Con las tres cuartas partes de su población por debajo del mínimo alimentario que le permita satisfacer sus necesidades nutricionales básicas, Nicaragua ocupa hoy la penúltima posición entre los países más hambreados del mundo.

La situación es bastante seria, advirtió el representante en el país de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), Loy Van Crowder, en declaraciones a la prensa local.

De acuerdo con los datos aportados por el organismo internacional, el 27% de los nicaragüenses padecen de desnutrición, y un porcentaje similar de niños entre los seis y los nueve años de edad sufren de retardo del crecimiento por esa misma situación.

Estas cifras ubican a Nicaragua ampliamente a la cabeza de los países centroamericanos con mayor inseguridad alimentaria, mientras que en el hemisferio apenas está un poco por encima de Haití.

A nivel mundial, el país comparte con Mongolia, Camboya, Kenia y Sudan la penúltima posición entre las naciones con mayor índice de malnutrición.

La falta de atención por parte del Estado, el desempleo, la pobreza, los hábitos alimenticios y la inexistencia de una cultura nutricional se cuentan entre las causas asociadas al fenómeno.

Livio Saénz, director de Políticas del Ministerio Agropecuario y Forestal, dijo a la prensa que el gobierno sólo ha invertido este año 120 millones de córdobas (siete millones de dólares) en seguridad alimentaria.

Ese aporte del Estado es insuficiente, aseveró el funcionario, quien reveló que la malnutrición ha aumentado en un 7,5% en los últimos cinco años.

El 43% de los nicaragüenses come maíz, arroz y frijoles, faltan proteínas, vegetales, carnes que no consumen ya sea por su cultura o por falta de acceso económico y físico, señaló por su parte el representante de la FAO.

Argenpress

17 de octubre de 2005