ciudad, ante Dios y ante los hombres, se encuentra sobre todo en la falta de casas miserables y en la ausencia de personas que viven en la calle".

 

"El amor no es auténtico cuando no empieza por exigir justicia".
Refiriéndose a Joseph Wresinski, sacerdote colaborador de Emaús, dijo el Abate Pierre: "Ningún libro me enseñará jamás lo que la vida le enseñó a él desde el momento en que vio llorar a su madre, que cosía hasta altas horas de la madrugada, preguntándose cómo iba a comprar el pan al día siguiente".

 

En una ocasión, un Ministro de Vivienda le escribió al Abate Pierre, que avanzaba en la lucha (comenzada en los años 50) que esa acción era indispensable, pero que debía reconocer que las encuestas demostraban que el número de los franceses sin vivienda digna había disminuido del 29 al 9%. El Abate contestó: "aunque sólo quedase el 1% de gente sin vivienda digna volvería a hacer lo mismo y a comprometerme de la misma manera. Cuanto menos numerosos son los que no disponen de una vivienda, más culpables somos, dado que la solución es más fácil de encontrar. Jamás hay una cantidad para descuidar en materia de humanidad".

 

"La política no me asusta, porque incluye el amor y la sed de justicia"

 

"Un debate como el del Gatt no es serio si no se ofrece un lugar al Tercer Mundo. Cuando en el mismo noticiero televisivo vemos a los campesinos franceses -que no por ello son los malos de la película- tirar su trigo delante de un ministerio y, a continuación, a los niños de Somalia convertidos en verdaderos cadáveres ambulantes... uno duda de la inteligencia humana".

 

"Sería cobarde querer escapar al horror olvidando. Olvidar es mentir. Y mentir a la historia es mentirse a uno mismo".

 

"Ya no se sostienen los discursos al estilo Le Pen cuando gritaba: "Francia para los franceses" Yo le respondo: también yo tengo derecho a decirlo y más que usted porque he arriesgado mi piel: pero mientras digo Francia para los franceses también grito: la Tierra para los seres humanos"

 

 

Estos pensamientos -que transcribimos apenas como una incitación a la lectura- muestran la grandeza de un hombre fiel a su Evangelio, que supo sentirse herido ante las heridas del prójimo y cumplió en su acción con "la propaganda de la conducta" que en nuestro tiempo también predicara el Che.

 

El Abate Pierre escribió sobre el tema: "un día oí decir a alguien: 'para mi, que no soy creyente, tu manera de vivir me da ganas de que la fe sea verdadera'; el contagio comienza por ahí."

 

El Che, desde la esencia de sus mensajes fue ejemplo, precisamente, de esa "propaganda de la conducta".

En Montevideo, Guillermo Chifflet

© Rel-UITA

23 de agosto de 2007

 

 

 

Ilustraciones

1 - Van Den Bosch / vdb-animations.com

2 - Tapa del libro Testamento, Abate Pierre

3 - lumen.com.ar

 

 

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