Bolivia

Con multitudinarias manifestaciones hacia la ciudad de La Paz, los habitantes de El Alto festejaban la decisión del Gobierno del Presidente Carlos Mesa de rescindir el contrato con la multinacional francesa Suez Lyonnaise des Eaux, que presta el servicio de agua potable.

EFE

Pero nada está en calma. Nada es definitivo. De hecho para el próximo lunes 17 se anuncia el corte de rutas por una de las confederaciones de campesinos en otras zonas del país en protesta por el aumento del precio de los combustibles.

“Esto que está ocurriendo en Bolivia es resultado de la suma de varios inconfor-mismos. Después del mes de octubre del año 2003, el escenario social y el escenario político han cambiado. Aquellos partidos políticos que prácticamente habían parcelado el poder para su propio beneficio, han quedado en el descrédito” dijo Augusto Peña, uno de los periodistas responsables de ERBOL –Educación Radiofónica de Bolivia–.

Erbol, cuenta con una emisora de radio AM que se ha caracterizado por transmitir en forma directa las movilizaciones del pueblo boliviano –primero contra el ex presidente Sánchez de Lozada– y ahora contra Carlos Mesa.

Consultado desde Montevideo, Peña agregó que en el escenario aparece un presidente que no tiene una bancada parlamentaria, una bancada oficialista entonces por un lado tiene que afrontar los conflictos sociales originados por muchas cosas que no son atendidos por el Estado, pero también deben enfrentar la oposición parlamentaria, que bloquea sus iniciativas. “Esto significa que hay una disputa permanente en ese ámbito” agregó el periodista.

“El panorama no está claro en el país, hasta me animaría a decir que hay muchos signos de interrogación que todavía tendrían que superarse. Entre ellos hacia cual será el posicionamiento de las organizaciones sociales, han conseguido algunas de sus demandas pero nos da la impresión de que todavía no tienen el horizonte claro”.

Por otro lado los partidos políticos que han tratado en las últimas elecciones municipales de no perder vigencia.

Para Augusto Peña en Bolivia, a partir de estas conflictos sociales que se han planteado “hay dos temas que van a ser definitorios en los que se refiere al futuro del país. Por un lado esta el futuro de la ley de hidrocarburos, que está en el parlamento, que enfrenta los obstáculos y las presiones de los organismos internacionales y del poder oligárquico del país que no ven con buenos ojos que la ley respete la voluntad ciudadana y el otro elemento clave –que tendría que producirse este año– es la Asamblea Constituyente, donde tendría que estar reflejada la voz del pueblo y que permitiría crear un escenario democrático”.

Las organizaciones sociales deben enfrentar las presiones de los organismos internacionales que no quieren perder sus privilegios. Este es el escenario en el que se desarrollan los acontecimientos.

Al respecto el periodista boliviano dijo que los hechos que enfrentaron a la población de El Alto con la empresa Agua de Illimani filial de la francesa Lyonnaise des Eaux y el levantamiento de la huelga de cuatro días es considerada como el comienzo de una sucesión de hechos similares. “La salida de Aguas de Illimani es un gran logro para las organizaciones sociales que se preguntan ¿y porque no las otras cosas que nos perjudican y que nos afectan?”.

Peña agregó que el Presidente Carlos Mesa está en medio de un fuego cruzado – el pueblo le reclama si está con ellos o con la oligarquía y rechaza las posiciones ambivalentes.

Consultado sobre las movilizaciones campesinas anunciadas para el próximo 17 de enero, señaló que el tema es que hay dos confederaciones de campesinos: “Una liderada por Felipe Quispe, y otra por Guzmán Laisa, vinculado a Evo Morales, del Movimiento al Socialismo”. En estos momentos no hay una organización que abarque todas las facetas que podrían tener los reclamos de los campesinos.

“Por lo que estamos observando creemos que vamos a tener Mesa para rato”, finalizó señalando Augusto Peña.

Héctor Vicente

© Rel-UITA

14 de enero de 2005