El presidente de Colombia, Álvaro Uribe Vélez, se propone suscribir un tratado de libre comercio con Estados Unidos, al que presenta como la panacea para el desarrollo del país. Las negociaciones comenzarían en mayo.

Colombia haría bien en mirarse en el espejo de México, país del cual se decía que saldría sumamente beneficiado de su incorporación al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA, por su sigla en inglés), el pacto que también engloba a Estados Unidos y Canadá.

Diversos analistas recuerdan que antes de que se integrara a ese acuerdo, la economía mexicana crecía a un ritmo de 6,4 por ciento anual y luego lo hizo a apenas un tres por ciento; que hoy hay más de diez millones de mexicanos que no ganan siquiera el salario mínimo; que la deuda externa duplicó desde que el país ingresó al NAFTA; que actualmente la mayor parte de las exportaciones mexicanas las realizan empresas estadounidenses instaladas en este país.

Si a México le viene ocurriendo semejante desastre social, sin que exista allí un conflicto armado de las dimensiones del colombiano ni un desmoronamiento del Estado similar al de este país, ¿qué podría suceder en Colombia?

Antes de que el ex presidente César Gaviria decidiera abrir la economía colombiana, el país importaba (sin necesitarlo) aproximadamente 680 mil toneladas de alimentos. Tras la apertura, se ha llegado a nueve millones de toneladas anuales. Un tratado de libre comercio con Estados Unidos abriría aun más la economía, terminando de arruinar la producción nacional y provocando mayores desplazamientos aun de sectores de población, esencialmente rural, que quedarían sin empleo.

 

Luis Alejandro Pedraza Becerra

© Rel-UITA

5 de abril de 2004