Brasil

 

Con Jair Krischke

El asesinato de Jair Antonio da Costa

“La existencia de una Policía Militar

es inadmisible”

El estado de Río Grande del Sur ha vivido en las últimas horas dos situaciones de extrema violencia. La primera de ellas ocurrió en Sapiranga, donde fue asesinado Jair Antonio da Costa (31) como consecuencia de la represión contra una manifestación organizada por el Sindicato Zapateros de Igrejinha. La segunda ocurrió al término del partido de fútbol entre Internacional y Fluminense en el estadio Beira Rio, donde 20 personas resultaron heridas.

 

Jair Krischke -Estos hechos preocupan a toda la población. Se supone que la Policía tiene como cometido, entre otras cosas, brindar tranquilidad asegurando y manteniendo el orden público; pero si su actuación genera violencia y desestabiliza, entonces esta situación se torna inadmisible. Esta violencia se genera porque la Policía ha demostrado en estas últimas décadas una incompetencia tremenda, y estos dos hechos son un claro ejemplo de ello. En los días que estamos viviendo, las marchas, las manifestaciones, los cortes de calles y las ocupaciones se están volviendo moneda corriente. Pero en otras partes del mundo, al contrario de lo que sucede en Brasil, estos hechos son manejados por la Policía sin provocar muertos ni heridos porque existen técnicas, disciplina, y se sabe cómo actuar sin ocasionar problemas mayores. Lo mismo se aplica para el caso de la violencia en los estadios de fútbol. No se puede entender, y mucho menos soportar, que cada vez que la Policía intervenga desencadene más violencia.

 

-En el caso que produjo el deceso de Jair Antonio da Costa, la violencia fue algo absurdo.

-Fue brutal e innecesaria porque la manifestación ya había terminado y la gente empezaba a retirarse a sus hogares. Pero entonces, cinco policías salen en persecución de este compañero. Lo inmovilizan y uno de ellos lo sujeta tomándolo por detrás, la rodilla en la espalda y con el bastón presionando el cuello de Jair. Esto le causó lesión cervical y hemorragia en la faringe, lo que le produjo asfixia mecánica y la muerte por falta de aire.

 

-¿A qué crees que se deba esta excesiva violencia policial?

-En Brasil existe un problema gravísimo que es la existencia de una Policía Militar, lo cual es una antinomia, una contradicción irresoluble. La palabra Policía proviene de la palabra griega “polis” que significa ciudad, y entonces la Policía aparece como un organismo del Estado encargado de dar protección a los ciudadanos, e incluso de proteger a quienes hayan violado la ley. Por otro lado, la palabra militar proviene del latín “milis”, que deriva a su vez de las conocidas milicias romanas. En este contexto, la misión del militar es diferente a la del policía, pues tiene por finalidad enfrentar al enemigo, vencerlo y someterlo a su voluntad. Cuando a los militares se les encarga proteger a los ciudadanos, ellos no dejan de concebirlo como un enemigo al cual debe eliminarse. La técnica con la que nuestro compañero fue asesinado durante esa manifestación es claramente militar, empleada para matar silenciosamente detrás de las líneas enemigas.

 

La Policía Militar, fue creada durante la dictadura en Brasil en 1968, cuando empezó la lucha armada, y desde aquella época la violencia de esta fuerza ha sido terrible. En el incidente ocurrido durante el transcurso del partido de fútbol en el estadio Beira Río, el problema se vio incrementado por la acción de la Policía Militar que para reprimir empleó balas de goma y bombas de gas, lo que dejó un alto saldo de heridos. Los centros de salud contabilizaron unos 30, pero teniendo en cuenta aquellas personas que decidieron no acudir a los centros de salud, el número podría ser mucho mayor.

 

-¿Se produjo algún pronunciamiento de parte del gobierno?

-Hubo una respuesta inmediata. El vicegobernador, en vista de la ausencia del gobernador, tomó inmediatamente la decisión de remover al mayor que comandó la operación contra la manifestación sindical. Me pareció una medida muy acertada. Confieso que cuando me enteré la aplaudí, porque es así como se debe actuar; la reacción en estos casos debe ser siempre inmediata.

 

 

Gerardo Iglesias

© Rel-UITA

6 de octubre de 2005

 

 

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