América Latina

           

Dilema a resolver: patria grande o colonia

La organización

de la desigualdad

 

 

Los debates entre las izquierdas y las derechas en América Latina, hoy tienen la respuesta de la historia. Uno de los temas de ese debate ha sido el de las políticas auspiciadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI).

 

Joseph Stiglitz, premio Nóbel de Economía, destaca que ese modelo económico fue negativo.

 

José Antonio Rocca, en “Patria Grande o Colonia”, libro que acaba de publicar la editorial Letraeñe, plantea que “Desalojado el presidente Menem del gobierno, asumió en la República Argentina Fernando de la Rúa, con un discurso crítico del neoliberalismo. Su gestión reiteró, sin embargo, la marcha por senderos de sumisión a los organismos internacionales, política que culminó con Cavallo en el Ministerio de Economía. El pueblo argentino expresó una vez más su repudio a la conducción económica, y el gobierno debió renunciar a fines de 2001.

 

En Chile sucesivos gobiernos socialdemócratas y democristianos mantuvieron la esencia del modelo económico aplicado a sangre y fuego por el dictador Pinochet.

 

En 2007 Chile seguía siendo una de las sociedades menos igualitarias del mundo. De las 123 naciones en las cuales Naciones Unidas monitorea la desigualdad, la República de Chile ocupaba el lugar 116, lo que la convierte en el octavo país con mayores desigualdades de la lista.

 

Venezuela, con Carlos Andrés Pérez y Caldera, Perú con Fujimori y Toledo, Ecuador con Gutiérrez, entre otros, repitieron historias similares. El saldo en toda la región fue contrario a los intereses populares. Stiglitz lo sintetiza así: “Las políticas de ayuda estructural del Fondo Monetario Internacional produjeron hambre y disturbios en muchos lugares, e incluso cuando los resultados no fueron tan deplorables y consiguieron, a duras penas, algo de crecimiento durante un tiempo, muchas veces los beneficios se repartieron desproporcionadamente a favor de los más pudientes, mientras que los más pobres en ocasiones se hundían más en la miseria”.

 

El ingreso masivo de capitales en América Latina incluyó la absorción de empresas públicas y privadas por parte de empresas extranjeras.

 

Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT) la venta de empresas supera con creces las fusiones, situación que obedece en particular a la privatización de empresas estatales. Telefónicas, generación eléctrica, aseguradoras y Bancos fueron cambiando de dueño.

 

Desde 1984 hasta el período 2000-2002 la participación de las empresas extranjeras en los servicios de América Latina evolucionó desde 10 al 38 por ciento.

 

José Antonio Rocca concluye que “las promesas de que el ingreso masivo de capitales extranjeros potenciaría el desarrollo fueron dramáticamente desmentidas por la realidad”.

 

América Latina, que en 1980 proveía cerca de 10 por ciento del Producto Bruto Mundial, disminuyó a poco más del 8 por ciento en el 2007.

 

Hasta los datos del FMI reconocen la polarización creciente entre ricos y pobres; informan que “En los últimos 20 años la desigualdad del ingreso ha aumentado en la mayoría de los países y regiones, aunque la experiencia varía de un país a otro. En 1950 los pobres de América Latina se calculaban en 82 millones. A fines de los 90 esa cifra se había duplicado y en el 2007 ya alcanzaba los 230 millones.

 

Según el índice Gini, que mide la desigualdad en la distribución del ingreso, la Unión Europea, Europa del Este y Japón oscilaban entre el 25 y 30 por ciento, mientras el conjunto de América Latina supera el 50 por ciento.

 

La dualidad imperialismo-dependencia mantiene su esencia. Y se ha ampliado el espectro desde el cual salen del Sur excedentes hacia las grandes compañías cuyas centrales están en el Norte.

 

Los intereses de la deuda externa, las ganancias de los grandes bancos internacionales ubicados en la región, las empresas transnacionales con sede en loa países centrales que envían sus beneficios a las casas matrices, las licencias por el uso de patentes y marcas, etcétera, constituyen las fuentes de transferencia de riquezas desde el Sur al Norte que, siguen en plena vigencia.

  

 

En Montevideo, Guillermo Chifflet

Rel-UITA

2 de julio de 2009

 

 

 

 

Volver a Portada

 

 

   UITA - Secretaría Regional Latinoamericana - Montevideo - Uruguay

Wilson Ferreira Aldunate 1229 / 201 - Tel. (598 2) 900 7473 -  902 1048 -  Fax 903 0905