El 
										chileno Manfred Max Neef defiende su 
										propuesta heterodoxa que combina 
										ecologismo y teoría del desarrollo a 
										escala humana. En esta entrevista se 
										refiere al conflicto con las pasteras, 
										los mitos del modelo chileno, el 
										neoliberalismo, y critica los preceptos 
										de la economía convencional. Sostiene 
										que “de ninguna manera se pueden hacer 
										cosas por los pobres, sino con 
										los pobres”. Esa es la tesis que elaboró 
										y que se basa en que es necesaria una 
										nueva perspectiva que él denomina 
										economía descalza.
										
										 
										 
										
										
										Ganador del Premio Nobel Alternativo de 
										Economía, el chileno Manfred Max Neef 
										–hijo de alemanes– llama la atención por 
										su propuesta heterodoxa que combina 
										ecologismo, teoría del desarrollo “a 
										escala humana”, una formación como 
										músico y una larga experiencia académica 
										y de asesoramiento de organismos 
										internacionales. Como resultado de su 
										propia trayectoria, Max Neef elaboró la 
										tesis de que es necesaria una nueva 
										perspectiva que él denomina “economía 
										descalza” y que la relata con un 
										lenguaje llano y pedagógico. Confiesa 
										haberla inventado “con los pies en el 
										barro”, bastantes años después de haber 
										abandonado un cargo ejecutivo en la 
										multinacional Shell, donde había 
										ingresado –a mediados de los ’50–- 
										después de terminar su carrera 
										universitaria. Invitado al seminario 
										“Aspectos conceptuales y metodológicos 
										para la evaluación del desarrollo humano 
										y social”, realizado en la UCA, Max Neef 
										dialogó con Cash durante su breve paso 
										por Buenos Aires.
										
										
										
										-¿Cómo surge y cuál es la efectividad de 
										lo que llama “la economía descalza”?
										
										
										
										-El 
										concepto surgió hace muchos años, a 
										partir de mi experiencia personal de 
										trabajo en distintas áreas pobres de 
										América Latina, tanto en la selva y la 
										sierra como en sectores urbanos. En el 
										fondo es algo alegórico, metafórico. Lo 
										que me ocurrió lo describo de la 
										siguiente manera: estaba en un sector de 
										gente pobre, con los pies en el barro, y 
										delante de mí estaba un tal José López, 
										también hundido en el barro, flaco, con 
										cinco hijos y sin empleo. Nos estábamos 
										mirando a la cara y yo como estupendo 
										economista pensé: “¿Qué le digo: Mirá, 
										José, alégrate porque el PIB está 
										creciendo a un 6 por ciento?”. 
										Súbitamente, en esas experiencias me di 
										cuenta de que a pesar de todo mi bagaje 
										como economista yo no tenía un lenguaje 
										capaz de decirle algo coherente a gente 
										que estaba en esas condiciones.
										
										
										
										 
										
										
										
										-¿Qué puede decir la economía de la 
										pobreza?-
										
										
										-Aquello me confirmaba que la pobreza 
										siempre se trabaja desde la oficina de 
										un ministerio, por gente que nunca ha 
										tenido relación con ella y que intenta 
										resolverla por medio de estadísticas. Es 
										decir, que se conforma con anunciar que 
										la pobreza o la indigencia disminuyó un 
										punto o dos. Es el lenguaje de la 
										estadística. Por mi parte, después de 
										años de trabajar sobre todo en 
										comunidades indígenas y campesinas, tuve 
										que inventar un nuevo lenguaje. Y, 
										además, darme cuenta de que respecto de 
										la pobreza de ninguna manera se pueden 
										hacer cosas “por” los pobres, sino “con” 
										los pobres.
										
										
										
										 
										
										
										
										-¿Qué diferencia encuentra entre ambas 
										formas?
										
										
										-Normalmente, lo que se tiende a hacer 
										son proyectos generadores de ingresos 
										porque la pobreza, según la entiende 
										mucha gente, se reduce exclusivamente a 
										una cuestión de ingresos. Y esas cosas 
										no funcionan. Se llega a situaciones 
										absurdas porque se cree que todo se 
										resuelve con nuevos cursos de 
										capacitación. Entonces, por ejemplo, 
										sucede que en la zona de Lota, en Chile, 
										a los ex mineros del carbón desocupados 
										se los intenta capacitar y reconvertir 
										como peluqueros. Son ideas totalmente 
										descontextualizadas y que vienen de 
										afuera, como si la gente no supiera 
										cuáles son sus problemas. Está implícito 
										que sólo el economista universitario que 
										llega con sus saberes especializados es 
										capaz de pensar una respuesta a esas 
										situaciones. Pero ésta es una concepción 
										absurda y perversa, incluso cuando se 
										hace con la mejor de las intenciones.
										
										
										
										 
										
										
										
										-¿Por qué?
										
										
										-Las grandes abstracciones de la 
										economía –tales como el PIB o los 
										sistemas de precios o las tasas de 
										crecimiento– hacen que la economía en 
										vez de ser una disciplina abierta, sea 
										una especie de “club exclusivo”: el 
										análisis económico sólo les cabe a 
										aquellos cuyos comportamientos están 
										ajustados a lo que ciertos 
										cuantificadores, como los que 
										mencionaba, pueden medir. El resultado 
										es que las teorías económicas dominantes 
										no les dan valor a las tareas realizadas 
										a nivel doméstico o de subsistencia. Por 
										eso estas teorías son incapaces de 
										incluir a los sectores más pobres del 
										mundo o a la mayoría de las mujeres. 
										Esto significa que casi la mitad de la 
										población mundial –y más de la mitad de 
										los habitantes del Tercer Mundo– resulta 
										ser, en términos económicos, 
										estadísticamente “invisible”.
										
										
										
										 
										
										
										
										-¿Cuál es, en cambio, su visión?
										
										
										-Primero hay que entender que en lo que 
										se llama el mundo de la pobreza hay una 
										enorme creatividad: para sobrevivir 
										tienes que ser creativo. Así empiezas a 
										descubrir todo un mundo con redes, 
										lazos, interrelaciones y formas diversas 
										de apoyos mutuos que permiten la 
										supervivencia. En lo que llamo “oficios 
										de supervivencia” se inventan cosas de 
										un ingenio notable, que pueden ir hacia 
										el lado negativo –como ciertas 
										actividades delincuenciales– como hacia 
										el lado positivo. Pero lo claro es que 
										la creatividad está ahí.
										
										
										
										 
										
										
										
										-¿Y entonces?
										
										
										-La propuesta desde la economía descalza 
										es que primero hay que adentrarse en la 
										pobreza, comprenderla en su 
										funcionamiento, y recién entonces se van 
										a poder analizar las habilidades que hay 
										en esos grupos. Además, las habilidades 
										que se tienen son siempre menos en 
										relación con las cosas que se hacen con 
										ellas. Por ejemplo, si tengo buen pulso 
										y habilidad con los dedos, puedo hacer 
										cerámica, colocar chips o otras decenas 
										de cosas. A partir de las habilidades 
										concretas y existentes se pueden 
										construir proyectos con la gente y no 
										para la gente. Así las personas 
										involucradas perciben que lo que pasa 
										tiene que ver con ellos mismos y eso 
										evita que los proyectos se colapsen, lo 
										que suele suceder con la mayoría de los 
										proyectos impulsados sólo por expertos.
										
										
										
										 
										
										
										
										-¿Es una economía de micro-escala?
										
										
										-Todas estas cosas son a nivel micro. 
										Los grandes problemas no se resuelven 
										con grandes soluciones, sino con muchas 
										soluciones pequeñas. Por eso hablamos de 
										economía a escala humana: las cosas 
										funcionan donde tú eres sujeto y tienes 
										presencia y no cuando te consideran 
										desde la abstracción de un número 
										estadístico. La cuestión es reproducir 
										estas experiencias locales y crear una 
										base más amplia. En Australia se hizo 
										para recuperar la economía de muchas 
										ciudades pequeñas en decadencia por el 
										cierre de fábricas. Para mí es claro que 
										la economía verdadera se fortalece a 
										niveles locales y regionales.
										
										
										
										 
										
										
										
										-¿Para usted es una forma de enfrentar 
										el universalismo del mercado?
										
										
										-El neoliberalismo logra conquistar el 
										mundo entero porque tiene un lenguaje 
										pseudo-religioso y ofrece el paraíso. La 
										razón de su éxito se debe a que es 
										simplista y dogmático y a la vez utiliza 
										un lenguaje atemorizador. Es así que se 
										proclama como verdad universal que no 
										reconoce alternativas: quienes no 
										aceptan la revelación están condenados. 
										Tiene sus templos en las universidades 
										donde la única economía que se enseña es 
										la neoclásica. Y tiene su propia 
										santísima trinidad: crecimiento 
										económico, libre comercio y 
										globalización. Además obedece al 
										Vaticano: el Fondo Monetario 
										Internacional, el Banco Mundial y la 
										Organización Mundial de Comercio. Yo 
										creo que en estos nuevos tiempos 
										religiosos, hay que volver a ser un 
										hereje.
										
										
										
										 
										
										
										
										-La economía de Chile, en todo caso, se 
										presenta como el modelo sin fisuras del 
										neoliberalismo.
										
										
										-Si hablamos en el lenguaje de la 
										economía convencional, Chile es un éxito 
										indiscutible. La cuestión es si queremos 
										ir más allá. Entre las cosas que están 
										detrás de esa economía que parece ideal 
										está una de las peores distribuciones de 
										riqueza del mundo: hay un proceso de 
										desarrollo que se concentra en el decil 
										más rico, y la brecha con los de menos 
										ingresos en los años de la Concertación 
										ha aumentado. Chile es el productor 
										número uno de salmones y de exportación 
										de fruta, pero se tienen que ver las 
										condiciones de quienes trabajan en las 
										salmoneras o de las mujeres que cosechan 
										y envasan la fruta. Otro caso 
										paradigmático de crecimiento es Irlanda 
										pero a cambio de que no se vean otros 
										indicadores, como por ejemplo que es el 
										país europeo con mayor consumo de 
										alcohol y con mayor índice de suicidios 
										masculinos durante el período del 
										crecimiento. El crecimiento funciona en 
										estos casos como un fetiche que impide 
										pensar el desarrollo social.
										
										
										 
										
										
										Verónica Gago 
										
										
										
										Crash
										
										
										20 de setiembre de 2006
										
										
										
										 
										
										
										Max Neef: 
										“Los grandes problemas se resuelven con 
										muchas soluciones pequeñas”.
										
										
										Foto: 
										diariollanquihue.cl