Sangre para negocios de guerra,

se busca

 

Si el gobierno de un país cualquiera reclutara

abiertamente paramilitares “para operaciones en el extranjero”

nadie tendría dudas de que se estarían anunciando públicamente actos de terrorismo e injerencia en otro Estado.

 

Sin embargo, eso es lo que hace, impunemente, la Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA), que ha publicado anuncios en 153 medios impresos de ese país, en 65 páginas Web y en 27 medios masivos (cadenas de radio, de televisión, cines y circuitos de TV en aeropuertos) convocando a paramilitares.

 

Contra lo que sucedía hace tiempo, cuando la captación de agentes era dificultosa pues exigía contactos secretos, seguimientos y múltiples abordajes, ahora la Central realiza un fichaje masivo y público que apunta a las comunidades latinas más empobrecidas de Estados Unidos.

 

Los observadores preguntan por qué la CIA busca masivamente latinos para operaciones militares, y plantean: ¿será acaso para participar en alguna guerra abierta en América Latina?

 

Avisos de la CIA dicen, textualmente: “Oferta de trabajo. Cargo: Paramilitar / Oficial de conocimientos especializados. Para servir tanto en nuestra sede en Washington DC como en el extranjero. Los candidatos que califiquen deben saber que trabajarán en operaciones de inteligencia de Estados Unidos y en actividades políticas en el extranjero bajo peligrosos entornos.”

 

Otro anuncio plantea: “Requisitos mínimos para oficiales de operaciones paramilitares: experiencia en combates con armas (tierra, aire, o mar). Haber realizado viajes al extranjero. El dominio de lenguas extranjeras es de gran valor (...) Se preferirá experiencia en operaciones militares de guerra psicológica, operaciones de información, comunicaciones, negocios y contrainteligencia. La edad máxima es de 35 años, pero puede variar de acuerdo a los casos. Generalmente es un requisito no haber ingerido drogas durante los últimos doce meses”.

 

La principal potencia capitalista anuncia operativos de intervención y promueve guerras, destrozando, a la vez, los restos de prestigio de la Organización de Naciones Unidas (ONU).

 

Ya hemos insistido en que el capitalismo -que todo lo organiza para el lucro- ha llegado a extremos. Un ejemplo actual es el negocio que significan las compañías militares privadas que, como se sabe, son actualmente “una suerte de minas de oro internacionales”. El ataque a un país ya ni siquiera se disfraza con máscaras patrióticas o pretextos de principios. Esas compañías militares hasta han reemplazado a la Policía y al Ejército allí donde hay riqueza suficiente para sustituirlos, como en Arabia Saudita, por ejemplo, donde se encuentran disponibles los millones necesarios.

 

Hay militares que han abandonado las Fuerzas Armadas en las cuales se formaron para fundar sus propias compañías o ejércitos privados que han participado en guerras con miles de víctimas. Y hasta hay Estados que han tenido que contratar empresas militares privadas para someter a ejércitos insurgentes organizados por intereses ajenos.

 

Hay zonas donde esas organizaciones militares privadas actúan en beneficio de intereses estatales o aún de intereses privados. Una de esas zonas es Sierra Leona, que tiene una enorme riqueza en diamantes, lo que ha despertado la codicia de empresas que por lo general tienen sus centrales en Occidente.

 

Las transnacionales que fabrican las armas y las venden obviamente promueven las guerras que permiten agilitar el negocio. Y todo tiende a confirmar que el régimen capitalista va primero en el ranking del crimen y es el mejor representante de estas compañías.

 

 

En Montevideo, Guillermo Chifflet

Rel-UITA

13 de marzo de 2008

 

 

 

 

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