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La inversión extranjera aumenta un 44%

Después de cinco años consecutivos de estancamiento o caídas en los flujos de inversión extranjera, América Latina vivió en 2004 una recuperación. El nuevo informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) sobre la inversión extranjera directa (IED) indican que aumentó 44 % respecto de 2003, llegando a casi 56.400 millones de dólares.


Esto responde a varios factores, entre ellos la recuperación de la economía mundial, las bajas tasas de interés a nivel internacional, pero también el propio repunte de las economías de América Latina, que comenzaron a crecer en 2003 después de varios años de estancamiento y recesión. Esto atrajo nuevos emprendimientos, aunque con perfiles y estrategias diferentes de aquellos que fueron atraídos en la década pasada.

Las inversiones a nivel global se incrementaron en 14 % respecto de 2003, ascendiendo a 612.000 millones de dólares. América Latina capta casi 10 por ciento de la IED mundial, cifra que representa 22 % de los flujos que se dirigen a los países en desarrollo. Se comprueba a través de las décadas que los países ricos han ido perdiendo el interés en América Latina y el Caribe como receptor de inversión. Si exceptuamos el fuerte repunte registrado desde la segunda mitad de los años 90 hasta fines de siglo, vemos que en los años de la década de 1970 la región captaba más de la mitad de la IED destinada a países en desarrollo y una década más tarde ese porcentaje caía a menos de 40 %.

En relación a los países de origen de la inversión también hay cambios: perdió protagonismo el aporte europeo, en especial el de España. Actualmente, ese país sólo es responsable de siete por ciento de la IED, mientras que Estados Unidos ostenta 32 %. Actualmente los principales inversores son Estados Unidos, Holanda, España, Reino Unido y Francia. El papel de cada uno es distinto en cada nación de destino. Por ejemplo, el promedio 1996-2003 en Argentina se compone por un alto porcentaje de inversiones españolas (casi 46 %), seguidas por las de Estados Unidos (18 %), mientras que en otros países como Ecuador y Bolivia las inversiones españolas representan apenas 4,6 y 8,9 % respectivamente.


Vuelven las translatinas

Interesa rescatar el protagonismo creciente que están adquiriendo las empresas "translatinas", tal como se conoce a las compañías de origen latinoamericano que se expanden lentamente en la región. Algunas de éstas son de propiedad estatal, y en particular las petroleras son las que han experimentado la mayor expansión.

Este es un cambio cualitativo de importancia, tanto en los flujos de capital como en su significado político. México, con 12 compañías, ocupa el primer lugar en el grupo de las 25 mayores empresas translatinas. Los rubros cubiertos son variados: telecomunicaciones (Telmex y América Móvil ocupan el segundo y tercer lugar de la lista, respectivamente), cemento, bebidas, petroquímicos, alimentos, comercio, acero y medios de comunicación. Brasil, por su parte, que ocupa el primer lugar de la lista con Petrobras, posee nueve translatinas. Se destacan los rubros de minería, construcción y acero. El resto de las 25 empresas translatinas está compuesto por tres chilenas y una argentina.

En cuanto a su expansión, estas empresas se han diseminado por el resto de América Latina, y en algunos casos en países del norte como EE UU, Francia y España. Algunas incluso han llegado hasta China y Japón, como la empresa argentina de acero Tenaris.


Cambios en la composición de las inversiones

Otra de las características de la IED actual es la creciente importancia que tienen los servicios en comparación con los sectores primario y manufacturero. Los servicios absorbieron la amplia mayoría del flujo de capitales que arribó a la región (59 %), mientras que a las manufacturas se dirigió 28 % y al sector primario 13 %. Brasil y Argentina son el ejemplo clásico de captores de IED en busca de mercados de servicios, por su importante población. Por otro lado, países del Caribe y México son ejemplos de destinos de IED que apuntan a la eficiencia (por la mano de obra barata y la cercanía con EE UU).

Esas inversiones también llegan en busca de costos más reducidos. Eso incluye los centros de llamadas, centros de servicios compartidos (servicios auxiliares a la actividad productiva de la empresa), tecnologías de información y sedes regionales. En América Latina sólo se encuentra el 3 % de la IED dirigida a nuevos servicios; Brasil, Chile, México y Costa Rica son los países del continente que más atraen fondos en ese rubro.

Más allá de todo esto, la región mantiene el perfil de productora y exportadora de materias primas, y sigue siendo importante la IED en este sector. Se destaca en los últimos años el creciente interés en el gas natural. La producción de América Latina corresponde al 6 % mundial (Venezuela es el principal productor, con 60 % de las reservas). En ese país la explotación de petróleo está limitada a la empresa estatal PDVSA, pero en la del gas se permite la participación de capitales privados, donde se proyectan inversiones en el quinquenio 2004-2009 de casi 4.000 millones de dólares.

La minería es el otro gran atractivo de la región, tanto por los yacimientos como por los nuevos marcos legales que han incentivado las inversiones en estos sectores. Por ejemplo, las inversiones programadas en Chile para la explotación de una mina de cobre a cielo abierto al norte de Antofagasta ascienden a casi 1.000 millones de dólares. Perú también ha recibido importantes montos por la explotación de sus minas de cobre: 121 millones de dólares invirtió la empresa suiza Xstrata por "Las Bambas", mientras dos empresas japonesas aportaron 300 millones para la expansión de la mina "Cerro Verde".

Podría decirse que la región está volviendo a atraer inversiones, aunque no en proporciones tan altas como otras zonas del mundo. Sin embargo, la región es todavía muy dependiente del sector primario, lo que la condena a los vaivenes de los precios internacionales de las materias primas y, además, a estar sujeta a la producción de bienes que poco a poco se van agotando.


Paola Visca
Convenio La Insignia / Rel-UITA

29 de junio del 2005

 

* P. Visca es analista de información en economía en D3E (Desarrollo, Economía, Ecología, Equidad - América Latina). La versión completa de este artículo se publicó en Tercer Munndo Económico No 193.

 

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