Los medios de comunicación hablan de 
remesas como si la inmigración se 
redujera a una dimensión económica o del 
"peligro" que representan los 
movimientos migratorios para el mundo 
desarrollado, apoyados en tesis como la 
de "Choque de Civilizaciones" de 
Samuel Huntington. Así, se asume la 
inmigración como un fenómeno nuevo para 
el que no estuviera preparada la 
Humanidad cuando la parte nómada del 
hombre y el mestizaje han hecho posibles 
los grandes avances culturales, 
económicos, políticos y tecnológicos.
 
Algunos políticos de la Unión Europea 
pedían que se incluyera en el Tratado 
Constitucional un apartado que hiciera 
hincapié en la herencia Cristiana del 
Viejo Continente. Pero Europa 
también tiene una herencia grecorromana 
y otra árabe-musulmana.
 
Muchos descubrimientos científicos de 
China llegaron a Europa por 
medio de los árabes, que también 
transmitieron a Occidente la sabiduría 
de los griegos por medio de traducciones 
al árabe que hacían en la Escuela de 
Toledo y que luego traducían al latín. 
Gracias a ese intercambio cultural 
podemos leer a Euclides, a 
Apolonio y a Arquímedes.
 
Los descubrimientos y las conquistas que 
llevaron a cabo los europeos no sólo 
afectaron al Nuevo Mundo, sino que 
Europa quedó transformada para 
siempre. No sólo por el tabaco y la 
plata que trajeron de América o 
la seda que vino de Asia, sino 
porque la misma cosmovisión de los 
europeos cambió de manera irreversible. 
Así lo demuestran la Indochina francesa 
que describe Marguerite Duras, 
las observaciones que hizo Bernal 
Díaz del Castillo del territorio 
mexicano y las meditaciones de Fray 
Bartolomé de las Casas sobre la 
abolición de la esclavitud, luchando por 
la libertad de los indígenas 
esclavizados en la Nueva España, aunque 
pidiera que se importaran de África 
esclavos negros porque "no eran seres 
humanos".
 
El mestizaje ha dado al idioma español 
una inmensa riqueza que hoy analiza 
Álex Grijelmo, periodista experto en 
el "genio del idioma". Esto hace que un 
colombiano, un hondureño, un 
guatemalteco, un argentino y un español 
se puedan entender en una reunión, a 
pesar de tener usos coloquiales tan 
distintos. El periodista español 
sostiene que este "genio" es difícil de 
igualar, precisamente por el mestizaje.
 
El inglés, por ejemplo, no cuenta con 
tanta variedad de palabras y de 
expresiones porque los colonos ingleses 
que poblaron América, 
Australia y África no sólo no 
se mezclaron con la población nativa, 
sino que la exterminaron y luego crearon
apartheids con lo que quedó.
 
Durante siglos, holandeses, franceses, 
ingleses y españoles emigraron a tierras 
donde no se concebían las "fronteras". 
Hoy, la llegada de peruanos, 
ecuatorianos, bolivianos, mexicanos, 
magrebíes y subsaharianos a Europa 
y a Norteamérica produce alarma 
social. La inmigración es un fenómeno 
que no dejará de existir por más vallas 
y muros que se erijan. Los 
conquistadores trazaron un camino que ya 
no podrán borrar y que millones de 
inmigrantes siguen de manera inversa 
para encontrar trabajo, enviar dinero a 
casa, huir de regímenes autoritarios y 
seguir ese instinto nómada que aún 
tienen las personas, en busca de una 
vida mejor.
 
Se habla del "derecho" a emigrar como si 
permanecer dentro de las fronteras del 
país que no hemos elegido fuera lo 
natural en un mundo con numerosos 
conflictos armados, millones de 
desplazados por la guerra, el hambre, 
las sequías y las inundaciones 
provocadas por la actividad del mundo 
industrializado. Frente a este panorama, 
lo extraño sería que la humanidad 
permaneciera inmóvil. 
 
La inmigración existe desde mucho antes 
que surgiera el concepto de frontera. 
Los europeos hicieron uso de esa idea 
para dividir África de acuerdo a 
sus intereses. Desde los movimientos de 
independencia en el continente, etnias 
distintas que han convivido en un mismo 
país se han enfrentado a muerte, 
mientras pueblos que convivieron durante 
siglos antes de la llegada de los 
colonizadores han sido separados. 
 
Si las mercancías pueden ir libremente 
de un lugar a otro, si el dinero cambia 
de manos en cuestión de segundos sin 
crear un solo puesto de trabajo y fluye 
la información a todos los rincones del 
planeta, no se puede pedir que las 
personas miren la vida pasar cuando hay 
una oportunidad enorme de seguir 
enriqueciendo la civilización.
 
  
