Costa Rica

 

Solidaridad con Bessie Vaquerano

Persecución laboral en la Universidad Nacional

 

Bessie Vaquerano es ingeniera química. Se desempeñó como profesional nacional del proyecto PLAGSALUD en Costa Rica en la representación de la OPS/OMS en ese país. Tuvo a cargo el proyecto “Aspectos ocupacionales y ambientales de la exposición a los plaguicidas en el istmo centroamericano” y ha participado en numerosas actividades organizadas por la UITA. En la actualidad sufre una asombrosa persecución laboral en su país, Costa Rica, y nada menos que en la Universidad Nacional.

 

Según un comunicado difundido por Marlon Arguedas Marín, Secretario de Conflictos del Sindicato de Trabajadores de la Universidad Nacional (SITUN), Bessie fue nombrada por concurso de antecedentes para laborar en el cargo de Gestora Ambiental de la Universidad Nacional en febrero de 2005. El 15 de diciembre de 2005, último día laboral decretado por las autoridades, el Vicerrector de Desarrollo de la UNA, Leiner Vargas Alfaro, le comunicó verbalmente el cierre por reestructuración del Sistema Institucional de Gestión Ambiental (SIGA-UNA). En realidad se trata de un despido encubierto, ya que el programa en sí no ha concluido, aunque en la actualidad nadie lo está ejecutando. Lo mismo les ocurrió a otras siete personas que se desempeñaban en ese Programa. Ellas son: Maribel Hernández Valerio, Víctor Alonso Quesada, Alejandro Montero Agüero, Luis Diego Zúñiga, Flora María Orozco, Zaidett Barrientos y María Eugenia Mena.

 

En febrero de 2006 Bessie interpuso un recurso de amparo ante la Sala Constitucional que fue admitido por ese órgano, ordenando reabrir el Programa SIGA-UNA, anular el cese de Bessie y reponerla en el cargo y funciones que venía desempeñando.

 

El Vicerrector de Desarrollo Vargas Alfaro, sin embargo, rehuye cumplir cabalmente con la disposición de la Sala Constitucional y confinó a Bessie en un laboratorio en el que no puede desarrollar sus tareas, le impide el acceso a la información necesaria para su trabajo y la hostiga con obstáculos y provocaciones de todo tipo.


Esto se produce en el marco de una tercerización radical de esa casa de estudios, en la cual casi el 60 por ciento de los empleos son precarios, incluyendo el área docente. Esta situación involucra a unos 1.300 funcionarios universitarios.

 

La Rel-UITA se suma a la corriente de solidaridad con Bessie Vaquerano, cuya labor ha sido siempre distinguida por todas las organizaciones sociales que hemos tenido el privilegio de recibir sus valiosos aportes, y se mantendrá alerta hasta que esta injusta y repudiable situación sea normalizada.

Carlos Amorín

© Rel-UITA

21 de junio de 2006

Carlos Amorín

 

 

 

 

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