El Salvador

           

Elecciones Marzo 2009

Otra oportunidad

para el fin del miedo

Fuerzas progresistas conforman alianza

en torno al candidato Mauricio Funes

 

El pasado 5 de marzo diversos partidos progresistas, movimientos y organizaciones sociales encabezados por el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) confluyeron en un acto público en el cual conformaron la Unión Nacional por el Cambio (UNC), en torno a la candidatura presidencial de Mauricio Funes. Las elecciones se celebrarán el domingo 15 de marzo y muchos vaticinan el triunfo de Funes.

 

Esta alianza de las fuerzas progresistas salvadoreñas reunidas en la UNC es la reedición de la Unión Nacional Opositora (UNO), cuyas victorias electorales de los años 70 les fueran arrebatadas por sendos fraudes realizados por los militares. Conviene, entonces, hacer algo de historia para refrescar los antecedentes de la UNO.

 

En 1972 el Partido Demócrata Cristiano, la Unión Democrática Nacionalista (expresión electoral del Partido Comunista Salvadoreño) y el Movimiento Nacional Revolucionario (miembro de la Internacional Socialista), conformaron la UNO que detonó un vigoroso movimiento social y popular, desembocando en sendos triunfos electorales en ese año y luego en 1977. En ambos casos el partido de la dictadura militar, el PCN, efectuó burdos fraudes electorales acompañados con jornadas de represión que acabaron con los principales dirigentes de la UNO en las cárceles, asesinados, en el exilio o en la clandestinidad. El carismático candidato presidencial de la UNO, José Napoleón Duarte, terminó apaleado y en el exilio.

 

Papeleta de Votación Elecciones Presidenciales febrero 1972 y Símbolo de la Unión Nacional Opositora UNO con los emblemas del MNR, PDC y UDN.  Fuente: Periódico Contrapunto.

 

 

La matanza del 28 de febrero de 1978 en el parque Libertad, en pleno centro de San Salvador, ahogó en sangre y fuego los últimos reductos de la protesta cívica pacífica contra el fraude electoral. Un año después, en octubre de 1979, un golpe de Estado dirigido por militares jóvenes abriría un corto período que significó una pequeña ventana de esperanza para evitar la inminente guerra civil.

 

Sin embargo, tras meses de convulsión y de varias Juntas Revolucionarias de Gobierno, se realizó el reposicionamiento de las fuerzas militares leales a la oligarquía, las cuales desataron una feroz represión que incluyó el asesinato de Monseñor Arnulfo Romero y de miles de civiles.

 

Muchas organizaciones populares y sociales sintieron entonces que no había más que perder frente a la escalada represiva, y ese descontento hizo crecer exponencialmente las organizaciones político-militares que en 1980 conformaron el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), y que por doce años se enfrentó a un ejercito financiado con un promedio de 1 millón de dólares diarios por el gobierno de los Estados Unidos.

 

En esa coyuntura apareció nuevamente la controvertida figura de José Napoleón Duarte, quien se incorporó a la Junta Revolucionaria de Gobierno en marzo de 1980. Fue electo como Presidente en 1984 y mantuvo una alianza con un sector del Ejército y el gobierno de Estados Unidos para implementar un proyecto de “reformismo democrático” en medio de un conflicto armado contrainsurgente.

 

La Unión Nacional por el Cambio

 

Luego de las elecciones de diputados y alcaldes del pasado 18 de enero, en las cuales el FMLN se agenció la mayoría de los votos con una considerable ventaja sobre la derechista ARENA, se avecinan las elecciones presidenciales en las cuales únicamente participan dos candidatos: Mauricio Funes por el FMLN, y Rodrigo Ávila por ARENA. Esto implica que no habrá segunda vuelta, y que el próximo domingo 15 de marzo habrá un Presidente electo, así sea por una mínima diferencia.

 

Así las cosas, el pasado 5 de marzo, 37 años después de aquel primer gran triunfo electoral de la UNO del 20 de febrero de 1972, ésta pareció revivir en un hotel de San Salvador cuando nuevamente las fuerzas progresistas ahora incluidas en el FMLN, las bases de la Democracia Cristiana -autodenominadas “la vieja guardia”-; el social cristiano Cambio Democrático (CD), el Partido Social Demócrata (PSD), algunos disidentes del FMLN y un importante abanico de fuerzas sociales, movimientos gremiales y empresariales conformaron la llamada Unión Nacional por el Cambio (UNC), para respaldar la candidatura del periodista Mauricio Funes.

 

Publico asistente a la presentación de la UNC el pasado 5 de marzo

 

Pese a que los medios de comunicación masiva reportaron el evento de una manera bastante distorsionada (como la presentación de un “posible” gabinete de gobierno), en realidad era imposible para los presentes no hallar la similitud histórica entre la UNC y la UNO. De hecho, este símil apareció recurrentemente en varias de las oratorias de ese día. Por su parte, Mauricio Funes fue enfático al afirmar que antes de definir un gabinete “primero tenemos que ganar”.

 

Fue notoria la presencia de las bases del Partido Demócrata Cristiano que inundaron de su tradicional color verde el salón del evento. Se destacó también la presencia del doctor Héctor Dada Hirezi, miembro del CD y prominente dirigente demócrata cristiano en la década de los 70, quien también entonces fue miembro de la primera Junta Revolucionaria de Gobierno. También estuvo presente Jorge Mélendez, ex comandante guerrillero y secretario general del Partido Social Demócrata, una de las primeras escisiones del FMLN ocurrida a mediados de la década de los 90. Lolita Chávez, dirigente histórica del PDC que levantó los ánimos de la concurrencia con su carismático discurso en favor de la candidatura de Mauricio Funes, y en reproche a la alianza que la dirigencia de su partido ha pactado con el candidato oficialista. Por su parte, Mauricio Funes estuvo flanqueado por su esposa, Vanda Pignato, y por el vocero oficial del FMLN, Sigfrido Reyes, un militante de larga experiencia surgido de la Juventud Comunista del PCS a finales de los 70.

 

A pesar de las grandes dificultades que supone para las fuerzas progresistas la conformación de “Frentes Amplios”, la izquierda salvadoreña logró la reedición de la UNO como conclusión de los esfuerzos realizados para la conformación de un gobierno de unidad nacional que sustituya al actual régimen neoliberal que ha administrado el aparato estatal los últimos 20 años.

 

Es de hacer notar que en una reciente entrevista con el periódico digital El Faro, el politólogo español Manuel Alcántara, declaró que los medios de comunicación masiva “no están jugando limpio”, en clara alusión a la abierta parcialidad en contra del candidato de la izquierda, y en su participación en una campaña orquestada de calumnias, miedo y desprestigio contra el FMLN y su candidato, coordinada desde la misma Casa Presidencial.

 

Lolita Chávez, dirigente de la “Vieja Guardia” del Partido Demócrata Cristiano en su discurso de apoyo a la candidatura de Mauricio Funes

 

El evento de presentación de la UNC fue abierto con las palabras de un obispo luterano, seguido por la intervención del doctor José Domingo Méndez, ex magistrado, presidente de la Corte Suprema de Justicia en la década de los 90 y miembro del grupo de profesionales denominado Concertación Democrática Nacional, quien destacó que los únicos partidos que suscribieron una propuesta de su agrupación denominada “Pacto de Fidelidad a la Constitución” fueron el FMLN y el CD.

 

Por su parte, Emilio Tochez, también prominente miembro del PDC que ocupó diversos cargos públicos, manifestó la importancia de votar por el FMLN y Mauricio Funes con el objetivo de sacar a los areneros del gobierno. Confesando que sería la primera vez que votaría por el partido de izquierda, cerro con un desafiante “¡Y qué!”.

 

Miembros de la UNC atentos al mensaje del candidato del FMLN, Mauricio Funes

 

De hecho, los apoyos se han venido sumando al “Frente Amplio” que encabezan Mauricio Funes y el FMLN. En la mañana del mismo 5 de marzo, el ex candidato presidencial del PCN, el pastor evangélico Tomás Chévez, se pronunció a favor de la candidatura de Funes, en un acto público en el que mostró su arrepentimiento de haber concursado como candidato del otrora partido de las dictaduras militares, el mismo que ilegal e inconsultamente le retiró de la carrera presidencial para favorecer al candidato del ARENA.

Las fuerzas militares leales a la oligarquía desataron una feroz represión que incluyó el asesinato de Monseñor Arnulfo Romero y de miles de civiles.

 

El movimiento sindical

 

Por su parte, la Confederación Sindical de Trabajadoras y Trabajadores de El Salvador (CSTS) en la noche del pasado 4 de marzo, llenó el anfiteatro de la ex Feria Internacional de San Salvador. Mauricio Funes asumió compromisos con los sindicalistas en los temas del empleo y del respeto a los derechos laborales, como ya lo había hecho el 9 de diciembre de 2008 en un acto organizado por el Frente Sindical Salvadoreño (FSS), una coalición de sindicatos de izquierda.

 

Mauricio Funes, con una voz ronca y desgastada por las incesantes intervenciones públicas de los últimos días de la campaña electoral, compartió con los 2.000 asistentes al evento que, como periodista, le tocó cubrir elecciones en diversos países alrededor del mundo, pero que nunca había sido testigo de una campaña tan sucia como la que él está enfrentando en este momento.

 

Aseguró que todo apunta a que esta campaña sucia se incrementará en la semana previa a las elecciones, pero reafirmó su confianza en que el pueblo salvadoreño saldrá adelante, porque “cuando la bestia se siente herida hace todos los esfuerzos por pegar la última mordida, pero para esto tendría que morder a cientos de miles y millones que creemos en el cambio”.

 

Mauricio Funes, candidato del FMLN, 5 de marzo de 2009.

Presentación de la Unidad Nacional por el Cambio.

 

 

Frente a la concurrencia, Mauricio Funes mencionó que había decidido realizar en ese escenario su “Manifiesto a la Nación”, y que había escogido ese momento porque evidenciaba la unidad nacional que en el mismo Manifiesto declara como “una necesidad histórica”.

 

En su Manifiesto, Funes afirmó que las décadas pasadas no han sido de alternancia en los gobiernos, sino más bien una sucesión de partidos oficialistas que, según sus palabras, han operado una “usurpación de la voluntad ciudadana”, ya que en el sistema electoral actual no hay espacio para iniciativas independientes fuera de los partidos políticos, por lo que señaló la necesidad de poner fin “a los gobiernos de partidos”.

 

Funes recalcó algunos de sus compromisos poniendo énfasis en varios ejes que la campaña sucia ha tomado como prioritarios. Por ejemplo, manifestó su compromiso irrestricto con el respeto a la Constitución, se comprometió enfáticamente a que no buscará la reelección, e instó a los asistentes a que trabajen junto a sus partidos para construir relevos democráticos. Además, recalcó el respeto a las libertades, la propiedad privada y una política exterior independiente en clara alusión a la campaña sucia que le ha señalado como una “pieza del ajedrez del presidente venezolano Hugo Chávez”.

 

 

 

En uno de los momentos más emotivos de su intervención, reconoció el esfuerzo y dedicación de la militancia del FMLN en la campaña electoral, señalando su seguridad en que las bases de los partidos y movimientos que ahora conforman la Unidad Nacional por el Cambio tendrán la misma actitud en lo que falta hasta el acto electoral, y después, en la conformación de un gobierno de unidad nacional.

 

Asimismo, señaló: “Tendremos que hacerle frente a una crisis. Sabemos que será una situación difícil”, y para eso “debemos superar la crisis acumulada por el mal desempeño gubernamental”.

 

Mauricio Funes, candidato del FMLN, 5 de marzo de 2009.

Presentación de la Unidad Nacional por el Cambio.

 

 

Funes concluyó su discurso diciendo que “La campaña del miedo ha fracasado, porque tenemos más conciencia cívica, y sabemos distinguir entre una ruta nueva y el viejo camino del continuismo. Estamos en una hora decisiva. ¡Por eso debemos tener el coraje para cambiar!”.

 

Sin duda estas elecciones serán un parte aguas en la historia salvadoreña. La izquierda y las fuerzas progresistas llegan unidas, como en la década de los 70, reeditando una nueva oportunidad para saldar las deudas históricas de un pequeño país centroamericano que aún se debate en las consecuencias de su convulsionado pasado.

 

  

 

En El Salvador,  Gilberto García

Rel-UITA

13 de marzo de 2009

 

 

 

Fotos: Gilberto García

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