La Cámara de Diputados de Paraguay rechazó hoy por unanimidad el proyecto de privatizaciones que el Senado reactivó en abril pasado y que generó masivas movilizaciones de protesta esta semana por todo el país.

Los 65 diputados presentes en la sesión, tanto oficialistas como de la oposición, votaron en contra del plan para la venta parcial o total de algunas empresas públicas, en medio del festejo de miles de campesinos y trabajadores reunidos frente a la sede legislativa.

La decisión de la Cámara Baja obligará al Senado a tomar una decisión sobre el proyecto, que incluye a las empresas de teléfonos y agua y a la paralizada compañía de ferrocarriles, después de haberlo aprobado en abril.

A partir de ahora "hay dos pasos fundamentales que tenemos que lograr: la derogación de la ley 1615 (de privatización) y que nosotros encabecemos la reorganización del Estado", afirmó Hugo Richer, uno de los líderes de las organizaciones movilizadas.

Richer, del Frente Nacional en Defensa de la Soberanía y la Vida, reconoció que varías empresas públicas "no sirven al 80 por ciento de la población" e hizo un llamado para luchar contra la corrupción que, según dijo, impera en ellas.

El rechazo de Diputados, dominado por el Partido Colorado, en el poder desde 1947, supone una nueva paralización del proceso que a mediados de 2002 ya fue frenado, tras otra oleada de protestas populares, por el entonces jefe de Estado, Luis González Macchi.

El diputado oficialista Aristides da Rosa recordó hoy la promesa electoral del presidente del país, Nicanor Duarte, de oponerse frontalmente a las privatizaciones, aunque sostuvo que el Gobierno "está abierto al proceso de buscar la mejor forma de cómo manejar las instituciones".

Esta promesa electoral parecía olvidada en abril pasado cuando los senadores oficialistas, excepto uno, respaldaron el proyecto presentado por un sector de la oposición.

Tras la decisión de la Cámara Baja, los campesinos y trabajadores se trasladaron al Panteón de los Héroes, situado a pocas calles del Congreso, donde sus dirigentes desconvocaron públicamente las acciones de protestas, que comenzaron el lunes pasado con manifestaciones en Asunción y bloqueos intermitentes de carreteras en el interior del país.

"Tenemos que buscar alternativas de solución y eficiencia a las empresas que ofrecen déficit en su manejo y malos servicios. Si hay que agregar capital privado o qué hay que hacer", aseveró Da Rosa, quien aseguró que el partido de gobierno tiene "una posición clara" al respecto.

En ese sentido, Duarte afirmó el pasado martes que "nunca" estuvo a favor de la privatización, recomendada por el Fondo Monetario Internacional dentro del acuerdo de contingencia firmado en diciembre de 2003, y añadió que impulsará otro tipo de iniciativas para reactivar las empresas estatales.

"Particularmente nunca estuve de acuerdo con la privatización. Ese fue el discurso, inclusive, de nuestra campaña electoral", dijo Duarte.

Duarte reiteró ayer, miércoles, que es partidario de reactivar las empresas deficitarias con inversiones privadas, porque, dijo, la venta directa o una "liquidación" de sus activos supondrá "muy poco dinero" para el Estado y no redundará en la esperada reactivación económica.

"Queremos preservar las empresas públicas, hacerlas eficientes y generar condiciones de credibilidad para alianzas estratégicas, por ejemplo, una participación pública o privada en el futuro inmediato que es un modelo que está generando éxito en muchos países", sostuvo Duarte.

En Paraguay la primera etapa de venta de las empresas públicas deficitarias se remonta a 1994, cuando fue vendida Líneas Aéreas Paraguayas (LAPSA) a una empresa ecuatoriana, que después negoció las concesiones de rutas con la brasileña Transporte Aéreo del Mercosur (TAM).

Posteriormente, el Gobierno obtuvo autorización del Congreso para la venta de otras compañías, entre ellas Aceros Paraguayos (ACEPAR) y la destilería Cañas Paraguayas (CAPASA).

EFE

1 de julio de 2005