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									La esposa y 
									uno de los hijos de López 
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						Por primera vez, los 
						familiares utilizaron el término “desaparecido” para 
						referirse a Jorge Julio López. El Presidente les aseguró 
						que va a trabajar incansablemente”
						
						 
						
						En su 
						mensaje al Presidente contaron de su desesperación por 
						la falta de noticias.
						
						 
						
						
						Somos una familia sencilla. No estamos acostumbrados a 
						relacionarnos con la prensa.” Así se expresaron ayer los 
						hijos y la esposa del testigo Jorge Julio López en una 
						tercera carta pública con la que buscan evitar el 
						contacto con los medios, a pocos días de cumplirse tres 
						meses de la desaparición de Tito, como lo llaman. Tal 
						como anticipó Página/12, este nuevo mensaje es una carta 
						abierta en la que por primera vez usan el término 
						“desaparecido”, y está dirigida al presidente Néstor 
						Kirchner, a quien le piden “que no baje los brazos, que 
						no se olvide de Tito, que lo recuerde en cada tribuna” y 
						que “el Estado redoble sus esfuerzos para que aparezca”. 
						Desde Río Cuarto, Kirchner tomó nota de inmediato y 
						respondió: “Vamos a trabajar todos incansablemente con 
						este Presidente a la cabeza para que López aparezca, 
						queremos saber su destino”.
						 
						
						
						Durante un acto en la cancha de Estudiantes de esa 
						localidad cordobesa, el Presidente dijo que recibió “una 
						carta” que lo “emocionó profundamente, de la familia 
						López, que pedía que ayudemos todos para que aparezca”. 
						El Presidente recordó que el testigo “desapareció por 
						decir sus verdades sobre la dictadura militar”.
						 
						
						En 
						la misiva, redactada con el apoyo de un amigo de la 
						familia, expusieron sus sentimientos a pocas horas de 
						que se cumplan noventa días desde que este ex albañil de 
						77 años, ex militante y sobreviviente de la dictadura, 
						desapareciera cerca de su casa de Los Hornos. Esa 
						jornada debía hablar en el cierre del juicio contra el 
						represor Miguel Etchecolatz. “Estamos angustiados, con 
						bronca, no sabemos quién se llevó a Tito, nuestro padre, 
						el marido y compañero de mi madre”, dice el primer 
						párrafo con la impronta de Gustavo y de Ruben, sus 
						hijos.
						 
						
						A 
						diferencia de los anteriores mensajes, esta vez no hay 
						ninguna mención a los funcionarios provinciales. La 
						apelación es “a nuestro Presidente, porque confiamos en 
						él, recordamos sus palabras y su compromiso personal en 
						la búsqueda de Tito”. Los López le piden que el Estado 
						haga un mayor esfuerzo “no sólo para calmar nuestra 
						angustia sino la de tantos argentinos que observan 
						azorados que un argentino está nuevamente desaparecido”. 
						Y no dudan en calificar este momento como “el peor” de 
						sus vidas.
						 
						
						En 
						otro párrafo recuerdan la tragedia familiar que vivieron 
						cuando López fue secuestrado el 27 de octubre de 1976 
						por una patota que dirigía el ex comisario Etchecolatz. 
						“Hoy se repite la historia, y nuevamente no sabemos 
						dónde está Tito, pero ahora estamos en democracia, 
						creemos en ella, creemos en la Justicia como creyó Tito 
						cuando con sus 77 años a cuestas fue a contar la 
						‘verdad’ para que la historia negra no se repita, sólo 
						fue a pedir ‘justicia’ y hoy no está”, se lamentan.
						 
						
						
						Antes de firmar “la familia de Tito López” agradecen “a 
						todos aquellos que lo recuerdan y piden por su regreso 
						sano y salvo”. Y concluyen instando a que “la anestesia 
						del tiempo no caiga sobre Tito y que no se convierta en 
						el primer desaparecido/olvidado de la democracia”.
						 
						
						El 
						hecho de haber ignorado a los funcionarios que responden 
						al gobernador Felipe Solá y al ministro de Seguridad 
						León Arslanian respondería a cierto malestar de la 
						familia por la ausencia de respuestas de parte del 
						gobierno provincial, aunque en la investigación también 
						participan las fuerzas federales e incluso la Secretaría 
						de Inteligencia.
						 
						
						La 
						familia considera que las llaves de López, que 
						aparecieron hace un par de semanas en su jardín, siempre 
						estuvieron allí, y sospechan que los investigadores no 
						las vieron antes por negligencia.
						 
						
						En 
						su nueva manifestación pública los familiares parecen 
						haber aceptado la idea del secuestro, a diferencia de 
						los primeros días cuando esperaban que López pudiera 
						estar perdido o “protegido o escondido” por “alguien que 
						él conoce y cree que lo está ayudando”.
						 
						
						
						Por Adriana Meyer
						
						Tomado 
						de Página 12
						 
						
						
						Imagen: Gentileza Diario 
						El Día de La Plata