Brasil

Con Jair Krischke,

del Movimiento Justicia y Derechos Humanos

Sería vergonzoso que Brasil le concediera  refugio a este criminal

El coronel retirado Manuel Cordero, uruguayo prófugo de la justicia argentina y uruguaya, está acusado de haber participado en el secuestro, tortura y desaparición forzada de decenas de uruguayos durante la “guerra sucia” de las dictaduras del Cono Sur. Cordero fue descubierto en Brasil por Jair Krischke. El ex militar solicitó el refugio, y su caso se resolverá el próximo 18 de julio. Krischke, compañero de ruta de la Rel-UITA, relata aquí los detalles de esta situación y advierte que Brasil no debe proteger a un criminal como éste.

 

Jair Krischke

-¿Cómo llegó Cordero a Brasil?

-Luego de su fuga de Uruguay, Cordero estaba viviendo en la frontera con Brasil, en la ciudad limítrofe de Santana do Livramento. Allí extendió un poder a su cuñado para que este le cobrara su jubilación en Montevideo y lo legalizó en el consulado uruguayo de esa ciudad. Yo sabía que sobre Cordero pesaba un pedido de extradición de Argentina que ya había sido presentado y denegado por el anterior gobierno en Uruguay, pero ese pedido no era válido en Brasil. Consulté en Buenos Aires al juez de la causa quien me informó que debía presentarme al consulado argentino en Porto Alegre y hacer una declaración. Hasta que el cónsul argentino pudo tener claro cómo hacer la gestión pasaron unos diez días. Luego viajé a Buenos Aires, declaré ante el juez quien finalmente envió a Brasil un pedido de captura con fin de extradición. El expediente se complicó un poco porque de la embajada Argentina aquí fue al Ministerio de Relaciones Exteriores, que a su vez lo derivó al Ministerio de Justicia donde todavía espera. En ese primer expediente algunos documentos no estaban traducidos, por lo que fue necesario completar todo correctamente. Cuando la prensa en Montevideo reveló la presencia de Cordero en Santana temí que desapareciera y le perdiéramos la pista.

 

Cordero, con el pelo teñido, evita a la prensa brasileña*

-¿Cómo reaccionó el ex militar?

-Bueno, se ve que está bien orientado jurídicamente. El declaró a la Policía Federal brasileña que se vino a este país en julio de 2004, cuando ni siquiera habían ocurrido las elecciones –que fueron recién en octubre– que cambiaron el gobierno. En septiembre pidió una visa permanente, a lo que tiene derecho por estar casado con una brasileña. Esa solicitud automáticamente le proporciona un permiso de estadía por seis meses mientras se sustancia el estudio de su visa permanente. Este documento expiraba el 30 de marzo de 2005, y entonces, por intermedio de su abogado el 14 de febrero presentó un pedido de refugio. La Policía Federal de Santana lo cita para que se presente a declarar el 28 de febrero, pero su abogado solicita una prórroga de cinco días alegando problemas de salud de su cliente. Un par de días después, sin embargo, Cordero se presenta y declara especificando las razones por las cuales pide el refugio. Es muy importante distinguir entre asilo y refugio, porque no son la misma cosa.

 

-¿Cuál es la diferencia?

-El asilo político se aplica en los casos en los cuales el perseguidor es el Estado, porque no existe un régimen de derecho sino algún tipo de dictadura o de sistema autoritario. Pero en Uruguay existe una democracia plena, en la cual funcionan los tres poderes del Estado. El refugio corresponde cuando el Estado “no garantiza la integridad física ni los bienes” de una persona. En su declaración Cordero aseguró que permanentemente “sufre amenazas de muerte y violencia contra su domicilio” en Montevideo y que en caso de regresar a Uruguay su vida correría peligro “por persecución política”. Como es obvio, todo esto no es más que una fábula de este prófugo de la justicia.

 

-¿Continúa en Santana?

-Cuando la prensa lo asustó revelando su presencia allí, Cordero se fue a San Pablo donde todavía permanece. Ha hecho difundir la versión de que tiene problemas cardíacos severos y que debe someterse a una cirugía en Brasil porque en Uruguay le negaban el tratamiento médico adecuado y sus exámenes desaparecían del Hospital Militar. Más fábulas.

 

-¿En qué está el pedido de refugio?

-Fue enviado al Ministerio de Justicia que a su vez lo derivó al Comité Nacional para los Refugiados (CONARE),con sede en Brasilia, integrado por el Ministerio de Justicia, que lo preside, el Ministerio de Relaciones Exteriores, el de Trabajo y Empleo, el de Salud, el de Educación y Deportes, el Departamento de Policía Federal, la organización civil Cáritas que se dedica desde hace muchos años en Brasil, sobre todo en São Paulo y Rio de Janeiro, a la asistencia a los refugiados, y el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), que tiene voz pero no voto. La actual coordinadora general del CONARE es la doctora Nara Conceicão Nascimento Moreira da Silva, funcionaria judicial, quien el 12 de mayo pasado se entrevistó con Cordero durante más de cinco horas. Habitualmente es la coordinadora quien elabora un informe por el cual se guían los demás miembros del Comité para formarse una opinión sobre cada caso.

 

-¿Cuál es tu posición al respecto?

-Creo que Brasil no debe bajo ningún concepto otorgarle el refugio a este contumaz violador de los derechos humanos, que actuó en Uruguay y también en Argentina en el marco de la Operación Cóndor. Es importante aclarar que es el CONARE, que está citado para analizar este caso el próximo 18 de julio, el que decide sobre el refugio. Mientras tanto, el pedido de extradición –que resuelve la Suprema Corte de Justicia– está detenido aguardando esta definición, ya que si Cordero se beneficia del estatus de refugiado, entonces no podrá ser extraditado. El pedido de extradición corresponde a una sola causa, pero tiene otras varias abiertas, tanto en Argentina como en Uruguay, entre ellas los asesinatos de Zelmar Michelini y Héctor Gutiérrez Ruiz, y de María Claudia Irureta de Gelman. Entiendo que sería una tremenda vergüenza para Brasil proteger a Cordero, quien debe responder de una vez por todas por sus crímenes.

 

Carlos Amorín

© Rel-UITA

13 de julio de 2005

* Foto: La República

  UITA - Secretaría Regional Latinoamericana - Montevideo - Uruguay

Wilson Ferreira Aldunate 1229 / 201 - Tel. (598 2) 900 7473 -  902 1048 -  Fax 903 0905