OIT

Crisis mundial de empleos
Un riesgo para la democracia y las libertades

La inmensa brecha existente entre un crecimiento multimillonario y un modesto aumento del empleo que caracteriza a la economía mundial plantea una amenaza cada vez mayor para la seguridad internacional, el desarrollo y la democracia, y por lo tanto debe ser resuelta con urgencia, alertó el director general de la OIT, Juan Somavia.


"Esta crisis mundial de empleos es el asunto político más urgente de nuestros tiempos", dijo Somavia a los más de 3.000 representantes de gobiernos, trabajadores y empleadores participantes en la 93a Conferencia Internacional del Trabajo que se realiza en Ginebra. "La luz de alarma de la economía global está parpadeando".

Somavia citó cifras de la OIT según las cuales en 2004 se registró un importante crecimiento económico de 5%, que sin embargo tuvo un efecto desilusionante sobre la creación del empleo, que aumentó solamente 1,7%. "En otras palabras, el producto mundial creció en unos 4 billones (millones de millones) de dólares, sin embargo el número de desempleados bajó en sólo 500.000".

"Un crecimiento multimillonario de la riqueza, y apenas un modesto aumento de los empleos, hizo notar Somavia, la crisis mundial del empleo pone en riesgo la seguridad, el desarrollo y a las economías y sociedades abiertas: Este rumbo no es sostenible".

El Director General de la OIT dijo a los delegados de la Conferencia que la economía mundial ha evolucionado hacia "un vacío ético, con políticas que en opinión de muchos están regidas más por los valores de mercado que por los valores humanos. El efecto generalizado es el de mayor inseguridad y menor libertad".

Somavia dijo que en todo el mundo aumenta el desequilibrio entre globalización, crecimiento y creación de empleos. Agregó que esta situación es evidente cuando se conocen cifras indicando que cerca de 1.000 millones de personas están desempleadas o son trabajadores pobres, y que casi la mitad de la fuerza de trabajo del mundo vive con menos de 2 dólares al día.

 "La economía mundial ha evolucionado hacia "un vacío ético, con políticas que en opinión de muchos están regidas más por los valores de mercado que por los valores humanos. El efecto generalizado es el de mayor inseguridad y menor libertad".

Juan Somavia


También dijo que en algunos países 9 de cada 10 personas están trabajando en una economía informal "desorganizada, desprotegida, inestable", y que el año pasado menos de la mitad de los jóvenes interesados en un puesto de trabajo tenían un empleo.

"Debemos resolver la desconexión que existe entre crecimiento económico y creación de empleos, reconsiderar las prioridades, reevaluar el trabajo y apuntar en forma más certera nuestras políticas de inversiones, agregó Somavia, y debemos colocar el empleo y el trabajo decente en la corriente principal del debate internacional sobre desarrollo".

El trabajo es en el epicentro de las preocupaciones económicas, políticas y sociales que tiene la gente y la OIT ha respondido a la crisis mundial de empleos mediante una reorientación de su agenda para abordar en forma más eficaz los valores fundamentales de la Organización, darle un nuevo impulso a sus operaciones y promover su agenda de trabajo decente.

Somavia dijo que esta agenda de trabajo decente tiene cada vez más respaldo, tal como había quedado en evidencia durante la Cumbre Extraordinaria de la Unión Africana sobre Empleo y Combate a la Pobreza realizada en septiembre pasado, en la Reunión Regional Europea de la OIT realizada en Budapest en febrero, en diversos pronunciamientos de Jefes de Estado latinoamericanos, y en el diseño de la agenda social de la Comisión Europea. Por otra parte destacó que el informe de la Comisión Mundial sobre la Dimensión Social de la Globalización, establecida por la OIT, ha generado debates sobre la necesidad de lograr una globalización más justa en diversas partes del mundo, y recibió el apoyo de la Asamblea General de las Naciones Unidas mediante una resolución adoptada en septiembre de 2004.

Agregó que la Conferencia anual de la OIT también se hace cargo de estas prioridades al considerar iniciativas relacionadas con: esfuerzos por ayudar a los jóvenes a encontrar empleos decentes y asegurarnos de no tendremos una "generación perdida"; descripción de problemas y búsqueda de soluciones para trabajadores enfrentando "terribles limitaciones y (condiciones) extremadamente difíciles" para ellos y sus familias en los territorios árabes ocupados; desarrollo de un nuevo marco de referencia para las normas sobre salud y seguridad ocupacional; conclusión de una nueva normativa para el sector pesquero; revisión del impacto de las normativas sobre jornada laboral; y examen de la aplicación de convenios y normas por parte de estados miembros.

El director general de la OIT consideró que para hacer del trabajo decente una meta global hay que realizar una serie de acciones interconectadas:

-desarrollar nuestra capacidad colectiva mediante el refuerzo de los sindicatos, de las organizaciones de empleadores y de los ministerios de empleo, trabajo y asuntos sociales;

-intensificar los esfuerzos de la OIT para la promoción del trabajo decente al nivel nacional y regional, con una Organización mejor equipada para responder en forma eficiente a las prioridades nacionales; y

-colocar el empleo y el trabajo decente en el centro del debate sobre el desarrollo al colocar el crecimiento, la inversión y los empleos como objetivo de la cooperación internacional.

"Nuestra agenda de trabajo decente es clave para acelerar el progreso hacia las Metas de Desarrollo del Milenio, dijo Somavia, las políticas macroeconómicas, financieras, comerciales y laborales deben converger y hacer del trabajo decente un objetivo de la generación de políticas en vez de uno de los resultados esperados. Nosotros no lo podemos hacer solos. Pero no se puede hacer sin nosotros. Si tenemos la voluntad de desempeñar ese papel, lo podremos lograr."
 

UGT

9 de junio de 2005
 

  

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