México

Entre los cuatro países de América Latina

con más bajos salarios

México es uno de los cuatro países latinoamericanos en que más bajo es el salario. Está sólo arriba de Honduras, Bolivia y El Salvador. Esta es una de las razones que estimula la emigración, un fenómeno que crece en la región y que, según un nuevo estudio publicado esta semana, seguirá en aumento en los siguientes años.

 

El periodo de aparente bonanza en las economías latinoamericanas no es percibido con optimismo por núcleos importantes de la población, una situación que tenderá a elevar las tasas de migración hacia países desarrollados, consideraron expertos de la sede central del grupo financiero español BBVA en Madrid.

 

En el reporte El proceso de emigración latinoamericana, elaborado por los especialistas David Martínez Turégano y Manuel Silva Martínez, BBVA, entidad que en México controla a BBVA Bancomer, el principal banco del sistema, se plantea que la brecha de renta existente entre los países receptores y los expulsores de migrantes sigue siendo amplia, al tiempo que las bolsas de pobreza se mantienen en niveles elevados.

 

"Las perspectivas de mediano plazo no han mejorado a los ojos de una parte de la población, por lo que es previsible, sin un endurecimiento de las actuales restricciones a la entrada en los países de destino, que la presión del fenómeno migratorio se mantendrá en los próximos años".

 

En la región se vive una paradoja. Por un lado, las economías nacionales pasan por un periodo de crecimiento como no se había observado en la última década. En 2006, Latinoamérica habrá acumulado tres años consecutivos de un crecimiento mayor a 4 por ciento anual, lo que no ocurría desde principio de la década pasada.

 

"Las economías latinoamericanas disfrutan en la actualidad de un periodo sincronizado de bonanza, desconocido en las últimas décadas", indicó el estudio. "Sin embargo, los datos reflejan la persistencia en movimiento de emigración hacia países más desarrollados, como Estados Unidos o España", añadió. Detrás de esto, abundó, se encuentra sin duda el hecho de que las diferencias entre una y otra zona continúan siendo muy grandes y que el proceso de convergencia ha sido muy débil durante la actual etapa expansiva.

 

El salario mínimo anual en dólares en Estados Unidos es 10 mil 500 dólares; en España, de ocho mil dólares. El país latinoamericano mejor situado en este renglón es Chile, con dos mil 400 dólares anuales; mientras que en México es de unos mil 100 dólares anuales, según datos del Departamento de Estado de Estados Unidos, citados en el reporte.

 

España, añadió el informe, se ha colocado como el segundo receptor de emigrantes latinoamericanos, junto con el tradicional destino de estos flujos de personas, que ha sido desde hace décadas Estados Unidos.

 

Alrededor de 9 por ciento de la población total de Estados Unidos, que es de 298.4 millones, es latinoamericana, indica el reporte. A principio de la década de los 80 del siglo pasado, la proporción era de 4 por ciento. En España, abundó, el porcentaje de extranjeros respecto de la población total ha crecido de 3 por ciento en 1998 a 9 por ciento en 2005. De los más de tres millones 700 mil extranjeros censados en España, 40 por ciento procede de América Latina, 20 por ciento de la Unión Europea (UE), otro 20 por ciento de África y un último quinto repartido entre Asia (5 por ciento) y países europeos no pertenecientes a la UE (15 por ciento).

 

La situación de elevado y continuado crecimiento en América Latina está siendo acompañada por la persistencia en los procesos de emigración hacia países desarrollados, con especial incidencia en España durante los últimos años, señaló el estudio. La brecha de renta existente con otras regiones sigue siendo amplia, al tiempo que las bolsas de pobreza se mantienen en niveles elevados, por lo que la motivación, dada la extensión de los regímenes democráticos en toda la región, es de naturaleza claramente económica, añadió.

 

Las perspectivas de medio plazo no han mejorado a los ojos de una parte de la población, por lo que es previsible, sin un endurecimiento de las actuales restricciones a la entrada en los países de destino, que la presión del fenómeno migratorio se mantendrá en los próximos años.

 

"Conviene por tanto, en este contexto, profundizar en las consecuencias demográficas, sociales y económicas que las migraciones tienen para los países de origen y destino. Como hemos visto anteriormente, las ramificaciones de los efectos son suficientemente amplias como para que las autoridades políticas y económicas hagan un seguimiento más cercano".

 

Las fuentes de financiamiento externas para América Latina podrían tener ahora como referencia un equilibrio más estable gracias a las remesas, pero no es menos cierto que podría resultar insostenible una depreciación permanente del capital humano en estas economías, de acuerdo con las conclusiones a las que llegaron los autores del reporte.

 

"La implantación de una base productiva sólida, generadora de empleo con garantías mínimas sería una mejor noticia para el desarrollo y mejora de las condiciones de vida de sus ciudadanos", se afirma.

 

 

Roberto González Amador

tomado de comfia.info

publicado en La Jornada

8 de agosto de 2006

 

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