Nicaragua

 

Andando con dios y con el diablo

Daniel Ortega otra vez Presidente

 

 

La victoria del Frente Sandinista (FSLN) es irreversible y Daniel Ortega es nuevamente Presidente de la República. El último informe del Consejo Supremo Electoral (CSE) confirma los márgenes entre los cinco candidatos. La distribución de las cuotas de poder y las posibles alianzas son ahora las principales interrogantes a despejar.

 

 

Partido           Candidato Presidencial

Votos a

presidente

   Parlamento

  %        escaño

FSLN

Daniel

Ortega

38,0

37,6

37

ALN

Eduardo Montealegre

29,0

26,7

27

PLC

José

 Rizo

26,2

26,5

23

MRS

Edmundo Jarquín

6,4

8,7

5

 

En la elección para diputados (véase cuadro) el FSLN baja medio punto en relación al voto presidencial, mientras que se nivela la situación dentro del “liberalismo” y la Alianza MRS consigue un porcentaje algo más elevado. Estos datos aún provisorios parecen indicar –sobre todo en el voto a diputados- que numerosas personas que votaron por Montealegre como Presidente, optaron por entregar su voto a los diputados del MRS. Por lo tanto, es probable que los sufragios que la Alianza le quitó al FSLN no superen el 3 o 4 por ciento.

 

Si se confirmara esta correlación de fuerzas, el panorama político en la Asamblea quedaría prácticamente incambiado. Los partidos del “liberalismo” (ALN y PLC) y la Alianza MRS no tendrían en todo caso los votos suficientes para reformar la Constitución o las leyes de rango constitucional  (como la Ley Electoral), y tampoco para nombrar jueces y magistrados. En cambio, podrían aprobar o rechazar, prescindiendo del FSLN, cualquier ley ordinaria propuesta por el Poder Ejecutivo o por las Comisiones Parlamentarias. Por tanto, es muy probable que siga vigente el actual Pacto/Acuerdo entre el FSLN y el PLC, pero ahora con el Frente Sandinista jugando el papel de partido mayoritario. La concreción de un eje FSLN/PLC, en lugar de una unificación del “liberalismo” en oposición a Ortega, le permitiría al PLC mantener su cuota de poder dentro del Estado.

 

Resultados aceptados por todos

Elecciones en Nicaragua

 

La embajada de Estados Unidos, después de una reunión tan tensa como urgente con los dos candidatos liberales para tratar de cuestionar el resultado de las urnas y obligar el FSLN a una segunda vuelta, dio marcha atrás y declaró que iba a esperar los informes de los más importantes organismos de observación nacional e internacional antes de emitir una declaración final sobre el proceso electoral. Según el ex Presidente de EEUU Jimmy Carter, la responsable del Departamento de Estado, Condoleeza Rice, ya anunció que Estados Unidos aceptará el veredicto de las urnas.

 

Por su parte, los dos candidatos de la derecha nicaragüense siguieron caminos distintos: José Rizo amaneció el pasado martes 7 acusando al Consejo Supremo Electoral (CSE) de estar manipulando los resultados finales y de no querer dar a conocer los datos del voto rural (donde se concentra el apoyo mayoritario al PLC). 

Los militantes de ese partido fueron protagonistas de algunos disturbios, quemando llantas e improvisando cortes del tránsito en la capital.

Rizo llegó a afirmar que estaba en segundo lugar y muy cerca de Daniel Ortega, asegurando que habría segunda vuelta.

 

La interpretación más plausible de este comportamiento es que el PLC intentó desesperadamente disminuir el impacto de su derrota, no solamente frente a Ortega, sino sobre todo ante Montealegre, quien después de estas elecciones representa la fuerza emergente del liberalismo.

 

Eduardo Montealegre, antes bien, optó por una actitud mucho más pragmática.

Inmediatamente después de la lectura de los resultados por el CSE se presentó en la Secretaría Nacional del FSLN para felicitar al nuevo Presidente de la República de Nicaragua. 

“He venido con varios miembros de la ALN a saludar al presidente Daniel Ortega y al vicepresidente Jaime Morales Carazo –expresó-. Hemos dicho que vamos a trabajar con una oposición constructiva, inteligente, honesta y demcrática. Vamos a hacer oposición cuando haya cosas que no garanticen la estabilidad, la tranquilidad, la democracia, y apoyaremos las medidas a favor de la gente más pobre y necesitada. Nicaragua tiene que avanzar y no retroceder. En nombre de la ALN felicito al presidente Ortega y a Jaime Morales Carazo para haber triunfado en estas elecciones”, finalizó.

 

Ortega: gobernar en la diversidad

 

“Estamos recibiendo al licenciado Eduardo Montealegre como una señal muy clara de la voluntad que tenemos los nicaragüenses de trabajar por el bien del país. Todos compartimos este objetivo, y sentimos que se están creando las condiciones para que se lleve a la práctica una nueva cultura política de actuar en la diversidad y las diferencias, con espíritu constructivo, poniendo a Nicaragua y a la gente pobre en el primer lugar. Le damos gracias a Dios por esta oportunidad de construir una Nicaragua en reconciliación, para que fluyan las inversiones, porque estamos abiertos a todos tipos de inversiones, dialogando con los diferentes grupos económicos y sociales, para que nos unamos todos para atacar la pobreza y generar el empleo que está demandando el pueblo nicaragüense.

Reconocemos este gesto del licenciado Eduardo Montealegre, un gesto que muestra una actitud digna, valiente, una actitud que prueba que aquí no hay ganadores ni perdedores”.

 

Después del encuentro con Montealegre, el presidente electo hizo una breve declaración: “Quisiera que por parte de todos los otros candidatos hubiese voluntad para trabajar juntos y eliminar la pobreza en Nicaragua. Quiero también alentar al sector privado y a los que invierten en nuestro país, nacionales o extranjeros. Nicaragua quiere mejorar y desarrollar relaciones con toda la comunidad internacional. Tenemos que ser respetuosos de la ley y nos parece que el proceso de escrutinio sigue muy bien encaminando. No hay ninguna duda sobre la regularidad de estas elecciones, no hay denuncias de fraudes; todos están diciendo que estas elecciones fueron limpias y que la participación fue masiva”. 

 

La Unión Europea, por su parte, confirmó lo que ya había expresado días antes, aprovechando la ocasión para tocar algunos puntos relacionados con el sistema electoral nicaragüense y con sus órganos más importantes.

 

Según Claudio Fava, Jefe de la Misión de la UE en Nicaragua, “El pueblo nicaragüense ha tenido una actitud de clara voluntad democrática. Un elemento importante es que, por primera vez, la guerra no ha sido la protagonista de las elecciones. El recuerdo de la guerra se está alejando. Más del 50 por ciento de los nicaragüenses no ha vivido esta triste experiencia, y esperamos que se deje atrás para siempre este recuerdo tan doloroso. Las elecciones se han desarrollado de una forma pacífica, eficaz y con una gestión electoral apropiada. Hubo una gran participación y también se percibió una cierta alegría en la gente, que no se vio afectada por algunos tonos muy exagerados y con fuertes ataques personales que impregnaron la campaña electoral. En general, en las Juntas Receptoras de Voto (JRV) que observamos los procedimientos del sufragio fueron seguidos de modo correcto. El escrutinio fue lento, pero se realizó de forma transparente y por lo general cumpliendo los procedimientos establecidos. Merece ser destacado el número poco significativo de impugnaciones”.

 

No obstante, Fava realizó algunas críticas: “La comunicación de los resultados por parte del CSE se está revelando inadecuada por el tiempo que está demorando. Estamos esperando los resultados finales. Pensando que en el futuro habría que hacer algunas reformas. La Ley Electoral, por ejemplo, está diseñada para un sistema político bipartidista y no facilita la participación de fuerzas políticas emergentes. El marco legal no contempla una vía independiente para la resolución final de quejas y recursos. Es una contradicción. Hay cinco partidos que integrarán el próximo Parlamento y una Ley Electoral pensada sólo para dos. Esto ha tenido algunas consecuencias como el elevado grado de politización del Consejo Supremo Electoral (CSE) en favor del FSLN y el PLC, lo que genera dudas en cuanto a su capacidad como organismo independiente. Si bien en términos generales los preparativos electorales fueron logísticamente adecuados, la distribución de cédulas y de documentos supletorios de voto fue problemática en algunas zonas del país, y dio pie a una distribución selectiva en beneficio del FSLN y del PLC. Son problemas estructurales de este organismo y no sólo coyunturales. Es una contradicción que hay que solucionar. Asimismo –agregó-, la campaña electoral se vio afectada por injerencias y presiones externas, contrarias al principio de soberanía nacional. Creemos que hay que apoyar la oportunidad de éste y de todos los pueblos, para que puedan elegir a su Presidente y a sus diputados, sin tener miedo o sentir la presencia, a veces muy pesada, de actores que no son nacionales ni institucionales en este proceso político”. 

 

Un primer análisis del voto

 

Según los últimos datos, el Frente Sandinista perdió una cierta cantidad de puntos (del 43 por ciento en 2001 al 38 por ciento en 2006) y no parece haber aumentado el número total de votantes (llegaría con dificultad a los 900 mil, ante los más de un millón en 2001), una posible señal de que la Alianza MRS logró captar una parte del voto sandinista, aunque no la cantidad esperada. 

 

Si se considera que en 2006 hay unos 500 mil nuevos potenciales electores (jóvenes) en relación con 2001, y se agrega la campaña de alianzas del FSLN para atraer el voto de sectores históricamente antisandinistas (ex Contra, población miskita de la Costa Atlántica, liberales y conservadores), esta importante e indiscutible victoria electoral no se debe a un sustancioso aumento de los votos favorables al FSLN, sino a su habilidad para dividir el voto de la derecha que, unificada, alcanzaría de nuevo la mayoría con casi el 55 por ciento de los votos. La clave de la exitosa negociación con el PLC fue la promesa de benefícios personales para el ex presidente Arnoldo Alemán, y poder reducir así el porcentaje mínimo requerido para ganar en la primera vuelta (el famoso 35 por ciento).

 

Elecciones en Nicaragua

“No se puede engañar a todos todo el tiempo” 


Dieciséis años de gobiernos neoliberales han traído más pobreza, más desigualdad, falta de empleo digno, más corrupción y falsas promesas, ampliando aún más la brecha entre ricos y pobres. El país se encuentra a pocos días (el 5 de noviembre) de unas cruciales elecciones presidenciales, consideradas las más importantes de las últimas décadas.

Por Giorgio Trucchi

 

El factor “Ortega” como imagen mediática y caudillista, junto a la capacidad de su esposa y jefa de campaña, Rosario Murillo, de manejar la enorme maquinaria electoral y el complicado mecanismo de las alianzas con los sectores más dispares del país, incluyendo a la iglesia católica, redujo a los demás candidatos a utilizar como única “arma” los ataques personales, y los obligó a recurrir nuevamente a una “campaña sucia” para infundir miedo a una población para la cual, muchas veces, la imagen del candidato resulta más importante que el programa. Ortega parece haber logrado mantener el apoyo de la mayoría del voto histórico sandinista y de una parte de la población no militante, ya muy desilusionada de las promesas de los candidatos liberales, vinculados con los desastres de los últimos 16 años.

 

Ahora habrá que ver si el nuevo Presidente tendrá la capacidad de cumplir con las promesas de su campaña y con las expectativas muy grandes de los sectores más pobres del país, y al mismo tiempo administrar las difíciles relaciones con la clase empresaria local y extranjera, y sobre todo con los organismos financieros internacionales que mantienen a Nicaragua bajo un rígido y férreo control económico y político.

 

Quien sale indudablemente derrotado de estas elecciones es el Partido Liberal Constitucionalista (PLC). Comparando estas elecciones con las de 2001, consigue la mitad de los votos y de los diputados. No se puede excluir la posibilidad de un inminente “ajuste de cuentas” interno, y mucho va a depender de si Arnoldo Alemán logrará administrar esta derrota, la que adquiere una dimensión de fracaso político de un modelo basado en la imagen de su caudillo, secuestrado y arrinconado por el FSLN. Daniel Ortega debe buena parte de su triunfo a este caudillo liberal. Perdiendo la mayoría en la Asamblea Nacional, el PLC se encuentra ahora ante el dilema de sumar sus votos con los de la ALN y hacer oposición al nuevo gobierno sandinista o, con mucha más probabilidad, seguir con el Pacto/Acuerdo con el FSLN, pero ahora como socio minoritario.

 

Eduardo Montealegre (ALN), por su parte, ingresa a la nueva Asamblea Nacional como vencedor y figura emergente del liberalismo, presentándose ante el país como la nueva alternativa al PLC. Por eso tendrá que demostrar con hechos su oposición al pacto FSLN/PLC dentro del Parlamento.

 

Para la Alianza MRS el resultado es indudablemente inferior a las expectativas. 

En todo caso, no se puede hablar de un fracaso siendo que, por primera vez, un partido que surge de las entrañas del sandinismo logra conseguir un apreciable porcentaje de votos y elegir a cinco o seis diputados. Para esta Alianza se trata ahora de definirse más en términos políticos e ideológicos, y de demostrar que sabe trabajar con la base que le dio su voto, empujando una nueva manera de hacer política en la Asamblea y, sobre todo, en el terreno, entre las bases.

En Managua, Giorgio Trucchi

© Rel-UITA

8 de noviembre de 2006

 

 

 

- Fotos Giorgio Trucchi y Enrico Riboni

 

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