Uruguay

 

Violencia doméstica, cuestión de hombres

 

Involucrar a los hombres en el combate a la violencia doméstica, un fenómeno que los tiene como principales victimarios, es uno de los objetivos que se plantean en América Latina las organizaciones sociales e instituciones públicas que promueven en estos días una campaña sobre esta problemática

 

 

Quizás una de las iniciativas más originales en este plano es la que tendrá lugar en Uruguay el lunes 27. Ese día, por impulso del alcalde capitalino, se desarrollará en Montevideo una “marcha de varones contra la violencia doméstica”.

 

El manifiesto que convoca a la manifestación considera que “la violencia contra las mujeres es una grave problemática que afecta a la sociedad uruguaya desde hace muchos años”, ante la cual los hombres, “como colectivo” han reaccionado con indiferencia.

 

“Hemos permanecido ausentes en la lucha de las mujeres organizadas y su reivindicación por una sociedad orientada hacia la igualdad de oportunidades y derechos, y hemos estado mayoritariamente omisos en las estrategias y acciones llevadas adelante para prevenir, denunciar, atender y erradicar la violencia doméstica”, dice la proclama.

 

En Uruguay se estima que cada nueve días una mujer muere víctima de ataques de su pareja o ex pareja.

 

La marcha de varones uruguayos se enmarca en la campaña de “16 días de activismo contra la violencia hacia las mujeres” promovida por organismos de Naciones Unidas y diversas asociaciones entre el 25 de noviembre, día internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer, y el 10 de diciembre, día internacional de los derechos humanos.

 

Otras iniciativas similares, tendientes a involucrar a los hombres en el combate a un problema en el cual están a menudo ubicados del “lado malo de la balanza”, al decir de un alto funcionario de la Intendencia de Montevideo, tendrán lugar en otros países de América Latina.

 

En Brasil, por ejemplo, el Instituto Promundo promoverá talleres entre hombres para reflexionar sobre “las normas tradicionales asociadas a la masculinidad y las ventajas de las conductas de igualdad de género” en el marco de un plan que lleva a cabo desde hace años llamado Programa H.

 

Ese programa, que apunta en especial a los hombres jóvenes, ha sido replicado ya en 20 países de los cinco continentes, y pone un énfasis particular en la equidad de género en el trabajo.

 

En México y Nicaragua habrá a su vez charlas y talleres destinados a campesinos y habitantes de barrios pobres y a militantes sindicales.

 

México es uno de los países con mayor incidencia de asesinatos de género. De acuerdo a datos de la Comisión Especial de Feminicidio, no pasan más de seis horas sin que una mujer o una niña sean asesinadas en algún punto del país. El caso de Ciudad Juárez es paradigmático en ese sentido. Sólo en el año 2003 más de 300 mujeres o niñas fueron asesinadas en esa ciudad del estado de Chihuahua.

 

Un informe publicado este mes por la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), de Naciones Unidas, destaca a la violencia ejercida contra las mujeres entre las violaciones a los derechos humanos más acuciantes, en particular por su permanencia en el tiempo, y extendidas en América Latina.

 

La gravedad del problema ha llevado a que en casi todos los países de la región se adopten leyes para prevenir y castigar la violencia de género. La primera de ellas data de 1984 (San Vicente y las Granadinas) y las últimas de principios de esta década, en una serie de países.

 

Pese a estas legislaciones, a la mayor “visibilidad” del fenómeno y a la multiplicación de dispositivos de contención y protección de las víctimas, “la violencia no ha cesado, producto de paradigmas culturales muy anclados en las sociedades que cuesta mucho modificar”, según remarcó Ricardo Ehrlich, el intendente de Montevideo que promueve la idea de la “marcha de varones” en su ciudad.

 

“Dado que la mayoría de los perpetradores de violencia de género son hombres, ellos tienen una función sumamente importante que cumplir en la erradicación de la violencia contra las mujeres”, señala un documento de la campaña de “16 días de activismo contra la violencia hacia las mujeres”.

 

El manifiesto que convoca a la marcha en Uruguay incluye una “carta compromiso” por la cual los varones firmantes se comprometen, entre otras cosas, a “fomentar cambios en las actitudes y en las prácticas cotidianas en el ámbito de la vida privada y en la convivencia familiar, así como en el ámbito público –laboral, estudiantil, comunitario y otros– que apuesten a la afirmación de la equidad, al respeto mutuo y a la no violencia hacia las mujeres”.

En Montevideo, Daniel Gatti
© Rel-UITA
27 de noviembre de 2006

 

 

 

FOTO: selva.cat

 

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